Mano a mano con Gustavo Arrieta, precandidato al Parlasur

-El mes pasado hubo una reunión en el Instituto Patria en la que participaron los precandidatos al Parlasur, ¿qué conclusiones sacaron?
-Existe una visión a nivel global acerca de la importancia que tiene para los países integrase en bloques. En el caso de Latinoamérica y el Mercosur, nuestro espacio político considera a la integración como una necesidad insustituible. El Mercosur tiene las mayores reservas de biosfera del mundo y  de agua dulce. Y a nivel regional, de gas, y una de las principales reservas de petróleo convencional y Shale del mundo, la principal cuenca ganadera y grandes extensiones de tierra fértil para la explotación de los commodities. Todo esto tiene valor en tanto y en cuanto podamos articular regionalmente procesos de financiación, defensa de los recursos y agregado de valor en origen que nos permitan, mas allá de estas enormes ventajas comparativas, mejorar la calidad de vida de la región en general y de nuestro país en particular.

-¿Cuánto puede aportarse desde el Parlasur?
-Hay bloques regionales con más de 60 años, como la Unión Europea, que recién en los últimos 25 pudieron empezar a unificar criterios legislativos con fuerte impacto económico para la calidad de vida de sus habitantes. Tenemos que ir por ese camino, una verdadera integración requiere que las leyes de los Estados miembros sean compatibles, sobre todo en temas esenciales como los que hacen al intercambio comercial, el agregado de valor y la financiación de proyectos productivos.

-¿Tuviste que prepararte de manera especial para tu candidatura?
-Es un enorme desafío. La función pública me ha hecho transitar por diferentes roles, desde concejal, intendente, ministro provincial, diputado nacional, hasta mi cargo actual al frente de Vialidad Nacional. Eso le da a uno una perspectiva bastante amplia, que creo que es algo que quizás tuvieron en cuenta a la hora de esta elección de la que me siento más que honrado. En este punto quiero agradecer especialmente a quienes me tuvieron en cuenta para ocupar este papel, a Cristina, a Máximo, a Axel, a los intendentes de la Provincia y por supuesto a toda Cañuelas. Lo que sí puedo garantizar es que como siempre pondré en el desarrollo de la función lo mejor de mí, teniendo muy en claro mi pertenecía: mi lugar en el mundo es Cañuelas.  

-¿Tenés alguna propuesta en mente?
-Dejemos claro que por ahora no pertenezco a ningún bloque, todavía no fui electo. Primero, vamos a ver si los vecinos de la Provincia deciden que sea la persona que debe representarlos en el Parlasur. Después, vamos a empezar a desarrollar ese camino.

-Será una gestión diferente a la de Vialidad Nacional. ¿Qué análisis hacés de tu balance?
-Estoy muy conforme con lo que hemos podido lograr junto a los profesionales, técnicos y los trabajadores de Vialidad. Por un lado, porque, a grosso modo, ya completamos más de 1.000 kilómetros de nuevas rutas, entre los 275 de obra nueva y los 750 de duplicación de calzada, y además más de 6 mil de reparación. Estableciendo números inusuales para cuatro años de gestión. Pero además, lo que representa un orgullo especial, primero tuvimos que desarmar un andamiaje legal tremendo para poder terminar con las PPP (Participación Público- Privada), que en términos reales era una ecuación de obra pública en la cual solo se beneficiaban el sector financiero y los estudios jurídicos y no los ciudadanos. Los vecinos de nuestras comunidades no solamente no veían las obras sino que iban a tener que pagar tarifas dolarizadas mientras cobraban sus sueldos en pesos. 

-¿Cuáles son las obras más importantes que quedan por delante durante lo que resta de tu mandato?
-Si algo aprendí es que para cada vecino, la obra más importante es la que le mejora la vida. Uno puede creer que por volumen e inversión, la finalización de las autopistas es más importante, pero para el almacenero del barrio Los Aromos, que se benefició con el asfalto de la calle San Juan del programa Redes Conexas, la más importante es esa obra; para una vida que se salvó por el corredor sanitario de Rawson, ni hablar; para el vecino de Udaondo que va poder venir a Cañuelas por asfalto, o para un trabajador de Grabya que puede ir en bicicleta a su trabajo sin correr el peligro de transitar por la banquina de la ruta 205... la obra importante es la que te cambia la vida.

