Final caliente en el Concejo: empate, voto doble del presidente y cruces por la rendición de cuentas

Tras más de cuatro intensas horas de debate, con chicanas cruzadas, denuncias de falta de transparencia y acusaciones personales, la primera sesión extraordinaria del Concejo Deliberante de Cañuelas culminó pasada las 23:45 con la aprobación, por mayoría, de la rendición de cuentas del ejercicio 2024 tanto de la administración central como del Ente Descentralizado Hospital Ángel Marzetti. El resultado, sin embargo, se alcanzó en un contexto de profunda división política y fuertes cuestionamientos sobre el destino de los fondos públicos. 

El bloque de Unión por la Patria logró imponer su dictamen gracias al doble voto del presidente del Concejo, tras empates tanto en la votación general como en la particular sobre la gestión municipal. En ambos casos, la paridad 9 a 9 obligó al titular del cuerpo a definir con su voto afirmativo. La rendición del hospital, en cambio, tuvo un resultado algo más holgado: fue aprobada por 10 votos a favor y 8 en contra. 

El PRO se mantuvo firme en su rechazo a ambas rendiciones. “Esto no es contra la gente que trabaja, sino por cómo se gestiona, se invierte o se gasta la plata”, explicó Darío Morena, quien también insistió en las deficiencias en la documentación y el uso de partidas presupuestarias que se triplicaron respecto al cálculo original. 

Desde el oficialismo, Juan Ángel Cruz consideró que los votos “ya estaban cantados”, pero se mostró crítico con los discursos que abogan por el ajuste del Estado. “Así no se achica el Estado. Ya hay organismos diezmados por ese achique y estamos cada vez peor. Nosotros ganamos. No cuenten con nosotros para esa lógica del recorte”, disparó en una defensa cerrada del modelo de gestión local y provincial. 

Concejales de distintos bloques opositores expresaron objeciones que incluyeron desde la falta de acceso pleno al sistema informático contable RAFAM, compras concentradas en pocos proveedores, gastos excesivos en combustible y publicidad oficial, hasta la falta de claridad en inversiones millonarias en dólares sin destino certero. 
La maratónica sesión —que había comenzado a las 19:40— no solo dejó definiciones contables, sino una radiografía del clima político en el Concejo: crispado, polarizado y cada vez más personal.  

Transparencia y rendición 
El debate se abrió con la exposición del presidente del bloque oficialista Unión por la Patria, Juan Ángel Cruz, quien justificó el respaldo a la gestión local con una defensa cerrada de los lineamientos económicos y sociales ejecutados. “Sabíamos que la dinámica era la de avalar esta política que se lleva adelante en Cañuelas y en la Provincia, como en la Nación cuando éramos gobierno”, sostuvo, criticando a la oposición, a la que acusó de "aparecer con peluca" para rechazar el balance del Palacio Municipal, aunque –llamativamente– aprobó el del ente hospitalario. 

Cruz subrayó que el presupuesto ejecutado superó los 24 mil millones de pesos, lo que representa una suma significativa para una comuna de las dimensiones de Cañuelas, con sus 120 mil hectáreas de extensión. “La ejecución fue un desafío por la incertidumbre inflacionaria, pero se consolidó en términos sanitarios, sociales, económicos y financieros”, agregó. En su alegato, destacó las políticas de inclusión, inversión en salud, promoción del empleo, acompañamiento a clubes e instituciones intermedias y el sostenimiento de espacios culturales y educativos. 

La voz disonante no tardó en llegar. El bloque de La Fuerza del Cambio PRO, con Natalia Blasco a la cabeza, rechazó en forma categórica la rendición de cuentas de la administración central. Blasco apuntó a la opacidad del gasto público y denunció severas falencias en la documentación. “Faltan decretos, faltan órdenes de pago en papel, y el Ejecutivo sigue sin cumplir con la publicación del Boletín Oficial”, expresó con tono crítico y a veces sobreactuando con un tono vulgar cuando no es su estilo.  

