Sarlenga: “La cultura nos ayuda a construir nuestra identidad”

Interés general 15 de julio de 2022 Por Martín Aleandro
El Instituto Cultural Cañuelas cumplió 8 años de gestión. El secretario de Cultura afirma que el distrito crece y, en el año del Bicentenario, está trabajando con la intendenta y su equipo en la consolidación de un espacio propio.
Sarlenga
Sarlenga, en un acto del ICC. Destaca la tarea de los docentes. “Son el motor del Instituto”, le dijo a El Ciudadano.

El arte y la humanidad caminaron de la mano y fueron construyendo un mundo más habitable. Un mundo perfectamente bello donde las nuevas generaciones pudieran existir en plenitud. Este camino y esta construcción colectiva no se dieron naturalmente, sino que fueron una elección frente al vacío del silencio, o de la hoja en blanco. ¿Cómo sería un mundo sin arte?

El 9 de julio, el Instituto Cultural Cañuelas celebró un nuevo aniversario y se considera maduro para reflexionar sobre sí mismo, y, a partir de esta mirada retrospectiva, poder seguir planificando en el futuro. Desde aquellos primeros pasos en 2014 hasta el día de hoy, pasaron muchas cosas lindas, y todo indica que seguirán sucediendo.

Los objetivos se lograron porque el empeño y la voluntad de transformar a nuestra sociedad nunca declinaron. El ICC consideró a cada ciudadano como sujeto productor de cultura, se desplazó del viejo concepto de una sociedad simplemente consumidora de bienes culturales para hacerla protagonista, fomentando una conciencia colectiva de trabajo y crecimiento. En ese sentido, cada vecino tiene la posibilidad de ser parte y de proyectar sus propias expectativas e identidad. 

La decisión política de Marisa Fassi de llevar a delante este proyecto permitió que Cañuelas se convierta en un Polo Cultural referente en toda la región de la Cuenca del Salado, y en un orgullo para toda la comunidad. Donde alguna vez existió -y luego quedó abandonada- la Galería del Rosario, hoy funciona la sede central del ICC en Av. Del Carmen al 600. En los primeros dos años, y gracias a la política de descentralización se llegaron a concretar 17 anexos del ICC en los distintos barrios y localidades del distrito de Cañuelas. A todos los rincones llegaban los docentes, y en las instituciones intermedias: en clubes de barrio y sociedades de fomento se abrían talleres de arte. Esta modalidad plural e inclusiva marca un antes y un después en las políticas culturales de la región. El Ciudadano habló con Esteban Sarlenga, su director.

–¿El Instituto Cultural surge con la idea de hacer protagonistas a los vecinos de Cañuelas?
–El Instituto fue creado el 9 de julio de 2014 con una firme decisión política de la intendenta Marisa Fassi y una misión: trabajar sobre el concepto de la cultura como derecho para todos los cañuelenses. Para eso era fundamental el rol del Estado como igualador, equilibrando la balanza entre los que tenían acceso a ella y los que, por distintas razones, no accedían a los bienes culturales. El espacio físico elegido fue la mítica Galería del Rosario, que fue recuperado por Cooperativas del programa Argentina Trabaja, y allí comenzó un camino arduo. En poco tiempo se empezó a trabajar en la descentralización, es decir, ir hasta donde están aquellos que no pueden llegar hasta el centro, y se articuló con sociedades de fomento, clubes, escuelas y distintas entidades intermedias.

–Desde aquel acto inaugural en 2014 han pasado ocho años de trabajo ininterrumpidos en el área de cultura del distrito. ¿Qué balance hacés de este tiempo transcurrido?
–Muy positivo, y esto se puede ver en cada participación de los integrantes de los talleres, ensambles y grupos pertenecientes al instituto en la vida Cultural de Cañuelas. Lo mismo sucede en los Juegos BA, o cualquier concurso regional de cualquier disciplina artística. También, algunos hechos destacados como las dos giras internacionales de la Orquesta Escuela de Jazz, las participaciones de los coros en encuentros latinoamericanos en grandes escenarios, o los grupos de danzas que permanentemente nos representan en el país. Lo que sucede todos los días en los distintos talleres es algo mágico, se formó una gran familia. También podemos decir que hubo una apropiación del espacio por parte de la comunidad a través de distintos actores como, por ejemplo, escritores que eligen el espacio para presentar sus libros.

–¿Te parece valioso que chicos de muy temprana edad y vecinos jubilados  tengan acceso a bienes culturales para proyectar su identidad? ¿Cómo impacta en nuestra sociedad esta política cultural inclusiva?
–Es muy valioso. La cultura nos ayuda y es la principal herramienta para construir nuestra identidad. Construimos la forma en que nos vemos a través de la cultura y nos reconocemos. Por eso el rol que el Estado juega en el acceso a ella es fundamental. La construcción es colectiva y cuando un individuo se siente parte de un proyecto junto a otros pares, es como un camino sin retorno, un círculo virtuoso en términos de participación, compromiso, identidad y pertenencia.

-¿Qué aspectos de los docentes y el equipo del ICC te parece destacar?
-La tarea de los docentes es inmensa y ellos son el motor del Instituto. Es una tarea que indudablemente se hace desde el amor y la vocación de servicio. Como una Institución de la Educación no formal, es un orgullo compartir la tarea con un grupo que sobre todo se destaca por el nivel humano. También, tenemos el orgullo de decir que contamos con grandes profesionales en muchas disciplinas artísticas. Con respecto al equipo, podemos decir que gran parte de él accedió a formación universitaria en gestión de políticas culturales gracias a distintos convenios realizados con la Universidad de Avellaneda. Esto mejoró notablemente la forma de trabajo y la gestión.

–Mirando al futuro: la Escuela de Música Popular es un paso más luego de la creación del Instituto. ¿Qué tenés planificado para los años venideros?
–La Escuela de Música Popular es el peldaño siguiente en el camino que los alumnos del Instituto van recorriendo. Cuando alguien que participa de los talleres, luego de los ensambles, tiene la oportunidad de subir a escenarios, o tal vez viajar representando a Cañuelas, sin duda existe la posibilidad de que descubra su vocación artística. Entonces piensa en profesionalizarse y ahí los caminos se empiezan a poner más difíciles, porque para eso habría que empezar a viajar a Avellaneda, a Capital o Mercedes, por ejemplo. Ahí aparece el Estado nuevamente, y la visión estratégica de nuestra intendenta para pensar a Cañuelas como una ciudad Universitaria. ¿por qué no podíamos soñar con una Escuela de Música? Lo mismo sucederá en el futuro con las distintas disciplinas artísticas.

Sarlenga enfatizó: “Hoy es un orgullo poder decir que la EMPCA inició su recorrido, funciona a contra turno en el Edificio de la Escuela Media N°2, y está firme en el camino de convertirse en una Escuela de Gestión Municipal con apoyo del Estado Provincial”.

Y agregó: "Otra buena noticia es que, con la firma de un convenio entre el Municipio y el Ministerio de Educación de Nación, Cañuelas se adhiere al Programa Nacional de Orquestas y coros Infantiles y Juveniles. Esto nos permitirá formar un coro, un ensamble y una orquesta infanto juvenil. El ministerio hará una entrega importante de instrumentos, además de cubrir el costo de las horas de los profesores que llevarán adelante cada formación”.

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