La aventura de una pareja para unir los 6 mil kilómetros en moto entre Ecuador y Cañuelas

Daiana Beherens es una cañuelense del barrio 12 de Octubre que recorrió todo tipo de rutas para llegar al cumpleaños número 15 de una sobrina. A su marido, Carlos Sanchez, lo conoció por las redes sociales. A inicios de noviembre emprenderán la vuelta 'motoquera'.

Historias Mínimas31/10/2024 Leandro Barni
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Lo que parecía un simple viaje para celebrar un cumpleaños se transformó en un capítulo épico de la vida de esta pareja. Aquí en una ruta peruana.

Daiana Beherens es una mujer de espíritu aventurero y encanto único que ha tejido su vida entre los paisajes montañosos de Ecuador y las tradiciones de su Cañuelas natal. Nacida hace 36 años en el barrio 12 de Octubre, este pequeño rincón de la Argentina siempre fue su refugio emocional. Sin embargo, desde hace seis años, Daiana ha hecho de Ecuador su hogar, porque fue un país que le ha ofrecido oportunidades sorprendentes y, en última instancia, hasta el amor. 

Desde las vibrantes ciudades hasta los paisajes naturales de ensueño, Ecuador se presenta como un escenario ideal para la exploración sobre dos ruedas. La protagonista de nuestra historia confiesa haber experimentado la rutina diaria de la vida urbana, la cual la llevó a anhelar un retorno a la naturaleza, similar a los recuerdos que tiene de su infancia en el área rural de Cañuelas.

Recientemente se encontraba en la capital ecuatoriana, pero una simple conversación con su esposo encendió una chispa de emoción que los llevaría a emprender un viaje de 6,000 kilómetros en una motocicleta Dominer 400. Esa fue la distancia entre Quito y Cañuelas que recorrieron en su moto. 

La idea de viajar en dos ruedas surgió de una combinación de factores: el deseo de vivir una experiencia única, las celebraciones familiares y la posibilidad de escapar de la monotonía. Fue en el contexto de la celebración quinceañera de su sobrina Maylén que el esposo de Daiana, Carlos Sánchez, lanzó la idea generosa pero sorprendente de embarcarse en una aventura en moto. No fue necesario mucho tiempo para que ambos decidieran que ese rodado sería el medio perfecto para adentrarse en el corazón de la naturaleza ecuatoriana. Ya habían estado juntos en nuestro país, pero trasladándose en avión.  

Con una vida marcada por la curiosidad y la búsqueda de nuevas experiencias, Daiana se embarcó en un viaje que comenzó en redes sociales. Allí conoció a un joven que capturó su atención a través de píxeles y palabras. Lo que empezó como una amistad digital se transformó en una conexión auténtica que trascendió las distancias. Después de un periodo de contacto a distancia, Daiana decidió tomar una de las decisiones más importantes de su vida: viajar a Quito para conocer a su pareja en persona. A partir de ese primer encuentro, su amor floreció, culminando en un matrimonio que la ancló aún más a este nuevo mundo. 

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Carlos y Daiana descubrieron que la aventura no se encuentra solo en la llegada, sino en cada kilómetro que recorrieron. Y muestran sus reconocimientos.

“Gracias a Dios salió todo más que bien. Si no era lo que resultaba yo me volvía a Cañuelas,” es una frase de Daiana que refleja su valentía y determinación al enfrentar lo desconocido. Tras tres años de ausencia, su regreso a Cañuelas estuvo marcado por la nostalgia y el deseo de reconectarse con su familia, especialmente con sus sobrinos en crecimiento. La distancia había sido difícil, pero ahora estaba frente a la oportunidad de celebrar momentos importantes que había perdido. En este reencuentro, no solo se conectó con sus raíces, sino que también integró a su esposo a su mundo familiar. 

