El matrimonio gay que apostó a la familia y desafió prejuicios

Interés general 07 de abril de 2022 Por Leandro Barni
Facundo Ferreiro y Lucas Vilar se casaron hace 6 años y decidieron adoptar a dos hermanos del Hogar Madre Teresa de Calcuta de Cañuelas. Benjamín (9) y Elías (13) tienen dos padres y son felices. Las trabas y las miradas ajenas.
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Los Ferreiro Vilar. Benjamín, Facundo, Elías y Lucas. Una familia unida que comparte el cariño y una relación transparente.

Y como los tiempos cambian, una familia puede romper algunos paradigmas, como la de un matrimonio gay que adoptó dos chicos de un hogar de Cañuelas. Crianza, aprendizaje, valores y tolerancia son los que transmiten Lucas Vilar y Facundo Ferreiro, una pareja que se casó hace 6 años.

Lucas, de 40, es ambientador y organizador de eventos sociales, además de restaurador de muebles. Su esposo Facundo (39) es responsable comercial de franquicias.

“La mayoría de las veces hay gente que busca adoptar chicos de bebés hasta 3 años. Y es muy bajo también el porcentaje que quiere que sean hermanos. Y cuando uno se anota, se encuentra también con lo que parece ser una lista del supermercado”, rememora Lucas, mientras que su hijos Benjamín (9) y Elías (13) no abandonan unas galletitas de leche con chocolate y mates. Hace tres años que son la familia Ferreiro Vilar.

“Nos vemos como una familia más. Como cualquier otra. Primero fui yo el que estaba decidido a tener hijos y luego fue Facundo el que me dijo que estaba preparado. Nos fuimos a un juzgado en La Plata y empezamos los trámites. Para esto ya estábamos casados”, confirma Lucas en la mesa de madera blanca de su casa decorada como en las revistas.

Por primera, vez los entrevistan de un medio. Y es el caso de El Ciudadano.

El matrimonio consiguió que dos hermanos del Hogar Madre Teresa de Calcuta lleguen a su casa luego de anotarse en una lista de adopción.

“Mientras empezamos los trámites fuimos construyendo la casa y preparándonos para ellos. Queríamos que sientan que los estábamos esperando”, cuenta Facundo, al lado de Preta, una caniche negra.

Además, dice que “en el hogar se sintieron trabas cuando supieron que los íbamos a adoptar. Yo venía haciendo un voluntariado y participaba de varias actividades del hogar. Enterados que estaba en lista de adopción y decirme que podía elegir, les aclaré que no voy a comprar una mascota, ni que estaba con ese fin al hogar”.

Facundo agrega: “Hay prejuicios o preconceptos que pueden tener en algunas personas, pero fue todo ameno el proceso legal para la adopción. Inclusive, el juez escuchó mucho la voluntad de los chicos”.

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