Maximiliano Guerra: "Necesitamos que los jóvenes no se vayan del país"

Política 24 de noviembre de 2022 Por Leandro Barni
El ex bailarín, coreógrafo y docente participó de una charla organizada por el PRO en la Sociedad Italiana de Cañuelas. Su firme apoyo a la candidatura de Patricia Bullrich y su deseo de lanzarse a la política en la charla con El Ciudadano.
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Maximiliano Guerra, en la charla con El Ciudadano, durante su visita a la Sociedad Italiana de Cañuelas.

Maximiliano Guerra volvió a estas tierras. Y no lo hizo para bailar, como alguna vez se lució en en el paralizado Cine Teatro local. Llegó para participar de una charla convocada por un sector del PRO Cañuelas y en otra sala vinculada a la entidad de la colectividad italiana.

Abocado a la docencia, participó del encuentro ‘La cultura en la Argentina que viene’, con la licenciada en Ciencias Políticas y concejala de Morón, Analía Zapulla, durante la tarde del miércoles, en el salón de la Sociedad Italiana.

Involucrado en un proyecto político para 2023 y junto a la líder del PRO nacional, Patricia Bullrich, el ex bailarín dijo: “Entré a la política de la mano de Mauricio Macri, me puse a trabajar con Patricia y con ella estoy caminando el país, por lo social, la educación, la cultura y el trabajo, con los equipos del partido, detrás de un proyecto para que ella sea presidente. Hay que recuperar la cultura del trabajo, la educación, pero mirando con urgencia a la economía”.

Guerra habló con El Ciudadano. “Charlo, camino y escucho a la gente. Tengo experiencia de años recorridos por el país gracias a la danza. En todos lados siento cosas distintas cuando piensan sobre sus vidas, su entorno, su cultura, su sociedad y los modos de resolver los problemas. Hay que escuchar, llevar esperanzas, con pautas, pensando por un país en conjunto, para adelante y con visión a largo plazo”, dijo el ex director del Ballet Estable del Teatro Colón.

Viandas Saludables

Y sobre la falta de contacto político con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con quien solo tuvo un vínculo laboral cuando estaba en el Colón, Guerra respondió: “Nunca nos sentamos a charlar de temas políticos con Horacio. Hay que pensar en esa posibilidad si resolvemos los problemas de manera abierta, identificándolos y resolviéndolos. No tengo problemas en sentarme a hablar con nadie”.

-¿Qué gestión hizo el macrismo por la cultura?

-La cultura fue dejada un poco de lado siempre. Siempre faltaron políticas culturales. Y me parece valioso lo de Patricia en su planteo y por qué no se llegó.

-A los mandatarios mucho no les interesa la cultura, como fue con Mitre, Roca, Sarmiento o Sanguinetti en Uruguay.

-Por ello me parece valorable lo de Patricia, sentando a cultura y la educación, analizando los problemas. Los mandatarios quizás no tuvieron esa posibilidad de trabajar con temas específicos, pero la cultura fue reconocida afuera del país.

-¿Qué lugar te ves ocupando si Bullrich continúa y llega a Presidenta?

- Me gusta el trabajo de campo, estar con la gente, contar mi visión, para pensar en una Argentina distinta, nueva. No pienso en candidaturas, ni lugares, ni un puesto específico, lo mejor es que cada uno vaya al lugar más útil y por un cambio que se necesita. Me gusta abarcar mucho lo social. Se verá cómo encuadro en la parte de la cadena del engranaje cuando Patricia sea Presidenta.

-Te presentás en una ciudad cuya única sala de cine y teatro, en manos de una entidad civil, está cerrada hace años y en otra ciudad, el Teatro Argentino, bajo la órbita estatal provincial, siempre con dificultades, ¿cómo se los puede ayudar?

- Fui uno de los promotores en la reapertura del ahora llamado Mercedes Sosa, en Tucumán. Estuvo en varias manos, con distintos destinos y se pudo abrir, no solo para desarrollar el aspecto cultural, sino también para el encuentro social, de sus realidades y de su presente. Hay que abrirlos y en el plan de Patricia está la recuperación de los espacios culturales y para desarrollar la vocación artística de nuestros jóvenes.

-Y jóvenes que no se vayan del país.

-Sería lo ideal. Primero, hay que darle las herramientas para que ni lo piensen.

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