Todavía no se cumplió un mes del brutal asesinato de María Isabel Speratti Aquino, ocurrido el 16 de marzo en el barrio Las Rosas. Con el recuerdo latente y en vísperas a una marcha multitudinaria hacia Tribunales, prevista para el miércoles en pedido de justicia, los casos por ataques a mujeres no cesan en toda la región. Hubo dos esta semana.

La primera de la denuncia llegó de parte de una mujer de 32 años. Consternada, contó que un vecino de Gobernador Udaondo abusó de ella el fin de semana pasado. Luego de trasladar su testimonio a la Comisaría de la Mujer, intervino la División de Investigaciones de Delitos contra la Integridad Sexual, que además de realizar un hisopado vaginal habría constatado  marcas de dedos en el cuello de la denunciante. Estos signos demostraron un forcejeo, es decir, una relación forzada.

El expediente aguarda por los resultados de los peritos para configurarlo como “abuso agravado por acceso carnal”. Además, el organismo que atiende a las mujeres seguirá de cerca el día a día de la víctima, con asistencia permanente y apoyo psicológico.

El otro hecho ocurrió en Máximo Paz, en la calle Moctezuma al 200. Allí, una mujer pidió ayuda a la Policía tras sufrir agresiones por parte de su ex pareja. También agregó en la denuncia que el hombre estaba rompiendo objetos en el domicilio.

“Llegamos y encontramos al muchacho generando disturbios y muy nervioso. Parte del personal logró reducirlo y a partir de ahí quedó a aprehendido a disposición de la fiscalía de turno”, contó el comisario Carlos Gularte. El policía reconoció que “hasta el momento son las únicas denuncias tras el femicidio de Speratti” y recomendó a las mujeres tener a mano todos los métodos de prevención. “Hay varios casos de los cuales salimos en alerta gracias al botón antipánico”, agregó.

El accionar de los efectivos policiales evitó un mal mayor, ya que en el momento de la irrupción, el agresor estaba a punto de arrojarle una piedra en la cabeza a su ex pareja. Debido a una denuncia existente por lesiones leves, radicada en enero de este año, la fiscal Norma Pippo dispuso la detención inmediata del hombre.

Reclamo femenino

Respecto a este último caso, el colectivo que organizó la marcha a Tribunales para pedir justicia por María Isabel, envió un mensaje general: “No queremos estar muertas para que se escuche nuestra voz. No queremos que nos maten para que nos crean que el denunciado es el violento. No queremos que hagan justicia sobre nuestra tumba”. Natalie Hadeler, una de las integrantes del grupo que acompaña a las hermanas y a los hijos de María, demostró su bronca ante un nuevo hecho en la región: “El estado es responsable de estos actos. El agresor debe seguir preso”.