Molino Cañuelas: ¿cambia de dueños?

La empresa vive una situación financiera muy complicada. El pasivo asciende a los 1.300 millones de dólares. Los Navilli podrían perder el control cediendo el 80% de su capital. Bancos y fondos de inversión, ¿tomarán el control o lo venderán al mejor postor?

Actualidad03/02/2020El CiudadanoEl Ciudadano
foto tapa molino

MOLINO CAÑUELAS

Una complicada y riesgosa situación

Molino Cañuelas acumula un pasivo cercano a los U$S 1.300 millones de dólares, deuda que mantiene con más de 40 Bancos y fondos de inversión. Dentro de los locales están los públicos Nación y Provincia, mientras que en los privados se encuentran el HSBC, Santander y Macro, entre otros. El Banco Macro, que posee tan solo el 1% de deuda, presentó en los primeros meses del año pasado, el pedido de quiebra ante la justica comercial.
La empresa y su CEO, y dueño, Aldo Navilli es tan particular como el bajo perfil y diversidad de negocios que tienen. La firma posee 21 plantas de producción en todo el continente, su crecimiento ha sido parejo a lo largo de su historia. Ha sobrepasado todas las grandes crisis que ha vivido nuestro país hasta la última que se ha generado durante el gobierno de Mauricio Macri a partir del año 2018.
Con millonarias deudas tomadas en moneda extranjera, en paralelo, concretó un fuerte proceso de expansión en la Argentina. Tal vez  uno de sus mayores hitos fue en el año 2016, con la compra del negocio local de harinas de Cargill (en total, siete molinos) por 736 millones de pesos. Previamente debió obtener un crédito del Banco Mundial de 80 millones de dólares.
Más allá de las dificultades del mercado interno por la caída de ventas, su escenario se hizo más crítico en 2018, cuando tuvo que desistir de su intención de abrir su capital a la Bolsa. Allí esperaba obtener unos u$s 333 millones, de los cuales una parte iba a ser destinada al pago de deudas, pero, en su último balance la empresa informó pasivos financieros con plazo a pagar a un año.  El mayor obstáculo de la empresa era que gran parte de su deuda estaba tomada en moneda estadounidense, por lo que las sucesivas devaluaciones complicaron aún más su operatoria, que depende mucho del mercado local donde factura en pesos. Con el correr de los meses su situación se fue agravando.
A mediados de julio pasado inició la reestructuración de deuda, que se espera que en las próximas semanas se resuelva mediante la cesión del 80% de su capital accionario y un mandato de venta a las entidades financieras. Con este poder las entidades saldrían a ejecutarlas lo antes posible, ya que no les interesa quedarse en el negocio alimenticio. Hay que mencionar que existe un acuerdo de confidencialidad entre las partes, y queda la sensación que la noticia fue impulsada por alguno de los acreedores, con el objetivo de presionar a los Navilli. Algunos de los voceros de los Bancos consultados manifestaron que la intención ess acordar. Los Bancos públicos tienen mejor predisposición para que todo salga adelante sin mayores sobresaltos.
Al momento sigue funcionando con normalidad, dado que el Banco BICE le otorgó otro préstamo para que pudiera seguir operando sin mayores sobresaltos.
Si bien es preocupante todo lo planteado, la familia Navilli pretende regularizar la situación, llegando a un acuerdo viable con todos los acreedores para poder seguir con el proceso de expansión. Resta saber si el gobierno nacional y provincial, hoy muy ocupados en resolver el tema de deuda soberana, deciden salir al rescate de este gigante alimenticio.

Aldo Navilli
Aldo Navilli, CEO de la empresa durante décadas ¿perderá el control?


Una companía con historia

La historia de Molino Cañuelas se remonta a 1931, cuando la familia Navilli adquirió un molino harinero en la ciudad cordobesa de Laboulaye, desde donde comenzó a expandir su producción. Un par de décadas después, sumaría más molinos en la zona y una empresa de fideos, todos en la provincia de Córdoba.
En 1977 sumaron un molino en la ciudad de Cañuelas, provincia de Buenos Aires, que dio nombre a la empresa y dio inicio a un crecimiento sostenido que llegó a convertirla en uno de los grandes grupo industriales del sector alimentos. Hace apenas tres años se quedaron con los activos locales de la estadounidense Cargill, en el rubro de molienda de trigo.
El empresario Aldo Navilli, que lidera actualmente la operación de la compañía, heredó la empresa familiar y se convirtió en su principal directivo con apenas 24 años. Lejos de la realidad actual de la empresa, entre sus sueños más ambiciosos estuvo llegar a cotizar en la Bolsa de Nueva York, que estuvo cerca de concretarse en 2018.
Molino Cañuelas es una empresa familiar con casi 90 años de historia que se convirtió en líder en producción de harinas, con más del 80% de ese mercado. Cuenta con 21 plantas industriales en la Argentina, Brasil y Uruguay, donde se fabrican productos de marcas muy presentes en la vida cotidiana como las harinas Pureza, los bizcochos 9 de Oro, los aceites Cañuelas, las premezclas para bizcochuelos y rebozadores Mamá Cocina y las pastas secas San Agustín. Se estima que emplea a unas 3.000 personas.  


