'Cañuelas, Mi Lugar': Se entregaron 32 lotes para familias que podrán soñar con la casa propia

“Para el mercado todo es negocio, pero para el Estado siempre hay que priorizar a la comunidad”, dijo Marisa Fassi en el acto que se realizó en el barrio San Ignacio y la calle Pellegrini. La búsqueda de esta política de la intendenta es el arraigo y acceso a la tierra a precios razonables.

Interés general23/03/2025 El Ciudadano
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A partir de esta semana, 32 familias tendrán un lote para acceder a su futura casa. Son 20 de la zona de la calle Pellegrini y 12 en el barrio San Ignacio.

La alegría efímera de una noche de sábado se convirtió en una tragedia en las afueras de Cañuelas. Lo que comenzó como la simple búsqueda de un momento de esparcimiento para un grupo de pibes, culminó en la muerte violenta de Agustín Quiñones, de 18 años. El crimen, perpetrado en la madrugada del 15 de diciembre de 2024, no solo arrebató la vida de un adolescente con aspiraciones de cantante, sino que además expuso una realidad: la impunidad y la violencia dominan la escena. Todavía hoy, a más de tres meses del hecho, el acusado de cometer el asesinato sigue prófugo. 

Agustín, el mayor de cinco hermanos, era un muchacho trabajador y soñador. Alternaba sus jornadas laborales, destinadas a ahorrar para abrir su propio taller mecánico, con su pasión por la música, cantando en bares y locales de la zona. Aquel sábado, luego de una presentación, él y sus amigos decidieron extender la noche y se dirigieron a una fiesta privada difundida como ‘Ibizafest’ en la casa quinta ‘La Lorita’, ubicada entre el barrio San Esteban y Peluffo.

Lo que debió ser una noche de diversión se torció abruptamente al llegar a la entrada de la fiesta. Según el relato de Ayelén, prima de Agustín y testigo indirecta de la tragedia, una discusión banal por el ingreso se transformó en una confrontación violenta. “Cuando llegan con sus amigos, no los dejan entrar, se produce un incidente, una discusión. Lucas Figliomeni sale con un arma, una pistola calibre 9 milímetros, y efectúa varios disparos al aire”, recordó Ayelén con el dolor aún palpable en su voz.

Pero la escalada de violencia no se detuvo ahí. La situación, que a simple vista parecía una riña más, tomó un giro macabro e irreversible. “Lucas Giacomini (Cabral) le agarra el arma y directamente lo ejecuta a Agustín y luego se va”, relató Ayelén, describiendo la frialdad y premeditación del acto.

La escena que encontró la prima al llegar al lugar del crimen la persigue hasta el día de hoy. “Estaba acostada y me dicen ‘lo mataron al Agus, lo mataron, lo mataron’. Atiné a correr a mi casa, a lavarme la cara, me até el pelo, me subí al colectivo 88 y me fui. Cuando llegué me encontré con el cuerpo de mi primo tirado y mucha gente del otro lado. Nadie decía nada”.

Foto Página 3 abajoLa intendenta junto a una de las afortunadas, que ahora podrá aspirar a su propia vivienda gracias al programa ‘Cañuelas, Mi Lugar’.

Tras el asesinato, los agresores huyeron de la escena. Figliomeni fue detenido el mismo día del hecho, y la causa está próxima a elevarse a juicio oral. El principal responsable de la muerte de Agustín, Lucas Giacomini, continúa prófugo. La situación se torna aún más indignante para la familia Quiñones, ya que –según denuncia– Giacomini, desde la clandestinidad, sigue amenazándolos y jactándose de su crimen en las redes sociales.

La prima y Yésica, la mamá, están confeccionando distintos perfiles e intentando acceder a las cuentas del asesino y de sus familiares para averiguar su paradero. Ayelén destacó que el sospechoso cambia de cuentas de Instagram con frecuencia. “Ahí encontramos fotos de ellos que muestran que están robando. Nos dijeron que tienen balas para todos”. 

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