Tirado en el piso, semidesnudo y con heridas en su cuerpo. Así fue encontrado José María, mejor conocido como “El viejo Iglesias”. El hombre de 68 años falleció en el interior de su casa ubicada en el barrio Levene y las causas de su descenso parecían estar claras. Sin embargo, la autopsia reveló un dato que dio un giro en el expediente.

La madrugada del 24 de septiembre, varios móviles policiales y personal médico arribaron a una casilla de la calle Urquiza 1154, entre Artigas y Avenida del Trabajo, por un llamado al 911 que alertaba sobre un olor nauseabundo que salía de adentro.

Al no poder ingresar, tuvieron que intervenir los bomberos, quienes derribaron la puerta del precario domicilio.
La escena era perturbadora: la víctima estaba en una posición “de cúbito ventral” (boca abajo) sobre el piso de la cocina, semidesnudo, con la ropa desgarrada y con signos de haber sido mordido por un perro en las extremidades, especialmente en un brazo.

El grupo de investigadores planteó en ese momento la hipótesis de que el hombre murió producto del ataque animal, ya que sus canes se encontraban en el interior de la casa. Otra de las teorías era que Iglesias falleció de forma natural, ya que se reveló que se encontraba medicado y con alguna afección médica.

En ese contexto, se pensó que las mordeduras de sus mascotas habían sido posteriores a su deceso.
Más allá de esas elucubraciones, se descartó que se haya tratado de una muerte en ocasión de robo, ya que todas sus pertenencias permanecían en el lugar del hecho, tales como su dinero, tarjeta de débito y otros objetos de valor.

La fiscalía N° 2, a cargo de la doctora Norma Pippo, ordenó de forma automática la realización de la autopsia al cuerpo de la víctima, las cuales se dieron a conocer en las últimas horas.

Además, se levantaron huellas dactilares y se llevó a cabo un operativo dentro de la vivienda para establecer las causales de su muerte.

El informe de la Asesoría Pericial informó que el hombre de 68 años presentaba en su cuerpo heridas compatibles con estrangulamiento y golpes. Este dato dio un giro en la causa, la cual pasó de “averiguación de causales de muerte” a “homicidio”.

A partir de ahora, los investigadores se abocaron a identificar a un tercero que actuó en la escena del crimen.
Por su parte, se supo que Iglesias estaba separado desde hace varios años y no mantenía contacto con sus hijos. Además, vivía solo en la casilla de barrio Levene, en un terreno que comparte con otra propiedad.