Volver después de la masacre educativa

Del director 10 de marzo de 2022 Por Daniel Avellaneda
Foto Página 2

Las calles empie­zan a tener otro color bien temprano, cuan­do una multitud de chicos camina rum­bo a la escuela. Y es una gran noticia des­pués de dos años con las banderas a media asta, las aulas cerra­das y el Zoom como única ventana para la enseñanza. Fue una masacre educati­va que golpeó a todo el mundo, no solo a nuestro país. 

Según un informe de UNICEF, publica­do en septiembre del año pasado cuando se empezaba a nor­malizar la situación en la mayor parte del globo terráqueo, los estudiantes de todos los puntos cardinales perdieron 1,8 billones de horas de aprendi­zaje producto de los cierres que impulsó el Covid-19. 

Ni hablar de los chicos que dejaron de asistir a los colegios. Se calcula, de acuer­do a las estimaciones oficiales, que el aban­dono escolar nuclea a unos 600 mil niños y adolescentes de todo el país. Se tomó en cuenta un releva­miento del Ministerio de Educación en 15 provincias. 

La discusión de la presencialidad parece haber quedado atrás, en el medio de los ti­roneos regionales de aquellos políticos que abogaban por las cla­ses cara a cara y otros que preferían priori­zar la coyuntura sa­nitaria. En el medio, los pibes quedaron a la deriva. 

Por eso, más allá de la convulsión social que se palpa en un año difícil desde lo económico, 2022 tie­ne un buen arranque. Con los chicos en cla­ses. No está nada mal.

Daniel Avellaneda

Director de El Ciudadano