Fabián Zermatten: "Quiero un equipo protagonista en la categoría”

Deportes 10 de febrero de 2022 Por Jonatan Pedernera
A pocos días del debuta ante San Carlos en el torneo de la "B", entrenador de Cañuelas FC habló de todo un poco con El Ciudadano y no se achica.
Foto Zermatten apertura
Zermatten, en el Arín. El técnico baja un mensaje simple y tiene predilección por el buen fútbol. Jonathan Argañaraz / Prensa CFC.

La preparación de Cañuelas FC llega a una etapa de definiciones. A pesar de algunas bajas por Covid (cerca de siete ausentes), el éxodo de jugadores y las lluvias en el comienzo del período de trabajo intenso en La Martona y el estadio, el cuerpo técnico comandado por Fabián Zermatten pudo observar a los recién llegados. Y mientras afina el lápiz para definir los apellidos en el mediocampo, donde se va a esperar a un volante ofensivo hasta último momento, aguarda de la mejor manera el debut contra Villa San Carlos en la primera fecha del campeonato.  

El escenario es muy distinto al del arranque del ciclo. Claro, si bien el ‘Tambero’ merodeó en la cima por momentos, el técnico no la tuvo fácil con un plantel golpeado anímica y fubolísticamente hablando tras la partida de Martín Perelman, como ocurrió en la mayoría de los desafíos del oriundo de Isidro Casanova. Pero todo proceso da sus frutos y así, Zermatten llegó al receso veraniego con una carpeta cargada de apellidos, caras nuevas y la tranquilidad de poder optar sobre qué Cañuelas FC se va a ver en la cancha.   

De mensaje simple y al pie, el técnico de 50 años formado en el Semillero de Argentinos Juniors habló de todo con El Ciudadano. Del crecimiento del club, la importancia de las incorporaciones, el estilo de juego, el trato de la pelota y el rol del ‘Tambero’ en la B, donde no quiere achicarse. Y, obviamente, apuntó a repetir lo realizado en San Miguel, donde ascendió a dicha categoría en el 2017, su mayor logro como cabeza de grupo desde el banco. Ahora, el sueño es Nacional…  

–¿Ahora se va a ver el sello del entrenador?  
–Gracias a Dios pudimos elegir a los refuerzos y eso representa una gran responsabilidad para nosotros. Estamos muy contentos por el trabajo realizado por parte de la dirigencia, con Daniel Roncoli a la cabeza, que se movió en todo el parate para que el cuerpo técnico trabaje de la forma más cómoda.  Partimos de un punto favorable y eso es muy importante a la hora de planificar el trabajo previo en la competencia.  

–¿Qué balance hacés de la pretemporada hasta el momento?  
–Positivo, sin dudas. Seguimos afinando detalles e intentando recuperar del todo a los jugadores que no pudieron entrenar con normalidad por el coronavirus, pero por suerte todos ellos se acoplaron a la rutina del resto. En los amistosos probamos varios equipos, haciendo hincapié en el funcionamiento de cada zona y diversas combinaciones.  

–Sumaron gente con experiencia, ¿cómo impacta en el plantel?  
–Todas las incorporaciones fueron seguidas con anticipación. Creemos que los muchachos que se fueron acoplando le van a incorporar jerarquía al plantel, y ni que hablar de lo que puedan hacer adentro de la cancha. Son nombres propios del Ascenso, como (Federico) Maraschi y (Ezequiel) Cacace y, por suerte, entraron de la mejor manera en el grupo.  

–De los más chicos, ¿te sorprendió algún nombre?  
–Y, en general, los juveniles trabajaron con mucho entusiasmo desde el principio. No queremos apresurar los tiempos, los noto enchufadísimos a todos y la formación es un tema que siempre está en la agenda de esta institución. Los que más me gustaron fueron Ezequiel Quinteros y Bautista Silva, tienen un gran potencial y están en el buen camino. Hay que terminar de pulirlos, siempre hay cosas para mejorar, pero sin dudas van a dar que hablar.  

–¿Cómo se manejó el éxodo de jugadores?  
–Fue algo que se solucionó con mucho trabajo. No fue fácil porque planificamos la tarea con una base de futbolistas y se nos fueron varios, sobre todo en el mediocampo, pero nos pusimos a trabajar y encontramos los reemplazos que queríamos.  Al principio, la lista de buscados y los ofrecidos era inmensa, pero después fuimos decantando. Al tener varios nombres nuevos, tuvimos que ir rotando para observar las distintas variantes para ir despejando dudas.  

–¿Y la pandemia? ¿Cómo afectó?  
–El rebrote es algo que está latente y no nos descuidamos. Fuimos uno de los equipos que más afectados tuvo y eso por momentos altera la forma de trabajo, ya que de un día para el otro nos encontramos con ausencias impensadas, pero es algo de lo que no podemos escapar y hay que entenderlo. Además, sabemos que tenemos familias, amigos, y no podemos relajarnos en ningún momento, a pesar de los compromisos y objetivos que cada uno tiene.  

–¿Cómo ves a la categoría?  
–Muy competitiva, va a ser un campeonato durísimo porque los últimos que llegaron ya se van adecuando al ritmo de competencia y emparejaron todos para arriba. Y en general, por lo que estuve viendo, nuestros competidores directos se reforzaron muy bien. Además, arreglaron colegas de renombre, como ‘Mostaza’ Merlo, para jerarquizar la categoría. Ahora hay que estar a la altura, estamos en un club que no para de crecer, tanto en lo deportivo como en lo institucional. Contamos con canchas para entrenar que son dignas de cualquier equipo de Primera, tenemos canchas auxiliares, la opción del predio de La Martona y la sede.    

