Quién es el hombre de confianza de Cambiaso que combatió en Malvinas

Pablo Mana, cordobés oriundo de Río Cuarto, trabaja para ‘Adolfito’ en la crianza de caballos. Su hijo, Mateo, es delantero del ‘Tambero’. Veterano de guerra, habla en primera persona de su participación en el conflicto bélico.

Deportes05/07/2023 Jonatan Pedernera
Foto Página 18 a la derecha
Mana con los tacos de polo. El cordobés se dedica a criar los caballos del crack de Petión.

Pablo Mana tiene 60 años y recorre la ruta Cañuelas-Río Cuarto con frecuencia durante todo el año. Es que ahí, en Córdoba, Adolfo Cambiaso resguarda el refugio de los futuros cracks y Mana es el hombre de confianza en el cuidado de los caballos. Lo cuenta entre mate y mate con El Ciudadano. Y recuerda, además, el día en el que se embarcó a los 19 años junto al batallón de Comunicación número 1 como soldado infante de Marina. ¿El destino? Las Islas Malvinas.

-¿El trabajo fuera de temporada es el más importante con los caballos?
-Sí, es muy importante, aunque no tiene que ver con el polo directamente, sino con la crianza de la raza en Córdoba, donde tiene el campo ‘Adolfito’. Desde ahí se hace la base para la temporada fuerte, que arranca después de los torneos otoñales. En esta época del año, la mayoría de los grandes jugadores juegan en Europa.

-¿En qué consiste puntualmente?
-Se trata de todo lo que tiene que ver con la reproducción y el día a día de los futuros cracks. Hago los servicios de padrillos, los nacimientos y los amanses. Y obviamente, todo lo referido a la alimentación en el campo.

-¿Qué significa trabajar para el club de Adolfo Cambiaso?
-Estar en la elite, el privilegio de poder estar acá junto a los mejores del mundo. Por algo es el más grande de la historia. Además, todo sabemos que también está ‘Poroto’, otro fuera de serie. Lo venimos siguiendo desde muy pequeño y es muy parecido a él. Estar en el día a día con estos grandes jugadores que no paran de ganar campeonatos es impresionante.

-¿Cómo se inició en el mundo equino?
-Arranqué gracias a mi padre, que tenía un pequeño mercado de caballos destinado a los extranjeros. Después, me puse a estudiar Ciencias Económicas en Río Cuarto, pero no me fue bien con los libros. Conocí a ‘Adolfito’, que ya tenía su propio lugar en Washington, un pueblito que queda muy cerca, y me dediqué de lleno a los caballos.


-¿Qué tiene Cañuelas de especial para diferenciarse con el resto de los rincones del país en materia de polo?
-La zona, el terreno y la identidad. Además de Cambiaso, están los Castagnola y muchas familias muy sobresalientes en el deporte. En sí, toda la región es especial para la práctica de la actividad.

-¿Qué sintió al representar al país en la guerra de las Malvinas?
-Fue un orgullo muy grande, un hecho que me marcó de por vida, nunca imaginé formar parte de ese acontecimiento histórico.

Foto Página 18 a la derecahMana con el fusil y una bandera inglesa. La foto recorrió el mundo. Entonces, tenía 19 años.

-¿La pasó mal en algún momento?
-Bueno, como en toda guerra, hay momentos de todo tipo, pero estuve en la parte más linda: el desembarco del 2 de Abril. En esa época éramos todos chicos, no pensábamos en el verdadero riesgo que corríamos.

-¿Qué recuerda de esos días?
-Después del duro combate contra los ingleses, entré a la casa del gobernador Rex Hunt, vi la bandera inglesa en un cofre y la saqué.

-¿Cómo se dio ese episodio?
-Uno de los grupos tenía como objetivo tomar la vivienda del mandatario británico. En el momento en el que llegamos, estaba todo cerrado, entramos a la fuerza y tomamos a tres soldados ingleses como prisioneros.

Observé un detalle en la oficina, había una bandera de ellos que iba a ser izada ese día, pero no les di tiempo, dije “me la llevo de recuerdo”. Justo había un periodista argentino que retrató la salida, a los días me vi en una revista en un kiosko de Vicuña Mackenna y la foto recorrió el mundo.

-¿Qué mirada tiene sobre la guerra?
-Que no está buena, eso está claro. Soy feliz por haber vivido parte de la historia, pasaron muchas cosas después, se mezcló todo lo que pasó en Malvinas con la represión y los desaparecidos. Lo que sigue después de una guerra es tremendo, murieron muchos compañeros por factores psicológicos. Encima, el haber participado fue motivo para que te bochen de un trabajo en algunas ocasiones, un disparate. Por suerte, en los últimos años hubo un mayor respeto y acercamiento hacia el ex combatiente. En cada desfile por las ciudades y los pueblos sentimos el afecto de la gente.

poloCon su hijo Mateo, atacante de Cañuelas. Sos muy compinches y Pablo lo sigue en cada partido.

-¿Le gustaría regresar a las Islas?
-Sinceramente, no quiero volver sacando un pasaporte para visitar nuestro suelo, la tierra que nos pertenece. Me gustaría regresar cuando sean nuestras realmente. De esta manera, no.

-Su hijo sigue sus pasos como goleador de Cañuelas FC, ¿va a la cancha a verlo?
-Sí, toda la familia lo apoya. Como viajamos seguido, ya que vamos y venimos constantemente, siempre vamos a verlo y ya nos hicimos hinchas.

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