Dicen que los chicos dicen la verdad. Que no mienten. Y así se los ve por los pasillos de los colegios. Hablan, critican, acusan y exigen como si fueran periodistas especializados. Es que así se vive el Mundial de fútbol. Y en el momento del fanatismo, cuesta decidir entre lo que está permitido y lo que no. Eso sí, cuando juega la Selección, todos pueden plantarse al televisor con el gorro, la bandera y la vincha.

Silvia Dickie, Inspectora Distrital, dio un panorama sobre la situación de los establecimientos en tiempos donde sólo se habla de la pelota y Messi. “Los chicos y los profesores se encuentran muy entusiasmados por cada partido de la Selección. El plantel docente está trabajando a través de las propuestas del sitio Golazo, una App del Gobierno de la Provincia que promueve diferentes actividades para todos los niveles”, le dijo a El Ciudadano.

La dirigente escolar también aclaró algunas cuestiones referidas a los permisos: “Por una disposición de la Dirección de la Provincia de Buenos Aires, todos los alumnos pueden ver los partidos de nuestra Selección”.
Alberto Sileoni, Director de Cultura y Educación Bonaerense, había anunciado –días antes del comienzo del campeonato- que “habrá clases de manera normal y todos los alumnos podrán llegar más tarde cuando juegue la Selección. En caso de jugar a la tarde, podrán retirarse temprano”. Además, agregó que “todos los que concurran a las escuelas tendrán permiso para ver los partidos de Argentina”.

Luciano Chiamma, profesor de Educación Física del colegio Silos, de Alejandro Petión, describió la euforia de los estudiantes: “Los chicos están como todos los grandes en general, enloquecidos por todo lo que se vive en cada Mundial”.

“El día que jugó Argentina, el colegio abrió a las 6 y media para que los alumnos puedan ver el partido. Sabemos que todos están pendientes y es muy lindo compartir ese momento. Después de la derrota vi muchas caras largas”, advirtió el profe, que reconoció: “Hay mucha emoción e ilusión. Los chicos están muy ansiosos porque nunca pudieron ver a la Selección campeona del mundo”.

Chiamma se ve sorprendido por la locura futbolera que se vive en la prestigiosa entidad de la ruta 205 a esta altura del año: “Como es una época especial, ya que se está cerrando el año, varios estudiantes saben que tienen algún permitido y piden permisos para ver algunos encuentros. Me llama la atención de que todos están empapados en el tema, como todos los argentinos”.

Nicolás, alumno de primer año del colegio Estrada, vive un Mundial atípico junto a sus compañeros: “Para el partido contra Arabia nos pusimos la camiseta celesta y blanca y alentamos todos juntos. Gritamos con todo el gol de Leo Messi y después nos quedamos con toda la bronca. Así y todo, nos quedamos hasta el mediodía y cumplimos con el cole”.

Y como ocurre en todo el país para esta época, dice que “todos están hablando de fútbol, hasta las chicas, saben cómo forman los equipos, los goleadores, los rivales, etc”.

Mariano está a punto de recuperar tres materias la próxima semana y su preocupación viene por partida doble: “¿Qué va a pasar si no clasificamos? Tenemos que estar en la final sí o sí”.

Alma tiene 3 añitos, pero ya se sabe todos los cantitos de aliento. Es más, arrancó su día a las 9.30, después del encuentro de ‘La Scaloneta’ contra Arabia Saudita. “Es increíble, vivió el partido como si fuera una fiesta y en esa semana andaba pintada junto a sus compañeritos”, contó su madre, quien también modificó la rutina, como toda su familia y ya planea sus días con el fixture en la mano. “Contra Polonia vamos a estar plantados todos juntos en casa. Esperemos clasificar, así va con todas las pilas al otro día al jardín”, dice.

Y en Máximo Paz, ciudad que se destaca por sus potreros, también se vive un clima de fiesta con las novedades que llegan desde Qatar. “Todos los chicos están encima de los resultados de la Copa, opinan y por supuesto, el ánimo depende de cómo le va a la Selección. Fue una semana atípica, ya que después de la derrota contra Arabia se vinieron todos los recuperatorios. No estábamos acostumbrados a un Mundial en esta fecha”, dijo Analía Florencia, maestra en la escuela 1.