Un escape de la ciudad al entorno natural

Interés general 16 de diciembre de 2022 Por Leandro Barni
El Centro Nakkal de Cañuelas, un refugio en la Ruta 3, ofrece un paisaje bucólico para aquellos que se animan a dejar el cemento y la rutina urbana. El furor de las ecoaldeas.
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Un paisaje natural que resulta el escape ideal para aquellos habitantes de las grandes urbes.

Varios dijeron “¡qué lugar ideal para vivir!” y se volvieron a sus hogares en pleno cemento urbano, pero deslizando esa fantasía. Otros tuvieron la certeza de que se puede cambiar y mejorar en un sitio que parece perfecto. Por ese motivo, hay una comunidad pequeña en las afueras de nuestra ciudad que invita al escape. 

Así lo comprendieron María Victoria Sostres y Eduardo Oscar Ferreyra, fundadores de la Ecoaldea Centro Nakkal de Cañuelas, donde cinco núcleos familiares y una docena de personas son parte de la comunidad, ubicada en la Ruta 3 kilómetro 80, a unos 15 kilómetros de nuestra ciudad. 

Su objetivo es vivir en contacto con la naturaleza y reformular el presente a partir de la cooperación, la tolerancia y el trabajo con otros. A partir de allí se practica la agroecología, las energías renovables, la bioconstrucción y el trabajo en huerta y vivero, además de un corral de animales. Asimismo, se celebran los ciclos naturales.

Uribe

Se trata de desprenderse de las ciudades y emprender otro estilo de vida, vinculado a la naturaleza. Son las ecoaldeas, con cierta expansión desde hace unas décadas y en auge tras la pandemia. 

No todo es color de rosas. Hay que pasar el invierno y convencerse de la decisión que se tomó. Además, hay que adoptar ciertas reglas, maneras de organizarse y de financiarse. 

En el portal Comunidad Sustentable,  figura en Cañuelas la EcoAldea Centro Nakkal, y en su descripción dice: “Centro Nakkal nació con la intención de organizarse en una comunidad agroecológica desarrollando un sistema de vida sostenible social, ecológica y económicamente, incorporando la premisa fundamental de que la persona es parte de la naturaleza”.

Y sigue: “En este camino y con este horizonte de búsqueda, el Centro se ha constituido, de hecho, en un polo de investigación, experimentación, aprendizaje y difusión de tecnologías apropiadas a una vida sustentable, a partir de la resolución de necesidades concretas que fueron surgiendo en la vida cotidiana de los habitantes del lugar”.

Cierra: “La construcción natural bioclimática, el reciclado de residuos, la agricultura natural, el uso racional de los recursos, el desarrollo de tecnología para el aprovechamiento de las energías renovables forman parte de nuestro cotidiano hacer, en un contexto de cooperación e interacción lúdica”.

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