La encuesta de Adecco deja claro que la mayor parte de los ingresos se destina a las compras del supermercado. Tiene que ver con los consumos, claro, que se vieron dinamitados por la recesión que se produjo en estos cuatro meses que Javier Milei lleva al frente del Gobierno.
Ahora bien, no es esta encuesta la que observa el Presidente. De acuerdo a Giacobbe, Milei conserva un 52,4% de imagen positiva, seguido por Victoria Villarruel (47,7%) y su hermana Karina (36,5%). La misma encuesta indica que el 58% considera que el esfuerzo económico que está haciendo es “insoportable” y “muy pesado”.
Parece una contradicción teniendo en cuenta que el órgano más sensible del argentino es el bolsillo, al decir popular. Sin embargo, en ese mismo universo el 50,5% cree que tiene “mucho sentido” el plan trazado por el libertario.
Y estos números resultan desconcertantes para la oposición, que está en la vereda opuesta al decálogo ideológico de Milei. ¿Por qué la mayoría de los argentinos acepta apretarse el cinturón?
Quizá no sean indiscutibles los números de las encuestas, pero sí lo son aquellos que entregó el Gobierno de los Fernández (Alberto y Cristina) y Sergio Massa: inflación y emisión descontrolada, pan para un rato y hambre a largo plazo, pobreza estructural y social (7 de cada 10 pibes pobres), controles de precios que siempre fallaron. Y también dejaron una muy poca autocrítica.