Desde hace más de un mes, casi mes y medio los vecinos de Vicente Casares se encuentran incomunicados ya que durante varios días consecutivos amigos de lo ajeno robaron los cables de la línea telefónica.
Ante esta situación se realizaron los reclamos correspondientes, incluso algunas personas se presentaron en la oficina de Monte Grande y la respuesta fue contundente: no tienen insumos.
Una vez más quienes pagan el servicio, entre ellos muchos adultos mayores para las cuales el teléfono de línea es  una necesidad, se ven perjudicados por una empresa que hace oídos sordos a los llamados subestimando a las personas que ya van perdiendo la paciencia.
En estos tiempos tener un medio para comunicarse no es un lujo, es un derecho y parece no importarle a nadie, incluidos nuestros representantes que brillan por su ausencia ni han intercedido para acelerar el trámite que tiene a todo un pueblo inmerso en la incertidumbre y la espera paciente.
Seguramente alguna autoridad, un concejal o un candidato, tendrá el contacto adecuado para hacer la llamada que acelere los tiempos; es acá donde los vecinos los necesitan gestionando una solución a un problema concreto que ya está cansando a los usuarios.
Por favor que alguien escuche este reclamo o habrá que suponer que Vicente Casares es un pueblo fantasma para las autoridades municipales.