El Castillo de Cañuelas es furor en las redes sociales

Interés general 18 de agosto de 2022 Por Jonatan Pedernera
Luego de que fuera puesto en venta, los medios nacionales realizaron varias producciones sobre el emblemático edificio. Los cañuelenses propusieron varias ideas en Facebook e Instagram, desde un shopping hasta una prisión.
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La estampa de la vieja fábrica de la empresa Finaco S.A. También funcionó un comedor y una bailanta.

 La noticia movilizó a todos, desde los más nos­tálgicos, pasando por los viajeros y a los que peinan canas. El Castillo, ubicado en el cruce de las Rutas 3 y 205, fue puesto en venta por la inmobiliaria Remax a un precio de 3,8 millones de dólares y al rato empezaron a llover comentarios apor­tando ideas para desarrollar en una de las entradas em­blemáticas de la ciudad. 

Y la opinión está dividida desde el vamos. Mientras un sector cree que lo mejor es tirar abajo toda la estructura para darle lugar a un acceso moderno, otro grupo sostie­ne que se debe poner a punto la edificación, ya que es un símbolo para todo Cañuelas. 

Ahora bien, aquellos que votan por el desmantela­miento lanzaron varias ideas sobre la mesa. Hace tiem­po que algunos ciudadanos se quejan por la falta de un shopping (el más cercano se encuentra en Canning, Ezei­za) con cines y patios de co­midas. El lugar, por espacio y ubicación, atraería a mu­chos visitantes en la región. Otros pidieron un casino y un puñado exigió por una terminal de colectivos de corta, media y larga distan­cia. Y no faltaron aquellos que le pusieron un toque de gracia al asunto: “Hagan una cárcel. Después nos va a quedar chica”.

 De la otra vereda están los vecinos que pujan por con­servar la historia y quieren un museo que retrate toda la vida del partido. Aquellos que saborearon asado en el tenedor libre de $3,50 piden por la reapertura del come­dor, ya que sería una parada obligada para los que van en la ruta y deseen conocer las comidas típicas de Cañuelas sin tener que hacer 3 kiló­metros más hasta el centro urbano. 

“Sería lindo armar algo útil, algo así como un restau­rant. Y ya que está, que los mozos sean los espíritus que quedaron ahí. Fui testigo de eso con el señor Corsi, uno de los dueños”, dijo Marce­lo Sambranaya, uno de los usuarios de Instagram. La idea generó revuelo y varios youtubers visitaron El Cas­tillo ¡de noche! a la espera de retratar algún suceso pa­ranormal. En uno de esos videos, uno de los visitantes captó ruidos de cadenas en una de las escaleras. 

Cabe recordar que el pre­dio de 1.804 metros cua­drados, 1.498 en el primer piso y 1.219 en el segundo, cuenta también con un sub­suelo de 600 metros cuadra­dos. Este último sector fue afectado por las lluvias y se encuentra totalmente inun­dado. 

Y ahí nomás, los medios más importantes del país se hicieron eco de la ven­ta del gigante de cemento. “Se vende el Castillo de Cañuelas, edificio icónico de la década del 30”, titu­ló Página 12. “De fábrica próspera a tenedor libre: gloria y ocaso de un ícono que se vende en 4 millones de dólares”, fue el título de La Nación. En tanto, Cla­rín presentó una fotogalería del edificio en su sitio web y publicó algunas postales inéditas desde varios pun­tos del predio, que se en­cuentra ocupado en uno de sus frentes. 

Ahí mismo, en 1932, funcionó la empresa Finaco S.A, dedicada a exportar le­che y huevos deshidratados a Europa en la época de la Segunda Guerra Mundial. Después de una interven­ción del General Juan Do­mingo Perón, el edificio fue adquirido por la familia Corsi, que no pudo darle vuelo a la idea del museo de autos y desembocó en el mítico comedor. 

Pero las crisis económi­cas de la Argentina volvie­ron a derribar este empren­dimiento y el lugar quedó abandonado por completo durante años. En ese sitio, sobre uno de los accesos a Del Carmen, funcionó una bailanta, pero no duró mu­cho tiempo. Actualmente, la propiedad está a nombre de Nilda Aquino Arzamen­dia. 

La postura de los agen­tes de la inmobiliaria que están a cargo de la venta va de la mano con la idea de modernización que tie­nen algunos ciudadanos. “Aunque parezca mentira, hay muchos inversionistas apostando al país. En Can­ning y San Vicente se die­ron muchos desarrollos en lugares abandonados. Tran­quilamente puede ocurrir en este predio”, dijo Eric Merres, en representación de la firma Remax. Y agre­gó que “la publicación ya tuvo una gran repercusión. Y eso que todavía no colga­mos los carteles”.

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