A mediados de 2016, cuando jugaba en Tristán Suárez, sufrió un accidente automovilístico. De no saber si podría volver a caminar, el delantero de 21 años pasó a ser una pieza clave en el ascenso a la “B”. Le marcó a Talleres y a Merlo.
Deportes06/03/2022 LIC. Matías Folgueira
El 5 de junio de 2000, Héctor ‘Peteco’ Krüger, quien jugó en Cañuelas FC hacia fines de la década del noventa, y Natalia Alvarado, tuvieron a su primer hijo al que llamaron Facundo.
A los 5 años, en su Ezeiza natal, en el club de barrio Villa Guillermina para ser más exactos, ‘Facu’ comenzó a jugar a la pelota aunque a los 12 dio un primer paso hacia el fútbol de verdad. Fue cuando se sumó a las categorías infantiles de Arsenal de Sarandí.
En 2015, el pibe Krüger pasó a Camioneros y en 2016, a Tristán Suárez. Aunque el destino le jugaría una mala pasada a mediados de aquel año.
De hecho, hacia fines de julio Krüger padeció un fuerte accidente automovilístico -iba como acompañante- que le provocó una triple fractura expuesta de tibia y peroné en la pierna derecha, “su” pierna hábil.
“Me dijeron que me olvidara de jugar al fútbol porque ni siquiera iba a poder caminar con normalidad”, recuerda hoy el autor del tercer gol en la victoria ante Talleres de Remedios de Escalada. Y dice: “Se pensaba que la fractura podría haber afectado un cartílago de crecimiento”.
El proceso de rehabilitación, que determinó incluso el uso de un tutor externo por tres meses, fue tan largo como tedioso por lo que quien soñaba con ser futbolista tuvo que aprender nuevamente a caminar.
“Ese fue un punto muy duro en mi vida. Ahora puedo decir que, en ese momento, caí a lo más bajo y creo que justamente por eso, o sea porque más abajo no podía estar, le puse mucha garra y pude salir adelante”.
Tras un año y medio sin jugar fútbol y a comienzos de 2018, Krüger asistió a una de las habituales pruebas abiertas de jugadores que realiza Cañuelas FC.
El destino ahora le hizo un guiño al pibe, que pasó a formar parte de la Quinta División mientras que, apenas tres meses más tarde, ya integraba el “selectivo” jugando ante el primer equipo tambero.
Naturalmente, Krüger quería más y fue en el inicio del ciclo del ‘Pampa’ Sosa en el que fue promovido al plantel superior. Debutó con los grandes hacia noviembre de ese año en el partido en el que el ‘Rojo’ jugó como visitante ante Deportivo Armenio.
Desde entonces, la historia es más conocida: Krüger no solo permaneció en el plantel superior sino que además logró destacarse en el equipo que se coronó campeón en el Apertura de 2019 logrando, además, el gol del triunfo en aquel recordado partido ante Central Córdoba.
Con el regreso del fútbol, tras el parate generado por la pandemia, Krüger volvió a tener otra gran alegría con la casaca del ‘Rojo’: el ascenso a la B.
Sin embargo, con el inicio del ciclo de Martín Perelman todo lo que hasta el momento era color de rosas, de pronto, se oscureció de sobremanera.
“En el primer día de trabajo ya me dijo que no me iba a tener en cuenta, que iba a ser el quinto delantero e incluso que me buscara otro club dado que iba a priorizar a otros jugadores”, recuerda hoy Krüger.
“Fue muy duro aquello y me dio mucha bronca e impotencia porque venía de ser campeón en la C y de lograr el Ascenso por lo que uno, naturalmente, quería jugar en la Primera B”, explicó.
No obstante, el pibe decidió pelearla hasta que un cortocircuito en un entrenamiento terminó de minar la relación. Perelman determinó que Krüger bajara a la Reserva.
En ese momento, se dio la oportunidad de jugar en Chile y el delantero no lo dudó ni un segundo: “Me fui a Deportes Valdivia, que permanece en una categoría similar a la Primera B de acá, jugando unos doce de los veintiún partidos del torneo en el primer equipo haciéndolo también en el Sub 21, donde hice varios goles”.
Krüger contó: “Fue una experiencia inolvidable inicialmente desde lo deportivo, pero también porque nunca me había subido a un avión, jamás había salido de mi país como así tampoco había vivido exclusivamente de lo que generaba como futbolista. Conocí otra cultura, conocí estadios de Primera División, conocí diferentes regiones de otro país, me relacioné con gente nueva...”.
La experiencia en territorio chileno se extendió desde marzo a fines de noviembre de 2021. “En diciembre pasado retorné el país y al enterarme que varios de los compañeros con los que logramos el ascenso estaban volviendo a Cañuelas, me dieron ganas de volver por lo que llamé para ver si estaba la chance de regresar; y acá estoy”.
“Con Fabián (Zermatten) nos llevamos muy bien desde el primer momento, tiene una idea de juego que me gusta mucho”, lanzó el delantero.
Respecto a lo hecho hasta el momento por el equipo en este certamen, analizó: “Siempre somos los que proponemos y salimos a buscar el partido con jugadores de buen pie y de jerarquía, pero en las dos primeras fechas no se nos dieron los resultados”.
Debido a este panorama, Krüger afirma que ante Talleres tenían que dar una “muestra de carácter” jugando incluso “con los dientes apretados”.
A pesar de hacer merecimientos como para ir ganando, al término del primer tiempo el ‘Rojo’ perdía por 1-0.
“Sabíamos que en el segundo tiempo teníamos que seguir igual o incluso apretando más, los agobiamos y en 5 minutos ya estábamos ganando 2 a 1. Luego, ‘Santi’ Sosa hizo una gran jugada dándome un pase atrá y sólo tuve que empujarla”, contó.
Y este sábado también dejó su huella en la red con un cabezazo que le dio el triunfo ante Deportivo Merlo. Krüger viene de racha. Cañuelas FC, también.
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