El dulce de leche y su relevancia desde los festejos

Mientras que para algunos el dulce de leche no es un invento argentino, otros le atribuyen un mítico origen producto del error de una cocinera en una estancia cañuelense en la que participaron relevantes personajes de la historia. Y hay especialistas que analizan este manjar y realizan una investigación científica bajo el título ‘Procesos turístico-patrimoniales en la Fiesta Provincial del Dulce de Leche en Cañuelas, Argentina’.
Y a pocos días del comienzo de la Expo Cañuelas, casualmente el martes se celebró el Día Internacional del Dulce de Leche. En ese sentido, la doctora en antropología por la UBA e investigadora del Conicet, Cecilia Pérez Winter, escribió en Rivar (Revista Iberoamericana de Viticultura, Agroindustria y Ruralidad, editada por el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile) un artículo sobre lo que sucede en nuestra ciudad. Y destaca: “Analizamos el proceso de conformación de la fiesta del Dulce de Leche en el municipio de Cañuelas, provincia de Buenos Aires, Argentina, país donde este alimento es considerado parte de la gastronomía nacional. En ese marco, revisamos las estrategias implementadas por determinados actores para lograr que dicho evento adquiriera estatus provincial. Identificamos y examinamos documentos y reconocimientos turístico-patrimoniales que se fueron entretejiendo alrededor de ciertos hechos históricos para construir los fundamentos de la creación de dicha fiesta. Este estudio nos permitió analizar las particularidades del proceso, a los actores involucrados, las resignificaciones y transformaciones que ha tenido la fiesta, algunas tensiones expresadas y las estrategias seguidas para justificar la ampliación de su escala de activación de local a provincial”.
Si bien Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires se caracterizan por su producción láctea, en Cañuelas son pocos los productores locales que manufacturan el dulce de leche como producto derivado, dice la investigadora.
“Gracias a la actuación de diversos actores que utilizaron su red de contactos y experticia para construir discursos que legitimaran la relevancia de la fiesta como patrimonio cultural y como producto turístico. Tales procesos de valorización promueven una mayor visibilización del municipio, mejorando su economía a partir del turismo, nuevas inversiones y apoyo logístico desde el sector privado y el gobierno provincial”, distingue.
“Las celebraciones se presentan como un evento que no solo valoriza aspectos identitarios, culturales y patrimoniales, sino que además se constituyen como recursos flexibles y versátiles en los que se puede ofrecer una amplia diversidad de alternativas de entretenimiento como ferias, concursos, desfiles, demostraciones y shows, junto a la invitación de conocer nuevos lugares y sus costumbres. A su vez, resultan atractivos tanto para turistas como para pobladores y pobladoras locales, pues suelen involucrar a las comunidades en su organización, fomentando la participación e interacción entre ellos. En este marco es que los procesos de patrimonialización y turistización sirven como estrategias de apropiación y conformación de ‘rentas monopólicas’ de ciertos elementos y prácticas con los cuales visibilizar determinadas localidades, al configurar productos culturales diferenciados, habilitando a determinados actores el usufructo directo o indirecto de los mismos; a la vez que abre la posibilidad de configurar o acceder a nuevos mercados que anteriormente no eran accesibles o no se encontraban disponibles, fomentando además la atracción de nuevas inversiones. Ambos procesos resaltan como herramientas de desarrollo local y dinamizadores del territorio”.