Luego de la primera y maratónica primera sesión de debate en la Comisión del Proyecto de la denominada ‘Ley Ómnibus’, en la que expusieron algunos funcionarios del Gobierno nacional defendiendo el proyecto en el Congreso de la Nación, se reanudó la actividad. Y llegó el turno de que expusiera la subsecretaria de Medio Ambiente, Ana María Vidal de Lamas, quien después se tomó un tiempo para responder las primeras preguntas de este semanario como funcionaria del presidente Javier Milei. Una vez más, esta vecina del Club de Campo La Martona fue convocada por un gobierno.

La abogada especializada en Derecho Ambiental es docente universitaria y hasta hace un par de años estuvo a cargo de la administración de La Martona. Fue, además, funcionaria de Ambiente del gobierno de CABA y tuvo un rol preponderante en la secretaría de Ambiente durante la presidencia de Carlos Menem.

-¿Van a revertir algo de la gestión anterior?
-No hace falta revertir nada de lo bueno que se llevó a cabo antes. Encontramos un Ministerio con profesionales muy comprometidos que saben llevar adelante las acciones que hacen falta. Nosotros le daremos nuestra impronta e incorporaremos algunas adicionales, especialmente reforzadas por los financiamientos internacionales con los que contamos y están vinculados a mejoras en distintas temáticas. Por ejemplo, como los residuos sólidos urbanos o la adaptación al cambio climático. Nuestros esfuerzos se van a orientar a posicionar al país en forma favorable y con bajo riesgo en un gran mercado que se nos abre, que tiene un valor agregado como la exportación de soja o de carne de zonas libres de desmonte. Esto es posible porque está fortalecido con la Ley de Bosques Nativos que continuamos desarrollando junto a las provincias.

-Los incendios forestales son cíclicos y estamos en época, además del cambio climático. ¿Se podrán revertir?
-Los incendios se dan por diversas circunstancias, como puede ser una tormenta eléctrica, una quema descontrolada y en distintos ámbitos; no solo en bosques, también en pastizales. Y tienen época alta en este momento del verano en la zona sur del país. Nuestro trabajo -con el Plan de Manejo del Fuego- es colaborar con las provincias en la lucha contra el fuego luego de que las jurisdicciones hayan agotado sus esfuerzos. Mediante la ley se ha dotado a todas de equipamiento, vehículos, trailers, ropa...Hacer un control desde la Subsecretaría de las alertas tempranas con meteorólogos. Y la contratación de los medios aéreos para colaborar cuando sea necesario. Todo el tiempo y en todo el país hay incendios; solo que se controlan rápidamente en la zona.

-Se discutirá también el modelo de producción de cada lugar. En el Delta, por ejemplo, los incendios se provocan por el avance de la frontera agropecuaria.
-Existe una Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el control de actividades de quema con el fin de prevenir incendios, daños ambientales y riesgos para la salud y la seguridad pública. La quema es una actividad permitida bajo ciertas reglas, especialmente con autorización de las jurisdicciones que deben controlar y cuidar el ecosistema donde se va a producir el evento. Se realizan como cortafuego o como gestión de combustible en tierras que pueden ser productivas.

-¿Qué panorama tiene Cañuelas en materia ambiental?
-Es un partido en expansión. Y debe tenerse presente el ordenamiento del territorio para que una actividad no colisione con otras (por ejemplo, urbano versus industrial). Aún tenemos mucha área rural. No hay que descuidar que el crecimiento sin orden y sin tomar en cuenta los servicios de saneamiento, como agua y cloacas, dificulta un el desarrollo sostenible. No depende solo de Cañuelas, hay que ir ajustando el Plan de Ordenamiento existente.

-¿Comparte el negacionismo del cambio climático como sostenía Javier Milei durante la campaña presidencial?
-El presidente Milei comparte las conclusiones de un grupo de científicos que afirma que las modificaciones en el clima se dan cíclicamente con épocas de grandes fríos y grandes calores. Cuando se retiraron los hielos de Groenlandia, encontraron que hubo un asentamiento humano, lo que indica que había ahí un clima vivible fuera de ello. La realidad de que los diversos sectores (energía, ganadería, rellenos sanitarios, transporte) emiten gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento hace que debamos controlarlos y minimizarlos para la preservación del capital, tanto natural como humano. Hay financiamiento internacional para llevar adelante procesos de reducción y esto nos abre mercados que exigen que los productos que les vendamos sean certificados con metodologías que garanticen la descarbonización.