Yanina Salago es el testimonio del sufrimiento diario. Viene de Monte Grande. “Viajo mal. Mi colectivo es el 88 para Uribe o el rondín. Vienen desfasados. El tren llega 17.15 y el micro recién a las 18. Hay otro lobero que nunca llega 17.50 y pasa entre las 18.15 y las 18.30. Y a todo esto se llena de gente. Esperamos el lobero, donde suben los chicos del Industrial, de las facultades, del Estrada. Una mitad queda a pata. Y a la mañana, de Uribe el primero debería ser a las 6.50, pero pasa a las 7.20”, cuenta.

Mónica, que también viaja en el 88, dice: “Muchos colectivos no paran en la ruta. Vienen de Lobos y siguen de largo. Pasan y no levantan a la gente. Capaz que circulan dos o tres colectivos juntos para Cañuelas”.

“Creo que Cañuelas creció mucho y el transporte no alcanza a cubrir –afirmó Mercedes Llanos– con los horarios que se necesitan para trabajar. No es el problema por la pandemia.  Y tratás de hacerles alguna consulta a los choferes y resulta que te tratan de manera horrible. No se puede hablar. También es un inconveniente a la salida del colegio Don Bosco en Uribelarrea”.

Quejas de los usuarios por demoras, colectivos que pasan de largo y amontonamiento de pasajeros en las paradas. Escenas que se ven en las paradas de la ciudad o la Terminal de Alem y Av. Libertad, donde El Ciudadano entrevistó a los habituales pasajeros que padecen estos inconvenientes para ir de su casa al trabajo y viceversa. 

La frecuencia de los micros en los barrios y localidades sigue sumando reclamos. Y aunque el Consejo Deliberante tomó nota el mes pasado, a través de sus dos bloques, no hubo respuestas de las empresas. Tampoco, ante la requisitoria de este medio, que intentó comunicarse con sus dueños. Nadie respondió. ¿Tendrán algo que ocultar?

“En marzo, en el Concejo aprobamos una resolución de un proyecto del Frente de Todos solicitando un aumento de la frecuencia de los servicios. Y por moción nuestra, se agregó un artículo para enviar copia de la resolución a la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) y al Ministerio de Transporte, al mismo tiempo de citar a representantes de las empresas para mantener una reunión”.

La edil del PRO dijo que “estamos en contacto con vecinos del Corredor de Ruta 3 y de Uribelarrea, además de concejales de Lobos, para tener una reunión en conjunto; ya sea para contener, conocer más y trabajar”, dijo Natalia Blasco, concejala de Juntos.

Y recordó que el año pasado, durante la presencialidad en las escuelas, hubo dos iniciativas del oficialismo y la oposición, para que se sumen más servicios. “Vinieron representantes de la 218 y 51. Nos plantearon que tenía mucho personal afectado de Covid o que eran personas mayores, pero que las unidades las tenían. Algo se mejoró. La 88 no estuvo”, contó.

Asimismo, por los resultados posibles, señaló que “lo ideal es generarlo desde el consenso. Si no se puede, hay otras medidas desde Transporte y la CNRT. Por eso sería bueno que podamos hablar nuevamente en el Concejo y mantener una reunión entre las partes”.

Desde el bloque del Frente de Todos, Alejandro Cid Menna, aseguró que “tenemos muchos reclamos, sobre todo en la Ruta 3. Esta situación ya la tuvimos en pandemia y la respuesta era que tenían mucho personal aislado o exceptuados para trabajar. Era entendible en un momento, pero ya no”.

Largas filas. La gente se amontona y se viaja en condiciones poco confortables.

Cid Menna expresó que esta solicitud del cuerpo deliberativo, “también se debería acompañar por la secretaría de Gobierno Municipal, lo mismo que la CNRT. Un trabajo entre todos para llegar al cumplimiento de las frecuencias y horarios”.

Haciéndose eco de la situación, el referente del oficialismo comentó que “luego de aprobar el proyecto en el Concejo, desde la secretaría del Concejo se convoca a los titulares o representantes de la 88 y 218. Estamos esperando esa reunión para este mes y transmitirles el reclamo. A la Defensoría y la CNRT también se extiende el pedido”.

En tanto, la titular de la Defensoría del Pueblo delegación Cañuelas, Carolina Rasquetti comentó que en alguna ocasión tomaron intervención por las frecuencias durante alguna de las etapas de la pandemia, “con un pedido de informes desde la Defensoría”.

Y remarcó que, en el caso de la alteración de las frecuencias, “debe controlar el ente regulador. Y en la práctica, se ve que lo modifican. Y no se volvió a la normalidad de antes de la pandemia, que ya era bastante limitado con las Líneas 88 y 218, en el corredor de la Ruta 3. Hay que gestionar y articular con todos los organismos”.