Volver después de la masacre educativa
Las calles empiezan a tener otro color bien temprano, cuando una multitud de chicos camina rumbo a la escuela. Y es una gran noticia después de dos años con las banderas a media asta, las aulas cerradas y el Zoom como única ventana para la enseñanza. Fue una masacre educativa que golpeó a todo el mundo, no solo a nuestro país.
Según un informe de UNICEF, publicado en septiembre del año pasado cuando se empezaba a normalizar la situación en la mayor parte del globo terráqueo, los estudiantes de todos los puntos cardinales perdieron 1,8 billones de horas de aprendizaje producto de los cierres que impulsó el Covid-19.
Ni hablar de los chicos que dejaron de asistir a los colegios. Se calcula, de acuerdo a las estimaciones oficiales, que el abandono escolar nuclea a unos 600 mil niños y adolescentes de todo el país. Se tomó en cuenta un relevamiento del Ministerio de Educación en 15 provincias.
La discusión de la presencialidad parece haber quedado atrás, en el medio de los tironeos regionales de aquellos políticos que abogaban por las clases cara a cara y otros que preferían priorizar la coyuntura sanitaria. En el medio, los pibes quedaron a la deriva.
Por eso, más allá de la convulsión social que se palpa en un año difícil desde lo económico, 2022 tiene un buen arranque. Con los chicos en clases. No está nada mal.