Cañuelas finalizó el Torneo Clausura en el 16º lugar. Lo preocupante fue que terminó a tres puntos de Ituzaingó, el último en la tabla general. Cortocircuitos dirigenciales, falta de puntería y desaciertos varios en todas sus patas, redondearon un año negro para el ‘Albirrojo’. El plantel tiene licencia hasta el 30 de octubre. ¿Qué pasará en estos meses?

Esta semana, la gerenciadora se reunirá con la dirigencia para tomar una decisión por el vínculo que los une. De esta charla depende el futuro del técnico, Fabián Zermatten.

El ‘Rojo’ disputó 32 partidos, sumó  6 triunfos, 14 empates y 12 derrotas (33,33% de los puntos). Contó con 24 goles a favor y se destacó un delantero que llegó silbando bajito en el receso, Sebastián Montero, con cinco gritos. El ex Morón cumplió, a diferencia de Cristian Chávez, que sólo le hizo un gol a Fénix y creó falsas expectativas tras un paso para el olvido. Mateo Mana fue otro de los que se anotó para bien, pese a llegar desde el fútbol regional, y sumó grandes actuaciones con tres tantos en total.

Diego Castañeda, uno de los que abandonó el barco a mitad de año, marcó en dos oportunidades al igual que Lillo Herdt y Marcelo Argüello. ¿El resto de los goles? Roberto Floris, Bautista Hernández, Tunqui Farfán, Ezequiel Morales, Nicolás Golomba y Brian Guerrero. Todos ellos sumaron de a uno.

A Cañuelas le marcaron 35 veces, no tuvo penales a favor y le pitaron en contra en siete oportunidades. Nicolás Nocetti atajó cuatro. El arquero que llegó en 2022 se ganó un lugar en el equipo y dejó en el camino a Luis Ardente, quien arribó con bombos y platillos como uno de los refuerzos top del Ascenso y terminó en el banco. Pero claro, tuvo que ver el rendimiento del pibe formado en Lanús. Es más, se sabe que hubo varios llamados de clubes de la categoría, por eso todavía no sabe si continuará en la institución (tiene contrato hasta diciembre). “Tengo que ver qué me propone mi representante y lo que ofrece Cañuelas”, dijo el ‘1’ luego de la última caída (1 a 0) contra Comunicaciones.

“Fuimos de más a menos y el hecho de habernos salvado del descenso hizo que los chicos se hayan relajado”, declaró Zermatten. Su vuelta al club, que se llevó a cabo por pedido expreso de la Comisión Directiva, marcó las aguas en un terreno político fangoso. Y para dar detalles, hay que remitirse al arribo de Gastón Díaz a la dirección técnica, una de las apuestas del empresario Miguel Plasencia. Pero los resultados no acompañaron y apareció otra carta, Rolando Bertolini, criado en la Rosario de Marcelo Bielsa y con pasado como volante aguerrido de Lanús. La salida de ‘Roly’ fue sorpresiva, pero terminó de marcar el gran inconveniente de Cañuelas: la diferencia y la falta de diálogo entre la gerenciadora del fútbol y los directivos de la sede.

Para colmo, el nexo entre ambas partes, Juan Manuel Capistrano, nunca dejó en claro su condición. Primero, como hombre cercano al plantel, ya que por citar un caso, el futbolista Ezequiel Morales denunció públicamente que nunca lo ayudó en su recuperación tras su seria lesión. Y en otro sentido, le presentó una carta al mismo presidente Marcelo Ponce pidiendo una licencia que nunca cumplió, ya que apareció por el vestuario del Arín antes de tiempo.

La presentación de Germán Sassone como interino preparó la vuelta de Zermatten, finalmente, una llegada impulsada por la vieja guardia de dirigentes. El ex Laferrere cumplió con el objetivo de dejar al equipo en la ‘B’ y pidió que lo analicen sólo por sus nueve partidos dirigidos.

Pero la cosa no terminó ahí. Ante la incertidumbre, varios empresarios del fútbol se acercaron al club para plantear proyectos y Claudio Jara, hombre de confianza de Plasencia, publicó en las redes sociales del periodista Enrique Lucena: “Bertolini sacó el 38,1% de puntos, Sassone 33,3 %, Zermatten 33,3 % y Díaz 23,5 %. Clarito, ¿no?”. Y la respuesta no tardó en llegar por parte de Zermatten: “Habría que explicar el contexto de cada entrenador en la temporada. Nos llamaron para salvar al equipo y cumplimos a tres fechas del final”.