-¿Y en términos de impacto?
-En relación a la inversión y la cantidad de gente beneficiada, algunas de las obras más importantes son en la provincia de Buenos Aires la autopista presidente Perón; la terminación de la ruta 8 y las obras de la ruta 7; en Santa Fe la ruta 34; la ruta 33 entre Santa Fe y Buenos Aires; los tramos de la ruta 18 en Entre Ríos; la ruta 7 en la variante Palmira en Mendoza; la ruta 40 que está en obra en más de 8 tramos a lo largo de todo el país; la ruta 22 en el Alto Valle; la 23 que une Bariloche y Las Grutas; la 3 en Tierra del Fuego; la 51 en Salta; la 12 en Misiones y por lo menos 50 obras más, de las más de 200 que estamos haciendo, en todo del país. Ahora, hay que dejar claro también que todo esto es posible porque hubo una decisión política.

-Hablaste de las PPP. Hay otros candidatos, como el caso de Javier Milei, que pretenden hacerlo con el modo chileno. ¿Qué te parece?
-Que el esquema de PPP del macrismo no funcionó, no es una opinión mía en un discurso. Está a la vista sólo con ver la cantidad de obras que se empezaron y nunca se terminaron. Las PPP estaban armadas como una bicicleta financiera donde no ganaban las empresas, ni los trabajadores, ni la gente, y donde las obras no se hicieron. Lo que me preguntás del modelo chileno es un debate interesante. Básicamente, las obras no las haría el Estado sino los privados, ya que las pagarían los usuarios, algo que puede resultar atractivo para algunas rutas y autopistas puntuales, pero yo te pregunto: ¿quién pagaría por un asfalto en el barrio El Matadero, de Máximo Paz, o en la calle Edison del barrio Primero de Mayo, o por un puente en Máximo Paz Oeste? Ojo, porque a veces ese tipo de discursos son atractivos hasta que uno los contrasta con la realidad. Y la realidad es que ese modelo implica que sólo se hacen obras donde los privados pueden hacer negocios; entonces, el Estado pierde el objetivo de desarrollo integral y equilibrio territorial. En otra escala, ya vivimos en Cañuelas la época del asfalto sólo para quienes tenían determinado poder adquisitivo.

-De cara a las PASO, ¿crees que los argentinos van a continuar eligiendo al oficialismo? ¿Qué le puede aportar Sergio Massa al país teniendo en cuenta que es el ministro de Economía?
-Creo que Sergio tiene una gran experiencia, y sobre todo mucho coraje. En el momento en que aceptó el desafío de ser ministro no te olvides que había muchos que vaticinaban poco menos que un cataclismo. Ha mostrado en este tiempo una gran capacidad y una gran firmeza frente al FMI, y estoy convencido de que en condiciones más normales, sin sequía, si pandemia, sin el impacto negativo que generó la guerra en Ucrania, todo lo que tenemos por delante es mucho y positivo. A esto hay que sumarle que ya tenemos un gasoducto funcionando que nos permitirá un ahorro importantísimo. Sergio es la persona ideal para conducir la Argentina que viene. La salida es hacia el futuro con más producción, con más trabajo, con más valor agregado, con más educación y salud pública, y no volviendo hacia el pasado en un esquema de ajuste, represión, achicamiento del mercado interno, cierre de empresas y comercios que humildemente para mi representan Bullrich, Rodriguez Larreta y Milei. Ese es un esquema que insiste en las políticas que nos llevaron a la crisis de 2001.

-¿Qué expectativas tenés para Cañuelas?
-Creo que nuestros vecinos van a reconocer la tremenda gestión que hizo Marisa con su equipo. Desde ponerse la pandemia al hombro con un trabajo y una inversión en Salud que no tiene precedentes, y, en ese contexto, instrumentando mecanismos para que todos los sectores pudieran trabajar y reactivarse: en Cañuelas se ejecutó el plan de obra más importante del que se tenga memoria, con una visión de desarrollo con eje en la producción, el trabajo y la educación.