Cuatro especialistas de la cultura, la arquitectura y la conservación, de cara al bicentenario de Cañuelas

Cultura 22 de octubre de 2021 Por El Ciudadano
La Biblioteca Sarmiento organizó un conversatorio sobre ‘Patrimonio Cultural’ con Susana Frasseren, Jorge Claudio Morhain, Sergio Medrano y Carlos Moreno, bajo la coordinación de Juan Manuel Rizzi, quienes se refirieron sobre las identidades locales a partir de su actividad. Durante las exposiciones se vieron algunos conflictos con el turismo y el crecimiento poblacional. Gestión y legislación, otro bache a resolver.
Zoom Biblioteca Cultura y arquitectura
Debates y confluencias entre los principales profesionales de la ciudad, que hace años vienen desarrollando actividades o encabezaron gestiones por el partido de Cañuelas.

Durante el primer conversatorio del bicentenario de Cañuelas, organizado por la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento, cuatro vecinos, que deben ser los principales referentes de la cultura local, participaron de un intercambio en Facebook y Zoom, ofreciendo sus miradas y en algunos casos propuestas, para intentar sumar material de discusión y aportes rumbo a los 200 años del partido de Cañuelas. La mayor parte del tiempo se demostró un afecto y respeto entre los expositores, además de un cariño por este distrito.
Debe ser la primera actividad que se conoce en esta materia y que se anticipa a los actos oficiales que –suponemos– debe estar organizando el Gobierno local a través de la Comisión del Bicentenario de Cañuelas. Se trató del primer conversatorio de una serie que incluye propuestas musicales, literarias, teatro, artes plásticas, historia oral, historia escrita, educación; todos ellos durante los viernes de octubre y noviembre.
Fueron momentos de reflexión y también de preguntas abiertas, en los que los expositores podían hablar y cruzar conceptos, a partir de la identidad local y de identidades, como propusieron los invitados, los que pudieron dar su experiencia desde su lugar de trabajo, comentar sobre patrimonio cultural, además de qué proyección y qué desean para el 22 de enero próximo, cuando se conmemoran los 200 años de la creación del partido de Cañuelas.

Gestión y educación 
La docente Susana Frasseren, concejal por la UCR con mandato cumplido, ex subsecretaria de Cultura de la Municipalidad, fundadora del Rancho Cultural Los Uncalitos, integrante del café literario Silencios y Voces, fue la primera en exponer en el conversatorio. Dijo que “hay muchas identidades. Cañuelas cambió y tiene nueva gente que buscó por diferentes razones otro espacio, lo que lleva a otro perfil e identidad. Y no solo que hay un Cañuelas de la periferia, hay hasta un Cañuelas pobre, bajo condiciones precarias de vida”.  También mencionó: “La gente debe tener un sentimiento hacia los bienes, materiales, o no. Y somos lo que somos porque hubo otros antes. Cañuelas ya existía como paraje antes del 22 de enero. Todos tenemos una historia única. Y aquello antiguo puede convivir con el presente. Pero hay un gran desapego al patrimonio, también de negadores, olvidadizos. Hay hitos locales, edificios, algunos perdidos; grandes estancias que se derrumban, como la San Martín. La Guardia del Juncal, a la que le dedicamos mucho tiempo y llevamos actividades, con Carlos Moreno, con el Icomos, con un museo de sitio. La Guardia está destruida y abandonada. Uribelarrea se convirtió en un corredor gastronómico luego de ser de poblado histórico, la que fue establecido por ordenanza y sobre la cual no hay un cartel, ni guía turístico, sin referencias turísticas”.
La docente jubilada y ex funcionaria deseó que se pueda reeditar la obra del poeta Guillermo Etchevehere, la que podría ser con ilustraciones de artistas locales. También imaginó volver a sacar la historia de Lucio García Ledesma y las investigaciones del historiador Gustavo Recalt. “Hay mucha gente interesada por el Cañuelas antiguo, sobre el que podemos ver la torre de la iglesia y el tanque de agua de Cañuelas. No me mueve la nostalgia, me mueven estas cosas, hay cosas que no están. Y me gustaría un Cañuelas con más árboles, con un parque recreativo. Tenemos una identidad, no muy diferente de otros pueblos bonaerenses. Algunos pudieron conservar sus edificios. Vamos a cuidar las cosas que nos quedan del patrimonio edilicio, del patrimonio intangible. Somos un pueblo sencillo que nació con unas ranchadas. Me haría feliz una población con sus necesidades cubiertas, con una ciudad limpia y con sus servicios plenos”.
La ex docente se hizo un tiempo con los minutos de exposición para abrir la agenda educativa. “Para que la escuela se enamore del lugar, para un reconocimiento, debe haber proyectos en la gestión, con una materia especifica o trasversalidad en las materias para el conocimiento del patrimonio, porque si no, son proyectos individuales como lleva la docente Mariela Salé”, añadió.