El regreso a la tierra natal no fue un viaje común y corriente. Daiana y su esposo Carlos, quienes se consideran “medio locos”, decidieron emprender la aventura en moto, un medio de transporte que simboliza la libertad que ambos anhelan. Planearon un recorrido que los llevaría a través de los paisajes cambiantes de Ecuador, donde pasaron un mes viajando y explorando. Cada día era una nueva promesa y, a pesar de los peligros en el camino, como un derrumbe en una zona montañosa chilena que los dejó varados, por ejemplo, el viaje se convirtió en una odisea inolvidable. 

Con la Dominer 400 preparada para la aventura, equiparon sus maletas con entusiasmo. Cada uno llevaba tres maletas: una para la ropa festiva, necesaria para el cumpleaños de 15 de su sobrina, y las otras para el equipamiento de la moto y el vestuario personal. Daiana recordó el momento con alegría, compartiendo cómo planificaron su viaje meticulosamente, con una hora diaria dedicada a organizarse y salir. Sin embargo, el tiempo no siempre se comportó como esperaban. Su viaje, que había sido planeado para una duración de 12 días, se extendió a 17... Un alud en un pueblo de Chile los dejó varados y, además, incomunicados. Lemoción y la ansiedad coexistían en cada kilómetro recorrido. 

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Con la smochilas cargadas de expectativas, los viajeros se lanzaron a la ruta para iniciar su 'loca' aventura. Una historia de película vivieron Daiana y Carlos.

El proceso de preparación se transformó en un verdadero ritual de anticipación. Equipar la moto se conviertió en una actividad apasionante: desde la elección de los intercomunicadores para los cascos, que permitirían la comunicación en la carretera, hasta la planificación de los itinerarios y las paradas estratégicas. La pareja se tomó su tiempo para asegurarse de que cada detalle estuviese pensado antes de partir a esta travesía que los llevaría por montañas, rutas espectaculares, pueblos acogedores y estaciones de servicio que se convertirían en momentos de descanso y renovación. Resolvieron dormir en hoteles y no hacer camping, por ejemplo.  

Los relatos de su viaje se plasmaron en sus redes sociales (en Instagram, @aventuras_ec_ar; youtube @ Viajes-Aventuras; y en Tiktok, @viajesyaventurasec), donde documentaron no solo las maravillas de cada lugar, sino también los desafíos que enfrentaban como viajeros. Se encontraron con otros aventureros, "hermanos de ruta" con los que comparteron historias y risas bajo el cielo estrellado. Su experiencia en las montañas, detenerse en las estaciones de servicio y disfrutar de la diversidad cultural de diferentes pueblos, les otorgó una nueva perspectiva sobre el mundo. 

A pesar de su ferviente amor por Ecuador, Daiana no ignora la situación política de ese país. “No está fácil la situación en Ecuador tampoco,” comenta, reflejando la realidad que muchos enfrentan y la que, de alguna manera, impactó su vida diaria. Años atrás, fue empleada en el restaurante de la sede del Club Cañuelas y, luego, en una heladería de la calle Acuña. Actualmente, la cañuelense trabaja en una oficina de telecomunicaciones en Quito.  

En su corazón hay un fuerte lazo con Cañuelas, el lugar donde sus raíces están sembradas y donde todavía siente el cariño de su madre, con quien celebrará su cumpleaños, el 3 de noviembre. Todo este viaje refleja la dualidad de su vida: una mujer que encontró su hogar en Ecuador, pero que nunca olvida de dónde vino. Mientras se prepara para su regreso a Ecuador en moto, Daiana continúa escribiendo su historia, una crónica de amor y aventura que sigue desplegándose con cada nuevo capítulo. 

Daiana Beherens es una mujer cuyo viaje es un testimonio de que la vida se puede vivir de múltiples maneras, combinando el amor, la aventura y la nostalgia. En cada ruta que recorren, en cada montaña escalada y en cada encuentro con su familia, está construyendo un puente entre dos mundos: el de su infancia en Cañuelas y el de su vida actual en Ecuador. Y siempre con una sonrisa y un espíritu indomable... 

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