Según la concejala, este año se registraron más de 22 mil órdenes de pago, aunque el número bajó de las 26 mil del ejercicio anterior. “Hay mil millones de pesos que no se sabe dónde están. Se pagaron fiestas mientras hay juicios por deudas y compras fuera del distrito que violan ordenanzas locales. Todo tiene una matriz de superficialidad y descontrol”, sentenció. Su intervención generó un clima tenso que obligó a un llamado al orden tras los comentarios fuera de lugar de un exconcejal presente en el recinto. 

Por su parte, la edil radical Claudia Pelereteguy adoptó una postura más moderada, aunque también expresó objeciones. Reconoció avances en la provisión de documentación, pero advirtió sobre la imposibilidad de acceder al sistema RAFAM y a los datos del Boletín Oficial. “Es fundamental que los concejales podamos analizar el destino del dinero público. Lo contrario es autoritario”, señaló, al tiempo que denunció gastos reiterados en mobiliario para funcionarios mientras escuelas y empleados carecen de lo básico. 

Las cifras 
La rendición, en términos técnicos, arrojó cifras claves. La ejecución presupuestaria del ejercicio 2024 ascendió a $24.333.359.028,89, con una ampliación de más de $14.800 millones y un superávit de $1.566 millones, según el artículo 44 del decreto 2080 del sistema RAFAM. El resultado financiero fue positivo en más de $404 millones. La tesorería cerró con un saldo superior a los $2.237 millones, respaldando el patrimonio neto de $7.439 millones frente a un pasivo de apenas $1.151 millones. 

En el caso del hospital Marzetti, el Ente Descentralizado presentó una ejecución de recursos por $1.564 millones, pero con gastos que superaron los $2.907 millones, generando un déficit de más de $128 millones. A pesar del rojo financiero, el cuerpo deliberativo aprobó esta rendición por mayoría, evidenciando una suerte de “excepción técnica” debido al carácter sensible y complejo del sistema de salud pública. 

El oficialismo insistió en que los números reflejan una gestión transparente, eficiente y con prioridades claras en un contexto adverso. “Esta rendición es el reflejo de una administración responsable y orientada a la inclusión social”, expresó Cruz. Sin embargo, la oposición rebatió ese discurso con acusaciones de descontrol, gasto político y escasa voluntad de cumplir con normas de transparencia. 

Idas y vueltas 
Uno de los momentos más filosos de la jornada lo protagonizó la concejala radical Claudia Pelereteguy, quien lanzó serias dudas sobre el uso del Fondo Educativo. “Hay cosas que se pagan que no cierran. Se trata de creer ciegamente en lo que dice el Ejecutivo, pero hay que revisar todos los estados contables”, sostuvo. Pelereteguy insistió en que el acceso a la información sigue siendo limitado, pese a las promesas de apertura, y remarcó que no contar con herramientas como el sistema RAFAM o el Boletín Oficial dificulta cualquier análisis técnico serio. 

En la misma línea crítica, Valeria Medina, del bloque vecinalista aliado a La Libertad Avanza, puso el foco en el gasto en combustibles, que ascendió a $1.466 millones. “Se trata de casi el 5% del presupuesto total, el equivalente a mantener 100 patrulleros y 100 autos oficiales funcionando las 24 horas del día. No lo podía creer cuando vi esa cifra”, expresó la edil, indignada. “¿Dónde va todo ese combustible? ¿Va a funcionarios para sus gastos personales? ¿Se están usando para compensar gastos políticos que no se quieren blanquear?”, se preguntó. 

Medina también denunció irregularidades en la contratación de servicios de viandas y comida, asegurando que “solo un pequeño grupo de negocios recibió esos fondos”, lo que calificó como un despilfarro injustificado. “No vemos mejoras en el hospital Marzetti, ni en los sueldos de los trabajadores municipales ni de los jubilados. Hay gastos ineficaces por donde se los mire”, remarcó. 

