La cordobesa Carolina Beatriz Bakker había sido aprehendida luego de un gran operativo policial que demandó la atención de dos fuerzas uniformadas por presuntamente negociar la compra de una recién nacida y por la cual todo se descubrió en la zona de la Estación de Cañuelas, según la acusación que lanzó una fiscalía cañuelense.

Una vez que recuperó la libertad por una excarcelación, dijo a un medio de comunicación desde su casa, en la localidad cordobesa de Villa Giardino, que “obré con el corazón”, ya que los padres de la menor, Daiana Fazio y Gustavo Ugarte, le decían que “no la querían”, además que “la iban a tirar”. En otro tramo de la nota la denunciada se calificó como una mujer “decente”.

El 11 de mayo Bakker, quien se presentó como maestra inicial, vino hasta nuestra ciudad, en compañía de otra cordobesa, para buscar una beba de diez días nacida en el Hospital de Ezeiza y por la cual había desembolsado dinero por una cuenta bancaria, de acuerdo a la investigación judicial que lleva el fiscal Lisandro Damonte, de la Fiscalía 1 de nuestro distrito.  

En tanto que una remisera que trajo a Bakker hasta esta ciudad y el padre de la mujer, Juan Carlos Bakker, fueron procesados como ‘partícipes necesarios’ del supuesto delito de ‘tornar incierta la identidad de un menor de edad’.

La cordobesa, de 49 años, estuvo cerca de un mes en un calabozo de Norberto de la Riestra.  Llegó a esa instancia por la acusación que hizo la Fiscalía 1 de Cañuelas por la ‘supresión de la identidad de un menor de diez años’.

Su relación con los nombrados dijo que fue a través de la red social de Facebook donde la pareja comentaba que tenían necesidades económicas y que la mujer estaba embarazada, pero que además lo ofrecía a cambio de un monto. Y como Bakker aseguró tuvo dificultades para quedar embarazada, “me comunico para hablar del tema porque me interesaba”.

La imputada luego expresó en la nota emitida el 1 en el Portal de Opinión que “nunca se habló de venta ni de nada”.

Agregó que después de varias semanas de conversaciones tuvieron un encuentro en Córdoba. Y sobre ese hecho destacó que les entregó ropa nueva y mercadería para ayudar a la familia de la chica embarazada. Fue “todo por los chicos, que no tienen la culpa de nada.  Y luego siguió el contacto después que se fueron”, justificó.

Sobre el procedimiento judicial que recibió, acusó a los policías cordobeses por maltratos físicos, además de asegurar que no recibió comida ni pudo descansar. Mientras que por la seccional policial en Norberto de la Riestra se mostró “agradecida con todos ellos, hasta que me llevaron a La Plata y otra vez me trataron remal. Todo para tomarme las huellas”.

Ante otra pregunta del medio cordobés respondió que se reconocía que “había actuado con el corazón y no con la cabeza. Me arrepiento de no haber ido a la Justicia y pedir la guarda. Fui maestra maternal y conozco todos los derechos del niño”.

“Me llevó el hecho –justificó Bakker– de no ser mamá y los sentimientos. Esta gente jugó con ellos y me extorsionaron”. Y agregó que mientras mantenía comunicación con la futura mamá, “les decía que me iban a (terminar por) llevar presa”.

Leandro Barni - leandrob@elciudadano.com.ar