El obispo de Gregorio de Laferrere, Jorge Martín Torres Carbonell, realizó los cambios anunciados a fin de de diciembre de dos sacerdotes con el fin de mejorar la atención pastoral de las comunidades de esta jurisdicción eclesiástica. “Rezamos para que el Señor acompañe a los sacerdotes en los nuevos servicios pastorales que la diócesis les encomienda “, pidió el prelado.

El pasado domingo, frente a la plaza San Martín, se realizó la ceremonia de asunción del padre Antonio Federico Sosa -nacido en Tucumán hace 51 años- como nuevo cura de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cañuelas, que venía siendo atendida por el párroco Ramón Costilla. Allí, ahora, se recibió oficialmente al nuevo párroco (Sosa), quien se estaba desempeñando como administrador parroquial de la iglesia Nuestra Señora del Carmen ubicada en Puerto Argentino 4162, en la localidad de González Catán. El sacerdote Costilla, por su parte, asumió la conducción de la parroquia de Catán durante la mañana de esa jornada concretándose el enroque ordenado por el obispo Torres Carbonell.

Entre los invitados a la ceremonia, se encontraba la intendenta municipal, Marisa Fassi, quien estuvo durante toda la misa de toma de posesión del nuevo párroco. Sosa recibió de manos de la funcionaria el escudo del Partido de Cañuelas, y -además.- la intendenta se encargó de darle la bienvenida en representación de la comunidad.

De la misa participaron también el diputado del Parlasur y ex intendente de Cañuelas, Gustavo Arrieta, junto a otros funcionarios municipales y del Concejo Deliberante, además de dirigente de diferentes ámbitos.

La ceremonia comenzó tal cual lo previsto en las afueras del templo, en Del Carmen 561, donde se congregaron fieles cañuelenses y grupos de jóvenes y estudiantes de diferentes capillas locales. Primero se desarrolló la misa y luego el juramento de fidelidad de Sosa. Sobre el altar dispuesto en la calle Del Carmen se instalaron flores y emblemas de la Iglesia.

Durante la noche del viernes 9 hubo una fiesta de despedida para Costilla, en el salón San José del templo mayor de nuestra ciudad. Fue bajo la modalidad de “cena a la canasta” y donde no faltaron las danzas folklóricas, a las que se sumó el religioso. Luego, hubo un momento para escuchar las palabras del sacerdote, quien terminó recibiendo algunos regalos. Entre ellos, un mate, además de unos versos recitados por el comerciante de nuestra ciudad José Luis Laza.

A fin de diciembre, durante una jornada del clero realizada en la diócesis de Laferrere, se conoció el anunció de que el padre Sosa había sido nombrado en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cañuelas y el padre Costilla en la de capilla homónima de González Catán. El movimiento de estos dos curas ocurrió en un clima fraterno en la ‘Casa de Adoremos al que Vive’.

Sosa es, además, director general del Instituto de los Oblatos Diocesanos. Nació en Tucumán, al igual que Costilla, y realizó sus estudios primarios y secundarios en la capital de San Miguel. Desde su infancia sintió el llamado a la vida consagrada, pero no estaba en sus planes asistir a un seminario de manera inmediata.

En el mencionado Instituto fue que se hizo laico consagrado. Luego vino un proceso de vivir su consagración en otro servicio.

Sobre la comunidad que dejó en Catán, afirmó que se sintió “muy bien, muy en comunidad, con personas muy fraternas, misericordiosas y trabajadoras”.

Sobre la noticia de ser párroco en Del Carmen de Cañuelas mencionó que lo tomó “con mucha sorpresa y alegría. Viendo como Dios va escribiendo mi camino y me va llevando a nuevos horizontes. Por lo pronto, en Cañuelas voy transitar junto con la comunidad para conocernos y fraternizar, aunque ya hay un vínculo anterior de hace años por los oblatos, para luego pensar todos juntos el camino a recorrer”.