Caídas en las ventas del Día del Padre y un “panorama negro”

Economía 27 de junio de 2020 Por El Ciudadano
Escaso movimiento en el centro comercial y una apuesta por la venta online. Una parrilla de Ruta 205 probó la propuesta del take away (retiro en el local) para esa fecha.
Peatonal Av Libertad pandemia
El comercio atravesó una fecha muy particular y busca reactivarse.

“Un muy mal Día del Padre”. Con esta frase, Omar Se­jas, referente del centro comercial e integrante de la Cámara de Comercio cañuelense, sintetizó cómo impactó, a nivel local, el que fue uno de los mayores desplomes de ventas para esta fecha especial. 

Esta semana se conoció el relevamiento de la Confederación Argentina de la Me­diana Empresa (CAME), que confirmó que a nivel nacional las ventas por el Día del Padre disminuyeron 44,2 por ciento respecto de la misma fecha del año pasa­do. Y reflejó, de esa manera, la retracción general del consumo por el descenso en los ingresos de los hogares y la reducción de circulación de la gente por la cuarentena. 

En nuestra ciudad, con las restricciones para la apertura comercial, el resultado fue según el presidente de la Cámara Comercial e Industrial de Cañuelas, Gus­tavo Sacco, “casi catastrófico. No hubo veranito para el Día del Padre, casi nada de movimiento”. 

Además, el titular dijo a este medio que “antes de la pandemia hubo algunos comercios que intentaron hacer venta virtual y otros que lo adoptaron luego. La pandemia aceleró para acercarte al cliente por las redes, y les ayudó en algo, pero son pocos los rubros y el nivel de venta también escaso”. 

Y volvió a decir que el textil y el cal­zado vienen siendo muy perjudicados. Por otro lado, agregó que “lleva tiempo hacerse conocido y tener una cartera de clientes, los mismo que hacer la moda­lidad de delivery (envío a domicilio)”. 

En su diagnóstico Sacco sentenció: “El panorama con incertidumbre sigue acompañado de malaria. De negocios cerrados y otros por cerrar en lo inmedia­to. Estamos con cero apoyo estatal, sea el comercio del volumen que sea, tanto un monotributista como un responsable inscripto. Las facturas de los servicios siguen llegando, como si nada, toman un estimativo y debemos pagar igual. Los alquileres se negocian y se paga como se puede”. 

“El panorama es muy negro y viene peor”, dijo tajante Sacco ante El Ciuda­dano. 

“El Día del Padre no suele ser impor­tante, es más significativo el de la Madre. Pero fue muy malo, floja esta fecha”, dijo Sejas, para luego señalar que “en en mi rubro hay otras prioridades y creo que al padre lo conformaron en esta ocasión con una botella de vino. Es un momento com­plejo el que atravesamos”, concluyó Sejas, quien comercializa anteojos y relojería en la avenida Libertad. 

Marcados por la expectativa de muchos comerciantes de ‘hacer caja’ luego de tres meses de caídas en los números por el aislamiento y la recesión económica, desde la Parrilla La Huerta en Ruta 205 no se resignaron para el Día del Padre y salieron a encender los hornos y parrillas. 

En ese marco, Patricia Chiappe, co­mentó que “fue bastante bien. Abrimos después de todos estos meses que no lo hacíamos desde marzo Y tuvimos mucha respuesta de los clientes, lo cual fue muy grato, y eso nos ayuda a tratar de con­tinuar. Pero ahora esperando las nuevas medidas del Gobierno, si es con delivery (entrega a domicilio) o take away (retiro en el local) para poder trabajar y rein­ventarse”. 

La apertura fue una prueba crucial para este local gastronómico que se relanza a trabajar, pero solo los domingos al me­diodía. “Con algunas de las propuestas que hacíamos, volvimos con la parrilla y el horno de barro. Desde lo emocional fue conmovedor y hasta para lo físico. Yo no iba desde el cierre. Y sigue siendo bravo el panorama. Tenemos que evaluar los resultados; ahora si solo miramos los números es muy preocupante e inviable”. Además, comentó que “los empleados tra­tan de organizarse para juntar firmar con otros gastronómicos con el fin de recibir alguna ayuda desde el Gobierno local”. 

Sin la posibilidad de poder volver al tenedor libre, Patricia con su marido y el socio parecen no resignarse en épocas de vacas flacas y coronavirus.


Leandro Barni
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