Denuncia de abuso sexual: concentración en reclamo de los casos por un kinesiólogo

Manifestación y pedido de justicia por las víctimas durante la tarde del viernes 14, en Rivadavia y 25 de Mayo. Con la instalación de urnas, se espera promover las denuncias o datos sobre este tipo de delitos. Se conocieron nuevos episodios.

Interés general22/05/2021El CiudadanoEl Ciudadano
MOVILIZACION KINESIOLOGO 1 (2)
Protesta por el supuesto abuso en un centro de profesionales de la salud.

“Este mismo hombre me hizo lo mismo hará unos siete u ocho años, pero en otro lugar que atendía”, advirtió una mujer de más de 50 años, que podría sumarse a las denuncias de abusos sexuales contra un kinesiólogo. En diálogo con El Ciudadano, la mujer relató, que, a partir de lo publicado en los medios, decidió salir de su casa y acompañar en la protesta que se hizo en la tarde-noche del viernes 14 en la esquina de Rivadavia y 25 de Mayo. La semana pasada, una abogada de nuestra ciudad convocó a una manifestación pacífica en la esquina de un negocio, en inmediaciones de donde habría ocurrido el hecho y de la Secretaría de la Mujer de la comunal. Algunas personas, en su mayoría mujeres, portaban carteles: “No nos quedemos callados/as”, “Justicia para las víctimas de abuso sexual”, “No al abuso sexual. Detenerlo es tarea de todos”. Además de la mujer que originó la denuncia contra el profesional, había otras que vivieron situaciones similares. Entre ellas una adolescente de 18 años.  
“Esto se hace para que todas aquellas víctimas puedan animarse a hablar y se logró que por el buzón o llamadas telefónicas se conozcan de más casos, algunos de ellos con el mismo kinesiólogo denunciado”, repetía la abogada Nicolasa Boccarratto, en la esquina mencionada. El fresco y la presencia de dos patrulleros que siguieron a distancia la manifestación, más otro móvil que iba y venía del lugar, no detuvo la movida, que juntó a unas catorce personas. También se unieron algunos hombres adultos y otros jóvenes masculinos. Nadie gritó, solo se hablaba, se levantaban los carteles y trascendían más episodios.  
La protesta sobre este tipo de hechos no tiene antecedentes. En general se viene protestando por homicidios, femicidios o robos. Y mucho menos hubo de parte de alguien de la comunidad que promueva las denuncias y establezca un mecanismo para su recepción como con estos buzones, sin la venia política.   
Por otro lado, se supo que el Juzgado de Garantías 8 de La Plata, con asiento en Cañuelas, otorgó una restricción de acercamiento para el profesional denunciado y su víctima. Además, se dispuso de un botón antipánico. Se dijo que es una medida precautoria, algo usual para estos episodios.  
Como se publicó, una mujer de 51 años, docente del nivel inicial y en la actualidad con cargo directivo, esposa y madre, recibía sesiones en un consultorio del centro por un profesional kinesiólogo que, aseguró, la manoseó en varias partes durante un tratamiento de una rodilla y cervical, según la denuncia que se tramita en la Fiscalía 1 de Cañuelas.  
La pena en expectativa para este tipo de delitos, según el Código Penal, es de seis meses a cuatro años. Y llegado a un juicio, se evalúan la cantidad de hechos, que para lo que habría ocurrido con este kinesiólogo, son cinco víctimas. En consecuencia, con las declaraciones de todas las víctimas, se podría pedir la detención.   
Sobre la modalidad del hecho, se dijo durante la convocatoria, “actúa en este caso de manera solapada y ejerciendo un poder sobre alguien que va por una dolencia en la espalda y le pide que se quite una prenda”, expuso la letrada cañuelense. Además, aclaró que “un tocamiento es un abuso. Y se ha llegado a naturalizar lo que hace un hombre apoyando sus partes a otra persona en un colectivo. No hace falta que se penetre para que sea delito”.   
La convocatoria tenía además el propósito de dar a conocer la instalación de buzones para recibir denuncias de hechos contra las personas, en particular por casos de los delitos sexuales. Fueron colocadas en la terminal de ómnibus de calle Alem, de Del Carmen y Libertad sobre la plaza; además de Rivadavia y 25 de Mayo.  
“Me pasó lo mismo. Fui después que me recomienden unos masajes de cervical. Ya me había hecho en talón por un espolón y me había resultado bien. Nunca pensé lo que iba a venir. Lo que hizo fue sin palabras, sin unas disculpas de este hombre. Me apoyó su miembro por detrás mientras me relajaba. En ese momento me quedé callada, me lo guardé y no se lo dije a nadie. Me recriminaba por qué no grité, no le pegué una cachetada. Pasó hace seis o siete años, cuando estaba en la calle Alem. Nunca lo había contado, hasta que me animé con lo que pasó ahora a una docente. Resulta que lo escucho comentar a mi pareja la noticia del kinesiólogo y empecé a recordar lo mío. Me puse a buscar información y saber quién sería el kinesiólogo. Me quebré cuando lo recordé. Entonces se lo dije recién ahora a mi pareja y me decidí a acercarme hasta acá para acompañar todo esto. Con refrescar ahora el hecho, me parece que fue ayer, pero me faltan detalles”, relató la mujer, que todavía no había radicado la denuncia formal.  
La que originó la denuncia también estaba presente, lo hizo con su esposo e hijos. “Decidí denunciar y terminar con esto. No hay en mi caso una cámara de seguridad, una grabación, algún resto biológico u otros pacientes como testigos. Solía estar en ese horario con una señora y un joven que llegaba luego. Yo iba por una rodilla y la cervical. Siempre me insistía que tenía que ir al último horario y usar camilla. Hasta accedió atenderme si contar con la orden de quiropraxia. Se mostraba interesado en cómo estaba, hasta con una atención especial y me ganó mi confianza. Ocurrió en el último gabinete. Todo pasó mientras quedé sola con él y lo vi algo nervioso. Y entiendo que esto lo viene llevando de hace rato y preparó todo. Cuando hizo lo que me hace, me mira y me pregunta: ‘¿Querés que te conecte el aparato’?. En alusión a su pene. Con miedo, le contesté que no, y le grité con mi barbijo. Tomé mis cosas, avancé por un pasillo, pasé por delante de la sala de espera, donde había todos hombres. Luego se apareció él y mientras entregaba mi credencial de Osde, le pregunta uno de los sentados si había colocado el aparato. Respondió que no, que estaba en fase cuatro y se escuchan risas burlonas. Eso me da la pauta que es algo que lo venía haciendo”.  


Leandro Barni – [email protected]

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