Metas y objetivos 
En según término, Sergio Medrano, técnico mecánico, investigador de la madera en bienes culturales, licenciado en conservación y restauración de bienes culturales, doctorado en materiales de protección de bienes culturales, destacó que “Cañuelas es mi lugar en el mundo, donde está mi familia, donde llevo mis conocimientos y donde hay que rescatar la identidad. Hay varias identidades, como la cultural, pero también varias otras pérdidas. Acá se radicaron mis abuelos, mis padres y Cañuelas tiene una gran parte mía y una ubicación privilegiada, que podría estar mejor. Hay un patrimonio rico, no solo de estancias, está Uribelarrea, la Guardia. Y una de las actividades al patrimonio está el turismo, que llega a depredar como pasa en Uribelarrea, por venderlo como destino turístico. Así se pierde su esencia como pasó con la fisonomía española de la ciudad y sobrevive el Cine Teatro Italia, la Escuela 1 y la torre de la iglesia. El resto se destruyó porque avanzó con otras cuestiones sin reflexionar”.  
La intervención del restaurador también se refirió a lo que ocurre en las aulas: “Y en Educación falta la materia de Patrimonio, sobre la cual vengo trabajando en el colegio Industrial”.
“Para el bicentenario pienso que debe ser un punto de partida y tener un Cañuelas con una identidad más formada. Planificar es otro aspecto no tenido en cuenta y no se organiza. Patrimonio también es el arbolado público –aseveró Medrano- el que está depredado y bajo en cantidad de ejemplares. También hay un patrimonio inmaterial como son las personas que tenían algo para contar y saber algo de ellos. Por el bicentenario hubo personas que no me atendieron y otras que no me dieron una audiencia. Seguí trabajando en silencio, con ordenanzas, algunas de ellas que merecen actualización y viendo cómo se podría aplicar la ley de Mecenazgo Cultural. Tengo un folletín sobre un plan de gestión patrimonial.  Hay que trabajar en conjunto. Y espero que no sea un ‘pan y circo’ el bicentenario. Zanjear diferencias y construir un Cañuelas que queremos, como hubiese gustado hace tiempo que Cañuelas sea ciudad universitaria, mientras que sus escuelas están arrumbadas, con talleres venidos abajo como pasa en la escuela Industrial, con calles atestadas de vehículos, con un casco histórico no protegido y una plaza donde se tiran cosas sin consultas a profesionales y de la comunidad”.

Por nuevos espacios 
Jorge Claudio Morhain, perito mercantil, docente, bibliotecario, museólogo, escritor e historietista, actor y director de teatro, ex director de la Comisión de Cultura y Turismo de la Municipalidad, desde Máximo Paz, donde vive desde 1952, recurrió a enumerar su labor pública. “Propuse crear un museo regional, pero se hizo uno de Arte, el que tuvo cierta relevancia. Tuvo una vida corta y derivó en el museo Lucio García Ledesma, el que se reorganizó bajo mi dirección en 1998, luego de la muerte de don Lucio. Hice varias muestras con sentido museológico y algunas publicaciones, además de un encuentro de museos y visitas a estancias como La Caledonia, además del museo in situ de la Guardia del Juncal, el anexo del museo en Uribelarrea, cursos culturales y cursos de guías. Hubo también actividades en Máximo Paz, como bicicleteadas en hitos históricos y en el CIC una serie de proyectos para esta zona, como el desarrollo de varios cursos”.
Además, Morhain indicó que “estos 200 años serán de celebración del partido de Cañuelas. Habría que datar lo que pasaba antes, alrededor de la Capilla Del Carmen, donde paraban los arrieros que iban a Bahía Blanca”. En otro pasaje dijo que “en Máximo Paz falta un centro cultural y se podría instalarlo al lado del Club Villa María, donde se vende un viejo inmueble. También habría que conservar el Castillo, que tuve que ver con su nombre, y donde se planificaba hacer un museo. Tiene una historia emblemática para Cañuelas ese lugar y donde podría albergar la Universidad de Cañuelas y centro de la industria ganadera”.
“Los funcionarios y políticos deberían hablar del partido de Cañuelas y no de la ciudad de Cañuelas, ya que va desde el Arroyo del Gato hasta el peaje de Lobos. Deben considerarse las localidades”, concluyó el museólogo.

Más allá del patrimonio 
Para desentramar la identidad y el patrimonio cultural, Carlos Moreno, arquitecto, profesor universitario, asesor patrimonial, autor de doce libros sobre patrimonio arquitectónico, afirmó que en Cañuelas “hay todavía alguna cosa que se conserva antes de la época de la Independencia, como La Casona del Club de Campo La Martona y la Estancia La Caledonia. Mientras que la Guardia del Juncal es un hito nacional, no solo local. Para nosotros, patrimonio es un edificio, pero es lo que contiene ese edificio, el mensaje cultural que contiene. Y es un tema complejo. A veces se rescata alguno y se pierden otras cosas por falta de afecto colectivo frente a cosas de un pasado importante. Hay un pasado rural fuerte en Cañuelas, hasta con ranchos chorizos. Hoy es una época de tormenta con una identidad estándar, de consumo y borra la dimensión de los pueblos. Por eso es importante el patrimonio para una identidad. Hay que clarificar lo de patrimonio y se necesitan echar y conserva raíces. Para ello la educación es importante con ese patrimonio, además de restauración, pero falta estudiar y trabajar, para bajar a lo material. Establecer un contrato social para todos y llegar a un equilibrio”.
El arquitecto trajo al conversatorio que “el bicentenario es una oportunidad y Cañuelas es historia agrícola, con sus tierras de la Virgen del Carmen, además de una expresión de la madurez de Mayo. En 1821, esas tierras pasan al Estado, se organiza la provincia de Buenos Aires, para luego reorganizarse con su catastro y una plaza en Cañuelas. Llega la Revolución de Mayo y se fundan ocho escuelas, una de ellas en Cañuelas, que se equipó con bancos. Eso es un hito por la nivelación, a partir de la educación.  Es clave la historia de trabajo en Cañuelas, no la de personajes, que cambian la sociedad pastoril de merino y durante varias generaciones las exportaciones eran de lana. También otro hito es La Martona con una industria pionera y al producir los subproductos de la leche. Cañuelas se hace tambero. Y deja de ser rural a semiurbano y urbano, con nuevas poblaciones, las cuales deben adquirir una identidad y para ello está la escuela. Hay que estar orgulloso de su lugar y de su comunidad. La identidad es también una herramienta de construcción de ciudadanía”. 
Además, luego, distinguió sobre que “hubo un cambio cultural. Y la situación de Cañuelas no es tan diferente a otros lugares. Hubo conflicto de lo rural, que retrocede y lo urbano. El problema es cómo conservamos alguno de esos lugares. Es un tema de políticas y voluntad educativa, no tanto de recursos. Hay que rescatar las valorizaciones locales. La base del patrimonio es la circunstancia del lugar”.


Leandro Barni – [email protected]

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