Violento asalta a una panadería: “Tengo que agradecer porque no me mataron”
La lluvia y el frío le dieron vía libre a los ladrones. Agazapados, analizaron todo el panorama y en el momento en el que la panadería quedó vacía, decidieron poner en marcha el plan. En principio, irrumpieron buscando plata, en especial dólares, y rompieron todo lo que había al paso. Después, el hecho se tornó muy pesado.
“Entraron cinco tipos apuntándome y me decían todo el tiempo que ya habían matado a mi esposo, que trabaja en el Frigorífico San Esteban, ubicado a cinco cuadras de la panadería. Después, me pidieron la llave de puerta de la casa y entramos. Mis hijos, de 16 y 20 años, permanecieron en sus habitaciones”, contó Daniela Noguera, la víctima.
En el medio del voraz accionar, desmantelaron todo lo que encontraban. “¡Dame los dólares, tu marido ya te entregó!”, fue lo que dijeron en pleno avance por el domicilio. La mujer alcanzó a darle algunos billetes que esperaban para ser usados para unos proveedores.
“Les di el dinero de la panadería, que no era mucho, pero se pusieron muy violentos y querían más plata”. Y habló de la parte más cruda del asalto: “Me golpearon con la culata del arma y me pegaron piñas en la boca. Me ataron las manos y los pies con alambre y decían que me iban arrojar desde el primer piso. Revolvieron todo”.
La tensión aumentó cuando los malhechores preguntaron si había alguien más en la casa. Noguera, con la idea de preservar a sus chicos, avisó que estaba sola y pedía por favor que se tranquilicen. Uno de los violentos le dijo a los gritos que si encontraba a alguien más ahí adentro, la mataba.
“No eran delincuentes comunes, estaban bien preparados y manejaban datos precisos. Estaban tapados, sólo pude ver a uno que pedía que no me arrojen. El resto mostraba una ferocidad tremenda”, recordó Noguera.
La huida terminó grabada por los sistemas de cámaras de toda la zona. Los ladrones escaparon con dinero en efectivo, un teléfono celular y el Chevrolet Cruze de la familia. Tras los cruces de datos, la Policía encontró el vehículo en Virrey del Pino, en el kilómetro 44 de la ruta 3. La banda delictiva abandonó el rodado en pleno estacionamiento del frigorífico COTO, que también cuenta con un local abierto al público.
“Estamos trabajando en conjunto con las distintas dependencias para esclarecer este suceso y dar con los ladrones”, dijo Jonatan Argañaraz, del destacamento de Los Pozos. El jefe policial aclaró que el hecho se produjo en las primeras horas del miércoles.
Por su parte, la víctima mostró su indignación en todas las redes sociales y fue muy clara: “Voy a moverme por todos lados para a dar a conocer lo que pasa en este barrio, y fundamentalmente en Cañuelas, que ya dejó de ser un lugar tranquilo: te matan a sangre fría. Además, en la zona no se puede esperar un colectivo porque enseguida te roban el celular. Y ni que hablar de salir a andar en bicicleta”.
Los vecinos dieron a conocer filmaciones y llegaron a la conclusión de que desde hace varios días, un Fiat Cronos blanco estuvo merodeando la cuadra. Cabe resaltar que la calle es una las primeras de San Esteban y desemboca en la ruta 3. Además, el material fílmico mostró el minuto a minuto de los violentos, cuando ingresaron al local, en el momento en el que sacaron a la víctima por una puerta lateral y la escapada con el coche de la familia por el garaje continuo.
“Es increíble, tengo que agradecer porque no me mataron. Creo en Dios y pienso que protegió a mis chicos, quienes se quedaron paralizados sin hacer ruido”.