Octavio Bianchini representa el gen del basquetbolista de la ciudad. Luego de patear las plazas, se dio el lujo de jugar en los dos equipos locales, Juventud Unida y Cañuelas FC. Su amor por el deporte lo llevó a prepararse para dirigir a los más chicos en el ‘Rojo’ y fue en Comodoro Rivadavia, la ciudad que cobija a Agustín Barreiro, donde se terminó de perfeccionar.

“En Gimnasia viví una experiencia única. Fueron dos meses dentro de una estructura profesional en el cuerpo técnico de Martín Villagrán, una de las personas que me abrió la cabeza y me hizo ver muchas cosas. Tuve el privilegio de estar con él en  2020 y logramos el tercer puesto en la Copa Súper 20”, cuenta Octavio, quien además es profesor de Educación Física en varias escuelas de Cañuelas. 

“Aprendí muchísimo en el día a día, desde el armado y gestión de un equipo hasta el valor del videoanálisis. Colaboraba con la confección del scouting rival, tanto para el equipo de Liga de Desarrollo como con el conjunto de la Liga”, agrega.

Gracias a todos sus conocimientos, tiene el privilegio de trabajar junto a Barreiro, nada más y nada menos: “Cada vez que está en nuestra ciudad laburamos juntos en su entrenamiento de técnica individual. Además de mejorar su juego, me comunico de manera constante con sus entrenadores en Comodoro Rivadavia”, cuenta el profe, que no tiene grises para definir a una de las figuras de Gimnasia: “Agustín es un ejemplo para todos los deportistas del distrito. Es un joven que se convenció de que con trabajo y disciplina, uno puede lograr lo que se proponga.

Pertenece a la élite y lo hace con mucha dedicación y pasión. Es una de las grandes promesas del básquet argentino y es nuestro, como El Ciudadano, je. Es un orgullo”.

Bianchini lleva a cabo una tarea un tanto particular: juega el torneo de la Federación Metropolitana (al cierre de la edición, Cañuelas enfrentaba a Avellaneda) junto a varios compañeros que él mismo perfeccionó en divisiones formativas, donde en la actualidad también se dedica a enseñar bajo la coordinación de Dionel Sánchez.

“Están llenos de energía. Soy el más experimentado y de mayor edad, me resulta muy agradable jugar con ellos, me rejuvenece. Intento transmitirle todo lo que puedo y agradezco por el respeto que me tienen”, cuenta.

Con la anaranjanda. Además de ser el coach de Barreiro y técnico de los juveniles, Octavio es uno de los pilares.