Perfil de un femicida: Gabriel Núñez, un hombre sin amigos

Las imágenes de Gabriel Alejandro Núñez, el femicida que terminó con la vida de María Isabel Speratti Aquino, desparraman un halo de misterio. Detrás del hombre que fue detenido y se mostró como si nada hubiese pasado el jueves 16 por la mañana, hay una historia. ¿Cómo vivía? ¿Es alcohólico? ¿Qué hizo después de su primera separación?

Gabriel tiene 47 años y es hijo de padres paraguayos. Nació en Capital Federal, pero transcurrió su infancia en la ciudad de González Catán, en La Matanza, junto a cinco hermanos. Toda su familia también reside ahí.

Según cuentan los allegados y familiares de la víctima y amigos de la pareja, Núñez tuvo una infancia muy complicada, se crió en un ambiente muy hostil en el marco de una familia signada por la violencia. De chico, sufrió maltrato y golpizas por parte de su papá. Indican que, fuera de su lazo, llevaba una vida social común y corriente. Jugaba al fútbol, pero nunca se le conoció un amigo.  Con María Isabel tiene relación de muy chico, ya que vivía en la misma cuadra. En 2000 se fueron a  vivir juntos. Y en 2014 se mudaron a Cañuelas, al barrio Las Rosas.

A los 10 años comenzó a trabajar en el taller de autos de su padre. De profesión mecánico, en 2018 se desempeñó como chofer de Uber, actividad que retomó en los últimos tiempos debido a su inestabilidad económica. Su entorno y él mismo reconocieron que durante la pandemia transitó una etapa de profunda depresión. En esa época, miraba videos de Jiu Jitsu y practicaba las tomas junto a su hijo menor. Años más tarde, las iba a poner en la práctica con el objetivo de matar a su pareja, pero la intervención de uno de los chicos lo detuvo.

Cuentan los amigos de María Isabel que compartían cenas y momentos antes de aquel episodio violento, que si bien no notaban algo extraño en el hombre, mostraba cierta bipolaridad en algunas cuestiones y un trato diferencial con todas las amistades. “Sinceramente, siempre tuvimos la imagen de un tipo tranquilo. Había buena relación con todas las amistades de ella, pero había algo que no cerraba y era que se mostraba muy distinto. No lograba generar un vínculo concreto. Hemos compartido muchas reuniones. La casa, si bien faltaban algunos detalles en el exterior, estaba quedando hermosa y todo eso se daba gracias al trabajo de ella. Jamás hubiésemos pensado que la iba a querer ahorcar en una primera instancia. Es más, en las charlas de hombres nunca hubiésemos pensado que tenía un arma encima. Por lo menos, jamás comentó algo por el estilo, tampoco habló sobre si tuvo algún altercado alguna vez”, confió un compañero de María.

Lo definen como un bebedor, se entonaba seguido -en medio de reuniones- y eso molestaba a Speratti Aquino. Y cuentan que, tras irse de la casa, cambió su fisonomía, se dejó una barba candado (algo que él mismo detestaba públicamente), empezó a mostrarse con aire formal e intelectual y comenzó una nueva relación sentimental. Una última versión indica que su pareja estaría embarazada.

“Vivía de su madre y de sus hermanas. Nunca estaba bien claro sobre sus trabajos, ya que duraba muy poco. Mientras él se mostraba cambiado, su familia hostigaba a María sobre la posesión de la casa. Y a los chicos les decían que su padre estaba muy enfermo y los necesitaba”, aseguran amigas de la víctima.

La misma María Isabel tuvo acceso a la pericia psicológica que la UFI N°1 elevó el 9 de enero de 2023, y que se realizó ese mismo mes, a cargo de la Licenciada Ana Victoria Maimone. “No me dejaron llevarla, pero le saqué fotos igual. En sí, lo que dice, es que es un psicópata sin decir que es un psicópata. Encima, se equivocó en citar las edades de sus propios hijos y de sus padres. Ya no sé qué pensar de esto que le hicieron, porque encima recomiendan que haga terapia individualmente. Es muy contradictoria la conclusión”, describía la mujer en un audio de WhatsApp.

Ahí mismo se cita el semblante de Núñez. Respecto a la denuncia de la reciente causa judicial (el primer intento de asesinato) no recordaba lo sucedido, tampoco declaraba sobre el consumo de medicamentos y sobre el motivo del olvido.

Entre las consideraciones psicológicas que existen en el expediente, se enumera la falta de autocrítica y se observa un fuerte pensamiento de tinte patriarcal. En el momento del análisis, se encontraba lúcido y sin alteraciones. La profesional redactó que hizo una descripción “hueca y fría” de su historia vital, poniéndose en el lugar de un observador vacío o en el de víctima de las situaciones.

De acuerdo al análisis semántico y sintáctico de su discurso, Nuñez “sostiene argumentaciones en las que tiene a responsabilizar a los demás de las vivencias a las que se ha tenido que enfrentar, lo que dificulta situarse en relación a lo que pueda provocar, o no, en los otros con su conducta”.   

Y para finalizar, en una de las conclusiones recomendaba un tratamiento psicoterapéutico individual.