El señalamiento se extendió al rubro de los corralones. Según Medina, “son pocos los proveedores elegidos y siempre son los mismos tres o cuatro, que facturan montos altísimos”. La concejala advirtió sobre posibles favoritismos y sostuvo que las contrataciones directas siguen siendo una práctica común en el Ejecutivo local. “Tenemos muchas dudas y planteos concretos. Por eso no podemos acompañar esta rendición de cuentas”, concluyó. 

A las objeciones de bloques opositores se sumaron declaraciones de los concejales Darío Morena (PRO) y Juan Bautista Augusto (La Libertad Avanza), quienes denunciaron un manejo opaco de los fondos públicos, desvíos presupuestarios, y una preocupante dependencia de los medios locales respecto de la pauta oficial. 

Darío Morena no escatimó en señalar la falta de documentación precisa sobre contratos y decretos. “No puede ser que después de casi 20 años de gestión, Cañuelas siga estando entre los municipios con peores niveles de transparencia institucional. Hay ausencia de información clave y discrecionalidad total en la asignación de recursos”, disparó. El edil también cuestionó la sobreejecución presupuestaria, que habría superado el 200% en varios rubros: “Llama poderosamente la atención que a fin de año hubiese $4.000 millones disponibles, mientras que se presupuestaron apenas $218 millones en áreas como horas extras y combustible. Es todo muy extraño”. 

Más cruces 
Las diferencias ideológicas quedaron en segundo plano frente a los cuestionamientos personales que terminaron con gritos desde el público y la intervención del presidente del cuerpo legislativo para restablecer el orden. 
Malena Reimer de UxP apuntó directamente contra Augusto al recordarle su vínculo familiar con empleados del Estado. “Es muy fácil hablar de transparencia cuando se tiene a familiares viviendo de la política”, lanzó con dureza. La reacción del concejal libertario no se hizo esperar: visiblemente molesto, la tildó de “caradura” y de ejercer una “falta de respeto” por sus declaraciones. “Si vamos a hablar de familias que reciben plata del Estado, mejor revise los subsidios que ustedes manejaron”, retrucó en tono desafiante. 

El clima se tensó aún más cuando Augusto rechazó ser encasillado en un bloque único: “Nos acusan de ser un bloque homogéneo, pero acá somos cuatro bloques con posturas distintas. Le debe fallar la memoria a concejales que fue parte de La Cámpora y después del Frente Renovador”. La referencia encendió aún más los ánimos y provocó murmullos y cánticos de las Madres de Plaza de Mayo desde el público, al punto que el presidente del Concejo debió pedir silencio en reiteradas oportunidades. 

El libertario interrumpió nuevamente la sesión y, alterado, sostuvo: “Hago responsable a este cuerpo por lo que pudiera sucederle a mí o a mis compañeros de bloque”. Lo hizo en dos oportunidades.  

Lo que en principio era un análisis técnico y político del uso de los fondos públicos, terminó transformándose en una batalla de chicanas y pases de factura. Concejales del oficialismo y de la oposición intercambiaron acusaciones sobre el pasado político de sus pares, relaciones familiares con el Estado y presuntos beneficios personales. 

Finalmente, los bloques del PRO y libertarios votaron en contra de los expedientes, argumentando la existencia de “incongruencias, falta de explicaciones y manejos discrecionales”.  

Mientras el oficialismo destaca superávits y equilibrio contable, los cuestionamientos crecen en torno a cómo, dónde y para quién se gasta el dinero de los contribuyentes. 

Así, en una noche que evidenció más grietas que consensos, la rendición de cuentas terminó aprobada parcialmente, dejando en claro que la gestión del presupuesto municipal en Cañuelas es hoy mucho más que una cuestión contable: es un campo de batalla política donde cada número, decreto y orden de pago se convierte en argumento, denuncia o defensa.