En uno de los últimos encuentros de la industria lechera de nuestro país se apuntó a un tema que está demostrando crecimiento y mayor aceptación entre los tamberos. La robotización vino para quedarse, alcanzando una gran empatía con los establecimientos y el trabajo de ordeñe.

En el Congreso Lechero (CREA), la presencia de diferentes empresarios de la industria láctea revelaron sus experiencias en la modernización y utilización de la gama robótica. “Obtener leche de la manera más eficiente posible era una cuestión de subsistencia: no había posibilidad de errar ningún tiro”, comentó, entre ellos, Hernán Harispe, quien en la actualidad administra 67 hectáreas tamberas con ordeñe voluntario robótico. Lo hace junto a Sebastián, su hermano, y aún continúan realizando la transición del tambo convencional al tecnológico.

Para los Harispe, contar esta experiencia logra visiblemente emocionarlos, ya que el crecimiento fue como todos los pequeños emprendimientos familiares del campo, de menor a mayor. Sus padres comenzaron con un tambo chico y el establecimiento solo contaba con 40 hectáreas. “Con eso lograron criar a siete hijos y que todos terminen una carrera universitaria”, sostuvieron con orgullo.

Para adquirir los robots, los hermanos tuvieron que recurrir a una financiación externa y en abril dieron inicio al sistema. Al poco tiempo, el 60% del rodeo de vacas se ordeñaba con el sistema voluntario. Refiriéndose a los trabajadores, Hernán dijo: “La cantidad de empleados no va a cambiar. Ni siquiera cuando termine el proceso, pero la calidad de vida va a mejorar de manera notable, porque ya no va a ser necesario levantarse a la madrugada para ordeñar”.

El novedoso panel de disertantes del Congreso Lechero (CREA) estuvo integrado por quienes conforman el “CREA Tambero Robótico”, y tuvo la coordinación del asesor Pedro Mazziotti en la ciudad de Rosario. Cabe señalar que el ‘CREA Tambero Robótico’ dio sus primeros pasos en 2021 y su conformación formal se oficializó en febrero de 2022, con 14 empresas de tres provincias, las que gestionan 65 tambos robots. 

La leche de tambos robots en números y la tecnología
Los últimos datos consolidados por el grupo CREA T.R. y que se dieron a conocer en abril hablaron de una producción en conjunto 3,30 millones de litros con un total de 3.120 vacas y una media de 2,50 ordeños por vaca por día.

A estos números de producción lechera, también se suman las tres empresas proveedores de esa tecnología, que les ofrecen a los tamberos diferentes sistemas productivos para medir el impacto de cada equipo en diferentes momentos de producción.

Los jóvenes en la actividad
Según el testimonio de Alejandro Mulcahy, “el sistema voluntario de ordeñe tiene un impacto enorme en los jóvenes, quienes se sienten mucho más motivados con las condiciones de trabajo presentes”. Mulchahy comenzó incorporando seis robots. En la actualidad, ya no cuenta con sistema tradicional, su gestión es al 100% del rodeo con el sistema voluntario de ordeñe.

Alejandro también puntualizó el tema laboral y el del bienestar y sanidad animal y sus beneficios: “Los fines de semana se queda una sola persona a cargo y así logramos un régimen de francos mucho más atractivo; las mejoras en el bienestar de las vacas son notables en cuestiones sanitarias y reproductivas”.

Otras voces 
Keysi Montechiari, atraída por la empresa familiar lechera, confiesa con ocho robots: “Sin estas tecnologías es muy probable que no me hubiese incorporado a la empresa familiar; a ningún joven le gusta estar ordeñando un sábado a la madrugada; el cambio de paradigma productivo está lejos de circunscribirse a los robots, existen muchas otras tecnologías de automatización de procesos que comenzarán a ser incorporadas.

Álvaro Llorente, quien aportó su experiencia en el panel de CREA T.R., relató: “La tecnología nos permite tener una mejor rentabilidad al mejorar muchas variables, además de aportar una solución ambiental en el marco de una economía circular. En todos los casos, el tambo robotizado libera al personal de tareas operativas, posibilita realizar un seguimiento en tiempo real de la productividad de cada animal, más allá de cuál sea la escala del mismo”.