Condenaron al asesino de Alex Campo a 9 años de prisión y la familia no quedó nada conforme
El Tribunal Oral Criminal N°4 de La Plata declaró culpable a Rodolfo Pablo Sánchez, el productor rural que arrolló al chico de 16 años el 24 de mayo de 2020. Dolor e impotencia de sus padres y la militancia que se congregó frente al edificio. Se viene la apelación del fallo.
La última noche, Claudia Cortés no pudo dormir. Estaba allí, en su casa del barrio, en su cama, tratando de encontrar algo de paz en medio de la espera. Habían pasado todas las audiencias del juicio, y su hijo, Alex Juan Campo, ya no volvería a casa. El rostro del chico, ese chico de barrio Guzzetti, con la pasión por los galgos y el campo, se mantenía vivo en sus recuerdos, pero la sentencia que se avecinaba parecía diluirse como la neblina que envolvía a La Plata y Cañuelas en una masa de aire polar.
El juicio había sido largo. La mañana transcurrió con la misma angustia contenida que la noche anterior, mientras los jueces, al filo de la hora, finalmente entregaban su veredicto. Al mediodía, la expectativa era inmensa; las 13.30, un nuevo momento de espera. Pero fue a las 14, en un sala mediana del primer piso del edificio, con dos de los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 4 de La Plata, donde la voz de la secretaria Analía Reyes quebró el silencio, pronunciando una condena de 9 años de prisión para Rodolfo Pablo Sánchez, el hombre acusado de arrebatarle la vida a Alex.
El chico había muerto en el campo, junto a sus perros y dos amigos, tras un trágico incidente en el que Sánchez, dueño del predio rural, lo atropelló con su camioneta RAM sin ofrecerle ayuda. El impacto fue fatal. El joven de 15 años perdió la vida al instante y, en ese segundo, todo cambió para Claudia, sus días se trastocaron para siempre. El hecho ocurrió el 24 de mayo de 2020, en un predio de la Ruta 205 Km 72,500.
El veredicto fue un golpe frío: homicidio culposo. El hombre responsable de la muerte de Alex no enfrentará los 25 años de prisión que muchos esperaban, sino una condena de apenas 9 años.
La fiscalía, a cargo de Mariano Sibuet, sostuvo desde el inicio la imputación por ‘homicidio simple’ contra el acusado. En su alegato pidió una condena de prisión perpetua por 'homicidio alevoso'.
La defensa con Martín Villar y Maximiliano Rusconi, en cambio, argumentó que se trató de un caso de 'exceso en la legítima defensa' o, en su defecto, de un 'homicidio culposo'.
Afuera, en la vereda del edificio de los tribunales, casi un centenar de militantes del MTL y la CTA aguardaban en silencio, esperando a que Claudia, su esposo y sus hijos salieran del lugar. El viento gélido de la ola polar arremetía contra sus rostros y el cielo, nublado y gris, parecía reflejar el pesar de la familia y de todos los que lucharon junto a ellos. El clima, tan desolado como el alma de una madre que acaba de perder a su hijo y que, ahora, tenía que enfrentar la frialdad de un fallo que no la saciaría.
Un silencio sepulcral se apoderó del grupo. Los llantos y las lágrimas, ahogadas en sus gargantas, fueron los únicos sonidos que acompañaron el abrazo colectivo. El dolor, pero también la firme convicción de que la pelea no había terminado. "Alex Campo, ¡presente!", gritaban, como una demanda, como un eco de esperanza en el medio de la frustración.
Dentro del tribunal, Sánchez no estaba solo. Llegó al edificio con el mismo atuendo que llevó en la audiencia oral con una campera gris oscura con capucha, acompañado de sus hijos y de su abogado, Fabián Améndola. En varios momentos, los letrados querellantes se acercaron a Claudia para ofrecerle palabras de consuelo y recordarle que el camino no estaba concluido. Había margen para apelar. “Vamos a seguir luchando con la familia”, decía Rusconi, mientras su voz se unía al murmullo de la militancia.
En las escalinatas, Mario Miceli, dirigente local del MTL, se dirigió al público que esperaba, reafirmando que la lucha no terminaba. "La familia dio muestra de la pelea que dieron", expresó, con firmeza, mientras los gritos del grupo se alzaban al viento: “¡Alex presente!” “¡Presente!”, respondían las voces. “Sabemos que fue un asesinato, un homicidio simple, pero vamos a seguir con la pelea”, enfatizó.
Para Sánchez, el hombre que causó la tragedia, las consecuencias no serán tan duras como muchos esperaban. No irá a prisión, a pesar de la gravedad del hecho. Está bajo arresto domiciliario, una condición contemplada por la ley de ejecución penal debido a problemas de salud, una afección en la columna que ha sido certificada legalmente. Ya pasó dos años y medio detenido, pero ese tiempo no será suficiente para que enfrente una pena acorde con el dolor que provocó.
Claudia, con los ojos aún llenos de lágrimas, expresó con voz quebrada lo que todos pensaban. "Esperábamos más. Los abogados van a apelar. Yo pensé que hoy terminaba todo. Y que Alex tendría justicia. Buscábamos más. Le dieron un año más de lo que podía ser un homicidio culposo, pero vamos a seguir", dijo con su alma destrozada.
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