Algunos con rulos largos, barbas, tatuajes, calaveras, caños echando fuego, otros con aspecto reo, pero todos con un inquebrantable sentimiento de pertenencia a un grupo que se larga en manada por las rutas y a disfrutar de la libertad sobre dos ruedas. El motivo de salir de distintas ciudades y de localidades vecinas fue el de llegar hasta Edison 450, en el barrio Primero de Mayo, durante la tarde del viernes 8. “Para abrir el capítulo Cañuelas fue un largo proceso donde tuvieron que darse varios factores. Por mi parte, hace un largo tiempo estoy juntándome con Caciques de Luján, con la intención de formar parte del club de dicha ciudad, a la vez tenía muy buena relación con Aki Gigena, quien lideraba la agrupación Kansas y él, en algún momento, me manifestó sus ganas de pasar de agrupación a motoclub. Entonces después de variar reuniones entre las partes, se decidió lo que se llama absorción, cambiando de nombre y estatus a Kansas e ingresando también algunos integrantes para formar la Comisión y Mesa Directiva”, aclara ‘Nacho’ Barcia, durante un llamado de El Ciudadano, cabecilla del flamante club, que la semana pasada organizó su inauguración, con fanáticos de varios puntos del mapa.
Y según sigue respondiendo este motoquero, de 38 años, “todo MC (motoclub) se rige por un estatuto, uno que son los códigos internacionales para estar a la altura y categoría para poder ser MC, y el interno, que es un código de convivencia. Ahí están los cargos y sus obligaciones, derechos y sanciones, horarios, entre otros temas”.

El flamante club Caciques Cañuelas, con las puertas abiertas y reglas inalterables, desde hace una semana en Tomás Edison 450.

Fue un encuentro que no estuvo ausente de alguna parrilla incandescente y vasos, con escenario y set de música de blues y rock and roll. “En la inauguración del lugar físico del club recibimos motociclista de varios distritos, como La Plata, Saladillo, CABA, La Matanza, Chivilcoy y obviamente Luján”, dice Barcia, todavía con algunas cosas por delante por terminar de ordenar el lugar luego de recibir las pandillas de motocilistas, con toda clase de distintivos, trapos, remeras, gorras, pins.
Y luego de escuchar decenas de motos arrancando o girando por el barrio mencionado, comenta que “para formar parte del club hay una cuota societaria. Y de tratarse de un viajero que necesita pasar la noche o solucionar algún problema mecánico, no tiene costo estar en esta sede”.
Para estos chabones, el cuero y el jean oscuro si quieren sumarse al motoclub, que tiene las puertas abiertas y reglas inalterables, “el ingreso a formar parte, es un proceso. Y depende a qué apunte el interesado. Está la categoría de socios que puede ser cualquier amigo tenga o no moto. Luego puede iniciarse quien manifieste su interés. Un club serio nunca propone ni insiste a nadie que forme parte como aspirante. Luego si él lo desea y la mesa está de acuerdo, comienza ya la carrera más comprometida que se conoce como prospect, y luego de ser evaluado un tiempo, se le hace entrega del full color o parche completo”.
Este fanático de las motos trata de aclarar y reinvindicar su ámbito. “El ambiente en general estaban poco estigmatizado. En el caso de los motoclub se resguarda mucho a la familia nuestra y de los demás, se busca estar siempre en armoníaPor ellos los códigos antes de ingresar un miembro, ya que uno lo tiene que conocer en distintas situaciones al que quiera ingresar”.

Se trata de estar con un espíritu de camaradería, de diversión y sobre todo de libertad.
“Al formar parte de Caciques Motoclub automáticamente se tiene el apoyo total a uno y su familia, en un caso de dificultad personal el club se mueve para colaborar y solucionar el problema de esa familia o miembro, ya sea con plata de la caja u organizando alguna fiesta relámpago o lo que amerite la situación, para lo externo, y estamos en contacto con personas del municipio para en el futuro organizar una serie de eventos relacionados al motociclismo, autos clásicos y rock and roll”, concluye ‘Nacho’, resumiendo el espíritu del motoquero que se empieza a desarrollar en nuestra ciudad.

Leandro Barni – [email protected]