Frigocarne gestiona matrícula para volver a comercializar
Los trabajadores autogestionados piden que los autoricen a vender su propia hacienda luego que en el 2017, durante el período macrista, le revocaran el permiso sin un argumento consistente.
La cooperativa de trabajo Frigocarne de Máximo Paz busca volver al mercado comercializador de productos vacunos y para ello gestiona ante el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca la matrícula de Matarife Abastecedor y/o Matarife Carnicero.
El pedido arrastra una negativa de años pero los trabajadores apuestan a que el nuevo Gobierno cambie la postura hacia las empresas cooperativas y así obtener los permisos que les permitirían poder comercializar carne, cueros y achuras.
La cooperativa mantuvo la matrícula por ocho años, por ello no es una novedosa exigencia sino una reposición de las condiciones previas al Gobierno de Cambiemos –actual Juntos por El Cambio–. En un mensaje público los autogestionados explicaron “entendemos que hoy la comercialización de carne es estratégica para nuestro crecimiento. La respuesta de la Dirección Nacional fue un rotundo no, a lo que nosotros contestamos que si esta negativa persiste movilizaremos y cortaremos Av. Paseo Colón en reclamo que se nos otorguen las inscripciones que nos permitan comercializar. En el año 2017 el macrismo por medio de la Resolución 21/E nos quitó nuestras inscripciones, con la lucha en la calle recuperamos la de ‘Frigorífico’, siempre quedando pendiente la de ‘Matarife Abastecedor’”.
En diálogo con El Ciudadano, el secretario de Frigocarne, Miguel Saavedra, sintetizó “en su momento cuando recuperamos la planta y la pusimos en funcionamiento por junio de 2007 empezamos la primera faena y distintos organismos nos dieron las matrículas, entre ellas la de ‘Matarife Abastecedor’, que sería la de comercialización. La tuvimos ocho años pero en el año 2017 nos la sacan por una resolución del Ministerio de Agroindustria por que decían que éramos autogestionados”.
“Vimos como que había una discriminación a las cooperativas siendo que nosotros no teníamos ninguna deuda, si comprábamos hacienda la pagábamos. Y dijimos cómo puede ser que a un matarife común se la den y nosotros teniendo un frigorífico, con la historia que tenemos de lucha de un día para el otro nos la saquen”, completó Saavedra.
El trámite de la matrícula se realiza una vez por año y de volver a obtenerla los maximopaceños volverían a explotar para sí mismos la unidad de negocio de la comercialización, es decir, vender su propia carne. “Al tener esta matrícula nosotros no dependemos de otros intermediarios. Al tener nuestra propia planta, después de pagar todo lo que se debe pagar con el dinero del servicio que nosotros hacemos a los matarifes, podríamos comprar animales y venderlos. Desde la carne, el cuero o la achura. Si hoy viene un sindicato, mutual o un municipio y nos pide que le vendamos no podemos hacerlo”, argumentó Miguel y agregó: “estamos gestionando con el municipio y diputados que desde Ruca –Registro Unico de Operadores de la Cadena Agroalimentaria, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca– revoquen esta resolución. Yo calculo que capaz hay algún frigorífico privado o sectores concentrados presionando para que no nos den la matrícula”.
En la cooperativa Frigocarne trabajan alrededor de 140 familias cañuelenses, además de generar cientos de empleos indirectos. Los trabajadores frigoríficos son un importante soporte de la cadena comercial local y participan de distintos proyectos alimenticios de la comunidad.
Marcelo Romero
marcelo@elciudadano.com.ar
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