En el barrio rodeado de verde, caminos de tierra, casas quinta, los vecinos  conviven a diario con el temor. Es que se según viene denunciado varios de ellos a este semanario, en los últimos meses, sobre todo este verano, crecieron de manera ostensible los robos en viviendas. Responsabilizan a gente de la zona que deambula a pie o en moto.
La necesidad de protegerse frente al embate de los ladrones impulsó a algunos a montar alarmas vecinales. Al mismo tiempo a organizar grupos de WhatsApp. Algunos de esos sistemas  con reflectores y bocinas fueron vandalizados, como lo fue en un caso de calle Dorrego, en el fondo del barrio, casi Ruta 205, donde se robaron el equipamiento de una pileta y un televisor.  
A principios de este mes, hubo preocupación porque en Chacabuco y Acha tomaron un lote. El año pasado  se armó una casilla en ese mismo predio y varios lugareños dieron cuenta del ingreso de intrusos en sus propiedades, y se cree que contarían con alguna vinculación política.  La movida generó en su oportunidad una reunión vecinal en la entidad fomentista de Villa Adriana.
A principios de febrero la entidad fomentista abrió otra vez sus puertas para reclamar seguridad y también tareas como mantenimiento de calles, corte de pasto e iluminación.
“Este es un barrio donde empezaron varias familias jóvenes y siempre fue tranquilo. Pero cambió y los robos son cada vez más seguidos. Por eso necesitamos que haya una mayor presencia policial”, resaltó Andrea, quien quiso exponer ante El Ciudadano la situación que afronta junto al resto de los vecinos.
 La vecina destacó la importancia de cada robo sea denunciado en el Destacamento o en la Comisaría, para que quede asentada una estadística que avale la necesidad que se adopten medidas de prevención para resguardar la seguridad.