El personal en estado de alerta

Si bien los operarios de la empresa Molino Cañuelas se mostraron preocupados ante la reestructuración de la compañía, temen que la empresa los comience a suspender o los despida. Lo que mantiene a los gremios alimenticios en estado de alerta.
La fuente de la empresa consultada por este semanario descartó de manera tajante que esté prevista una ola de despidos.
Al momento ha podido seguir funcionando con normalidad, dado que el Banco BICE le otorgó otro préstamo para que pudiera seguir operando sin mayores sobresaltos.
Si bien es preocupante todo lo planteado, la familia Navilli pretende regularizar la situación, llegando a un acuerdo viable con todos los acreedores para poder seguir con el proceso de expansión, que fue la causa de la actual problemática.


Martínez de Hoz, hiperinflación, 2001 y... ‘pasaron cosas’

Cierto es que las políticas económicas y productivas aplicadas por el gobierno del Ingeniero Macri fueron desastrosas, solo basta con ver los resultados que han dejado. Cambiemos nunca tuvo una política “pro” producción y empleo, sino todo lo contrario.  

Molino Cañuelas ha superado todas las crisis que se han generado, pasando por diferentes gobiernos, pero hoy se encuentra en un punto de inflexión por lo que ha generado el último gobierno, principalmente a partir de diciembre de 2017, donde el gobierno pareció perder el control de mando, con un presidente que terminó reconociendo en las últimas horas, que si bien era consciente del estado de situación en el que estaba el país, sus ministros del área Económica hacían lo que querían, con medidas que solo generaban beneficios para sus arcas personales.
Claro está que nadie puede cuestionar el manejo de Aldo Navilli, que ha sabido surfear y seguir avanzando durante décadas, a pesar de las reiteradas crisis que han pasado en nuestro país. Durante diciembre de 2015 y diciembre de 2019 la moneda argentina devaluó un 537%, y la caída del consumo de alimentos, solo en 2019, fue del 7,9%, según CAME (Cámara Argentina Mediana Empresa), dos números fatales para las finanzas de Molino Cañuelas, dado que su deuda es en dólares y su venta en pesos.
Cuesta encontrar en el mundo empresas alimenticias a las que les vaya mal, y mucho más, cuesta en países como el nuestro, donde no son tantas las empresas que se dedican a esta actividad. La situación de Molino Cañuelas no es una excepción, uno de los competidores es Molinos Río de la Plata. La empresa perteneciente al grupo Perez Compac, lleva registros de pérdidas ya en los años 2017 y 2018, donde la Sociedad perdió $755 millones y $1.703 millones respectivamente. En los primeros nueve meses del año 2019 dio a conocer que  su pérdida era de $ 1.356 millones de pesos, ‘‘en un contexto de caída de consumo y suba de costos, por alta inflación y fuerte devaluación’’, expresó la empresa mediante un comunicado.
Claro está que la repercusión y preocupación que genera la situación de Molino Cañuelas en particular tiene que ver con la magnitud de lo que representa, no sólo para los cañuelenses, si no para el resto del mundo empresarial, aunque vale decir que no es diferente a la que han pasado cantidad de Pymes y comercios, que finalmente terminaron cerrando sus puertas.
Se espera ver qué decisión y qué políticas productivas lleva adelante el gobierno de Alberto Fernández, que bien sabía el país que iba a heredar, ya que así lo manifestaba desde principios del año 2019, cuando todavía no era candidato y se expresaba como opositor en los medios.
Hasta hoy no se ha escuchado de qué manera el Estado puede promover la reactivación industrial, mediante incentivos a la toma de crédito con tasas razonables, salir de la inercia en la que está inmerso el proceso inflacionario y cómo incentiva a las Pymes y grandes compañías a contratar personal.
Hasta ahora se ven muchas reuniones, fotos entre los ministros y nuevos funcionarios, pero todo parece ser de camaradería. Es necesario que el gobierno se ponga acción, dado que a diferencia de otros procesos la realidad provoca que la “luna de miel” será más corta.

Por Rodo Herrera - [email protected]


Desde gobierno y política local

Consultada la intendenta Marisa Fassi sobre la situación de la compañía de la familia Navilli, dijo: “Confío en la capacidad y manejo del Sr. Aldo Navilli, que ha demostrado sus grandes virtudes a lo largo de la historia de la empresa. Cierto es que la situación es impactante desde los números que trascendieron, pero creo que cuenta con la experiencia e inteligencia para sobreponerse. Molino Cañuelas es una empresa ejemplo a nivel mundial, produce, crece y da trabajo. Cuenta con mi apoyo personal y de  todo este gobierno municipal, ya que es muy importante para Cañuelas y el país.”

Desde el radicalismo y pro, Ignacio Nacho Duhalde y Santiago Mac Goey fueron invitados a dar una reflexión sobre el tema pero no respondieron la consulta. 

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