Escándalo en el Congreso: porqué no se avanzó con la Universidad de Cañuelas

Un escándalo en la Cámara de Diputados dejó trunco el tratamiento del proyecto de la Universidad de la Cuenca del Salado, con sede en Cañuelas. La falta de quórum de la oposición fue una respuesta a la decisión de la presidenta de la Cámara baja que dejó sin efecto la nómina de legisladores designados para integrar el Consejo de la Magistratura. Hubo gritos, pases de facturas y casi terminan a las trompadas.

La propia intendenta Marisa Fassi y el administrador de Vialidad, Gustavo Arrieta, estaban presentes en el recinto, invitados especialmente por las autoridades de la Cámara, junto al ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, y otros funcionarios. Desde el palco acompañó también una comitiva de funcionarios municipales, concejales y consejeros escolares que esperaban celebrar la buena noticia.

La sesión duró una hora y cinco minutos. A las 15.40, el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica-Juntos por el Cambio, que se había mostrado en contra del proyecto de las universidades, pidió votar la suspensión. En ese momento, se registraba la ausencia de cinco diputados del Interbloque Federal que inicialmente colaboraron para habilitar el debate.

El clima tenso fue consecuencia de la controversia planteada cuando fracasó la sesión preparatoria, al mediodía, ya que no hubo quórum de parte de Juntos, el Interbloque Federal y la Izquierda, que objetaron a Cecilia Moreau. La titular de la Cámara frenó la resolución que nombraba a Vanesa Siley y Rodolfo Tailhade por el oficialismo (dos por la primera minoría), Alvaro González (PRO) y Roxana Reyes (UCR) al órgano que elige y controla a los jueces.

La sesión especial impulsada por el Frente de Todos se inició con el quórum estricto de 129 diputados, ya que colaboraron para conformarlo las bancadas de Provincias Unidas, la izquierda y el Interbloque Federal, que minutos antes de que se abortara el plenario le solicitó al oficialismo que intentara reencauzarla.
Juntos ingresó cuando el oficialismo había obtenido el quórum y sus legisladores empezaron a gritarle a Moreau que la sesión -cuyo horario se reprogramó dos veces- era inválida.

La principal bancada opositora argumentaba que la hora de inicio de la sesión no se puede reprogramar por una simple nota del secretario parlamentario, tal como sucedió, sino que debe hacerse con acuerdo de la mayoría de los bloques. Desde el oficialismo, en tanto, sostenían que la metodología utilizada fue la correcta y que por lo tanto la sesión era válida.

A partir de ese momento, la tensión fue en escalada, ya que los opositores no dejaban de gritar y golpear las bancas y en un momento las mujeres del Frente de Todos se cruzaron cara a cara en el hemiciclo con sus colegas de Juntos.

A los gritos y moviendo sus brazos, le gritaron “violentos” a los miembros de Juntos en el momento de mayor ebullición que se vivió en el recinto. En tanto, desde el espacio opositor les respondían “inválida”. Llegó a observarse, incluso, a diputados que golpeaban sus palmas contra las bancas y al propio Ferraro agitar la tapa del pupitre abriéndola y cerrándola, escenas que fueron viralizadas en redes sociales. Cristian Ritondo hizo un gesto obsceno.

A pesar de la coyuntura, la presidenta de la comisión de Educación, Blanca Osuna, pronunció su discurso respecto a la creación de nueve universidades, entre ellas la de Cañuelas.

Tampoco faltaron los cánticos en los palcos de invitados -relacionados con las universidades a crearse-, con lo cual era imposible escuchar el contenido de los dos discursos que se pronunciaron: el de Osuna y el de la legisladora Marcela Passo, también del Frente de Todos.

La sesión nunca tuvo un desarrollo normal e incluso se levantó cuando el diputado Ferraro -que se sentó para plantear su propuesta- solicitó una moción para terminar la deliberación, aunque la Cámara ya estaba sin quórum.

Ante ello, Moreau anunció el levantamiento de la sesión, pero previamente pronunció una breve alocución Germán Martínez, quien manifestó la decisión de su bancada de seguir debatiendo los temas, aunque ya no iban a continuar las deliberaciones.

Repercusiones

“Con patoterismo, JxC impidió la aprobación de universidades públicas, entre ellas, la Universidad Nacional de la Cuenca de Cañuelas. Acompañamos a Marisa Fassi en el Congreso y volveremos, porque nuestros jóvenes merecen tener universidades por todos lados”, dijo Telma Martines, consejera escolar que acompañó a la intendenta Marisa Fassi al Congreso.

En tanto, Romina del Plá, del FIT, remarcó que los incidentes expresan la crisis de todos “los políticos capitalistas”, apuntando al FdT y a JxC. “Se frustró la elección de las autoridades de la Cámara que siempre responde a una rosca entre los políticos capitalistas, ajena a los intereses de los trabajadores”, dijo.

Para el socialista Enrique Estévez, que se retiró del recinto cuando comenzaron los cruces entre las dos bancadas mayoritarias, “el Frente de Todos y Juntos por el Cambio convirtieron al Congreso en un circo romano. No hay pan, solo circo. Una vergüenza”.

José Luis Espert, candidato a Gobernador por la Provincia de Buenos Aires y legislador por Avanza Libertad, manifestó: “Con sólo 48 horas de anticipación nos llegaron 22 proyectos de ley, entre ellos la creación de universidades nacionales en diferentes puntos del país, las cuales en los órdenes del día no habíamos visto el presupuesto ni el estudio de factibilidad que exige la Ley de Educación”. Y aseguró que hará una denuncia penal contra Moreau.

Temario

Se iban a tratar la creación de varias universidades y el Convenio Multilateral sobre tratados Fiscales para prevenir la erosión de las bases Imponibles y el traslado de beneficiarios, que fue firmado por la Argentina el 24 de noviembre del 2016, durante el Gobierno de Mauricio Macri.

En el caso de las universidades, se trata de la Cuenca del Salado (con sede central en Cañuelas) Delta, Pilar, Ezeiza y Saladillo, también en Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires.