Juicio por la muerte de Maradona: nulidad, consecuencias, suspenso judicial, la figura de Rodolfo Baqué ¿y qué pasará con Makintach?

La magistrada recusada está cercada por los escándalos y denuncias. Se resuelven los pedidos para que sea juzgada. Las imágenes tomadas no autorizadas de la familia del astro argentino en los tribunales y la importancia del abogado cañuelense en el caso.

Interés general30/05/2025 Leandro Barni
Foto Página 7 a la izquierda
La polémica jueza Makintach, en el centro de la escena y del escándalo.

Un caso que comenzó como una investigación sobre las circunstancias que rodearon el fallecimiento del astro del fútbol mundial, hoy se encuentra en el centro de un escándalo que involucra a los jueces, y que también puso en escena protagonistas que han sido parte del proceso, entre ellos el abogado cañuelense Rodolfo Baqué. 

El proceso judicial estuvo marcado desde su inicio por la figura de Baqué, quien fue removido del caso en una decisión que generó controversia. Según se ha informado, uno de los motivos detrás de esta decisión fue el temor de ciertos actores judiciales a la "forma de litigar" del abogado, que ya había sido objeto de críticas debido a su enfoque desafiante en el tribunal. Sin embargo, lo que realmente despertó la indignación fue la percepción de que su presencia podría poner en riesgo la imagen de los jueces involucrados en el caso, especialmente tras la aparición de un documental sobre el juicio. 

Baqué, conocido por su estilo directo y a menudo incisivo, fue finalmente apartado del caso, lo que abrió la puerta a una serie de cuestionamientos sobre la independencia judicial. A este hecho se sumó el pedido de juicio político a la jueza Julieta Makintach, realizado por el abogado Fernando Burlando, quien ha sido una de las voces más críticas respecto al manejo del proceso judicial. La recusación presentada contra Makintach se apoya en una serie de decisiones polémicas que apuntan a un presunto conflicto de intereses y manipulación del juicio en favor de intereses extrajudiciales, como la promoción del documental. 

La jueza Makintach ha sido señalada por haber favorecido decisiones que, según sus críticos, no respondían al fondo del asunto sino a la búsqueda de "contenido polémico" que pudiera alimentar la narrativa del documental. Entre las decisiones más controversiales, se destacan su voto a favor del apartamiento de Baqué, su apoyo al arresto de un testigo clave, el testigo Coria, por falso testimonio, y la autorización para un allanamiento solicitado por el fiscal Ferrari. Estas acciones, junto a otras medidas tomadas durante el juicio, refuerzan la sospecha de que la jueza actuó con un guion preestablecido para generar morbo y controversia, desviándose de la imparcialidad que se espera de un tribunal. 

El fiscal que intervino en la causa también expresó su preocupación por la probidad del tribunal, destacando que la jueza Makintach y los otros magistrados implicados en el caso parecían haber tomado decisiones influenciadas por un interés ajeno a la justicia. La situación se ha vuelto aún más compleja al conocerse que se tomaron imágenes no autorizadas de los magistrados Zavarino y Di Tommaso, así como de las hijas de Maradona, Dalma y Yanina Maradona Villafañe, para ser utilizadas en la miniserie en cuestión. Este hecho ha alimentado la sospecha de que la jueza no actuó solo como autoridad judicial, sino también como una figura clave en una producción mediática, lo que plantea serias dudas sobre la imparcialidad del proceso. 

En medio de esta tormenta judicial, la figura de Rodolfo Baqué se ha consolidado como un símbolo de la resistencia a lo que muchos consideran una desviación de la justicia. El abogado cañuelense no solo ha sido apartado del caso por su estilo litigioso, sino que además ha sido víctima de un proceso de desacreditación que, según sus defensores, busca tapar posibles irregularidades en el manejo del juicio. 

La reciente recusación de Makintach ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema judicial frente a presiones externas, como las mediáticas, y ha abierto un debate sobre el futuro del proceso judicial. Con el juicio político en marcha contra la jueza, la pregunta que se hace la sociedad es si el daño ya está hecho: ¿es posible rehacer el juicio sin que este se vea contaminado por el desgaste mediático y la pérdida de confianza en el órgano judicial que lo ha administrado? 

La respuesta no parece fácil. La intervención de un nuevo juez podría poner en duda la validez de muchas de las decisiones tomadas hasta ahora, y la posibilidad de que el caso se reabra en su totalidad podría prolongar aún más un proceso que ya lleva años de investigaciones, giros y escándalos. En este punto, el juicio por la muerte de Diego Maradona no es solo un caso judicial más, sino un reflejo de cómo los intereses mediáticos, los conflictos de intereses y las luchas de poder dentro del sistema judicial pueden alterar la percepción de la justicia y, más aún, su verdadero funcionamiento. 

A medida que se desarrollan los próximos capítulos de esta novela judicial, los ojos estarán puestos no solo en el juicio político a la jueza Makintach, sino también en cómo la justicia argentina se enfrenta a la amenaza de la impunidad y el desgaste de su credibilidad.  

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