El encuentro se hizo esperar. Después de la final contra Francia en Qatar, el volante del PSG cumplió con sus primeros compañeros. Y ahí, entre recuerdos de concentraciones y partidos, Gabriel Ferreyra se fundió en un abrazo con Leandro Paredes, a quien define como uno más de aquel grupo.

El ‘Paya’ tiene 29 años y vivió de manera acelerada por el trajín del fútbol. Surgido de los barriales en el club Sarmiento, tuvo un breve paso por Cañuelas hasta en desembarcar en Boca. Se crió en el ‘xeneize’ y llegó a sentarse en el banco del equipo de Carlos Bianchi, nada menos.

Después fue cedido al AIK de Suecia y regresó a Estudiantes de San Luis. Se dio el lujo de volver a Cañuelas en 2018 y gastó sus cartuchos en la Liga de Lobos en Athletic y Uribelarrea. Una grave lesión en el isquiotibial lo marginó de las competencias, por eso ahora despunta el vicio en la liga intercountries de La Martona. Sí, Ferreyra, el mismo que estuvo en los planes de uno de los grandes del país y conserva una amistad muy valiosa.

–¿Cómo fue el reencuentro con Paredes?
–Fue muy especial. Sabemos cada movimiento de él,  lo sentimos como nuestro orgullo de la categoría. Tener a ‘Leo’ es muchísimo, la comida, el abrazo y todo lo que vino después fue distinto. Ojo, el sigue siendo uno más de nosotros, eh.

–¿Hiciste fuerza para que Leandro se gane un lugar en ‘La Scaloneta’?
–Sí, siempre. Lo volvimos locos con los mensajes y cuando ganamos la final cada uno le mandó videos de los festejos, yo le mandé material sobre cómo se vivió en Cañuelas.

–¿Qué recuerdos de tenés de esa categoría 1994 de Boca?
–Era brava y muy polémica, je. Pasaron muchísimos jugadores, había mucha gente del interior y compartimos buenos momentos en la pensión. Al día de hoy sigo hablando con gente que conocí a los 13 años.

La categoría ‘94 en la que Ferreyra y Paredes compartieron el equipo. El cañuelense no llegó a debutar en Primera División.

–¿Qué significó haber tenido a Bianchi como técnico?
–Fue algo soñado. Compartir un vestuario en la previa con el partido de San Lorenzo fue tremendo. Me quedaba mirando y por dentro decía “¡Mirá quién me está dando la charla!”.

–¿Te faltó suerte para debutar en Primera?
–Sí, puede ser. En ese partido estábamos perdiendo, había que atacar y quizás no era necesario meter un volante con mis cualidades. Me quedó ese sabor amargo de no poder jugar ahí, pero haber estado fue hermoso (N.de R.: el partido se jugó el 11 de mayo del 2013 y San Lorenzo ganó 3 a 0).

Practicaste con Riquelme y todos esos grosos, ¿qué es lo primero que contás cuando te preguntan por él?
–Era increíble ver cómo tenía todo claro, con o sin pelota. Fue algo más que me guardo, el poder haber compartido una cancha con tantas bestias. Además, me tocó estar con Fernando Gago, Pablo Ledesma, y muchos más. Y bueno, en mi vuelta del exterior, estuve con Carlos Tevez y Daniel Osvaldo.

–¿Te gustaría formar parte de Cañuelas FC desde otro lugar?
–Claro, tengo 29 años y además vivo a ocho cuadras del Arín. El otro día un chico que trabajaba para un representante me preguntó por varios jugadores del ‘Tambero’. Pero bueno, me retiré antes de lo pensado porque me cansé de renegar con las lesiones. Ahora disfruto de otras cosas y laburo con mi viejo.

–En esa reunión con Paredes, ¿le pediste que levante la cuarta?
–Es lo que queremos, que nos vuelvas a hacer feliz en el próximo Mundial.