Perfil de un asesino: ¿quién el ex militar que desató la matanza?

“Poniéndome en forma para lo que se viene”, así aparecía José Averio Naón, el último viernes, antes de la masacre. Desafiante, con un prontuario de publicaciones amenazantes y varios mensajes incisivos en su cuenta de Facebook.
Y como si fuera un llamado a un enfrentamiento, Naón, ex suboficial del ejército y veterano de Malvinas, se preparó para dar batalla y desatar un infierno en el barrio Primero de Mayo.
Hace una semana, entre el 10 y 17 de noviembre, el militar había dirigido una catarata de mensajes hacia la víctima: “Ale, tenemos que hablar, así no se puede, la familia destruida, cada uno por su lado, todos peleados”, alertó el veterano, quien también se identificaba como instructor de tiro y miembro del Tiro Federal, el 6 de noviembre por la mañana.

“Cuando los años nos pesen, cuando las piernas no caminen, cuando lo único que pese es lo que hicimos en la vida”, siguió el 10 y siete días más tarde publicó: “Nadie te va a querer tanto como aquella persona que te buscó para arreglar las cosas”.
“Un hombre antes de marcharse, te busca, te ruega, no le importa humillarse. Te pide una última oportunidad para los dos, con la esperanza de que las cosas puedan cambiar. Pero… cuando decide que ya basta, voltea la página por más dolor que sienta”, fueron las textuales del hombre nacido en Saladillo, tres días antes del acto criminal.
“Si hubiera ocurrido un ciberpatrullaje, como se da en los Estados Unidos con el FBI cuando está encima de un sospechoso, esta masacre se podría haber evitado. Este hombre dio señales en todo momento en Facebook”, dijo el periodista especializado en temas policiales, Mauro Szeta. “Hubo un hostigamiento constante por parte del agresor que lo vio todo el Mundo, menos la Justicia”, enfatizó.
Es más, los familiares de Alejandra sospecharon el maltrato desde un principio, pero no lo denunciaron ante la falta de pruebas. Eso sí, cargaron con todo contra el asesino: “Era un fabulador. No tenía ni ningún tipo de beneficio ni pensión del Estado. Una vez, ella le compró un auto para que trabajara de remisero, pero nunca salió a la calle. Encima, la maltrataba y la psicopateaba”.