–¿Se va a ver algo parecido al equipo que terminó el campeonato?  
–La idea es mejorar en todos los aspectos e intentar ser protagonistas en todas las canchas. Me gustan los equipos que van al frente, que intentan ganar pero sin resignar a una idea de juego. Quiero que la gente de Cañuelas se identifique con nuestro equipo y que la ciudad tenga un sentido de pertenencia con el cuadro de fútbol que los representa.  

–¿El objetivo sigue siendo el mismo?  
–Por supuesto, la idea sigue siendo la misma que tuvimos cuando arrancamos el proceso. Por suerte, las cosas se nos dieron de forma favorable en el Clausura y casi terminamos jugando una final. El presente es mucho más tranquilo, conozco el día a día del club, sé la clase de jugadores que tengo y también me conocen un poco más, tanto los chicos como también los hinchas.  

–Fuiste un trotamundos, ¿de cada lugar tomaste un poco de todo?  
–Sí, el fútbol me llevó a lugares impensados y me dio grandes alegrías. Desde un debut en Primera soñado contra Boca siendo un pibe, hasta lograr una de las alegrías más grandes como entrenador que fue el ascenso con San Miguel a Primera B tras agarrar al equipo en una parte crítica. La experiencia en Albania, el final en Puerto Rico, de todos los rincones tengo algo.  

 –¡Hasta Albania te fuiste a dirigir!
–Sí, fue una experiencia muy extraña en el Dinamo. Más que nada por la cultura, el idioma, las costumbres musulmanas y el día a día. Estuve muy poco tiempo porque no cumplieron con lo pactado en el contrato, pero fue algo muy extravagante y positivo que recuerdo con mucho cariño.   

–¿Vas a mantener el sistema táctico o vas a ir variando dependiendo del material?  
 –Y... yo soy un apasionado del 4-3-1-2, pero a veces, en este deporte, hay que ir adaptándose a lo que uno tiene. Una vez que arranca la competencia y en el desarrollo del torneo, ocurren cosas impensadas, lesiones, suspensiones, y hay que ir cambiando por las circunstancias.  

–¿Cómo te calificás?  
–Soy un tipo apasionado por el fútbol, por eso me la paso estudiando y haciendo cursos. Tengo un mensaje sencillo porque jugué, estuve en un vestuario y sé lo que sienten los que corren en la cancha y creo que el mensaje debe ser simple. Quiero que mis muchachos sepan interpretar el juego: cuándo atacar, cuándo apretar, cuándo defenderse, cuándo salir de contragolpe.  Y si aparte, todo lo que exijo se hace de la mejor manera, mucho mejor: me crié en una escuela que habla mucho de eso, la de Argentinos Juniors.


Foto página 23 arribaEn acción. Zermatten charla con sus futbolistas durante la pretemporada. Valora a Pekerman: “Es un grande y sus charlas fueron la mejor escuela para mí”, dice.

Recuerdos de un debut a lo grande

Fabián Zermatten es uno de esos bichos del Ascenso. Y sí, se crió futbolísticamente en La Paternal (jugó en el baby de Almirante Brown), donde fue formado por José Pekerman y Jorge Viejo, pero después recorrió un largo camino en el mundo de la redonda: Temperley, Banfield, Defensores de Belgrano, Andino de La Rioja, Sportivo Rivadavia y, sobre el final de su carrera, la filial de River en Puerto Rico.

Entre sus recuerdos más valiosos, guarda haber participado de la Copa Libertadores y Sudamericana, pero sin dudas su mayor logro fue la felicidad del debut en Argentinos Juniors, con batacazo ante Boca en la cancha de Vélez.  

Fue en 1991, el ‘Bicho’ derrotó a Boca 3-1 y Zermatten recuerda: “Fue la mayor alegría como jugador de fútbol. Yo era un pibe y tenía todos los nervios, con apenas 19 años y me tocó enfrentar a Navarro Montoya,  Giunta… Blas me miraba de reojo, como para comerme vivo, pero me dejó jugar tranquilo en el mediocampo, je”.

Además, agrega que guarda todos los recortes de ese día imborrable, ya que estaba toda su familia en la cancha: “Se dio todo, y si algo más podía pasar para redondear el debut, terminamos ganando contra un equipazo”.  

Pero las alegrías no terminaron ahí, porque sumó a su palmarés la participación en la Libertadores con el Táchira y luego llegó la Copa Sudamericana con el The Srongest de Bolivia. Y si faltaba algo más, jugó en la altura de Quito y en  México con el Querétaro. Pero lo más extravagante, fue su visita a Albania: “era todo raro, estuve poco tiempo y aprendí muchísimo”, resume. Ya en su último tramo, llegaron Independiente de San Miguel del Monte y River Plate de Puerto Rico, donde se calzó el buzo luego de un largo itinerario.  

Entre tantos recuerdos, resume que “de todos lados, me llevé algo y todo eso me sirvió para plasmar mi carrera de entrenador. Jugué en los lugares más raros y de cada uno de ellos guardo una larga lista de amigos. Pero sin dudas, lo más importante y relevante fue haberme criado en las Inferiores de Argentinos. No es casualidad lo del Semillero del Mundo, todo lo que se comenta y los grandes que salieron de ahí: Maradona, Riquelme, Redondo, Cambiasso…”.

Ahí tuvo la suerte de ser dirigido por Pekerman: “Terminó siendo una de las cosas más valiosas que guardo, es un grande y logró transmitir de la mejor manera sus conocimientos. Sus charlas fueron la mejor escuela porque después  llevé impregnado el ADN de Argentinos por todas las canchas. Por eso siempre resalto que hay que conseguir el objetivo, pero sin resignar al buen gusto. Tratar bien a la pelota, intentar jugar siempre, de galera y bastón, como me enseñaron en La Paternal”. 

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