Entrevista a Mateo Mana, goleador de Cañuelas FC

Deportes 29 de mayo de 2023 Por Jonatan Pedernera 
El delantero marcó tres goles y es la gran apuesta de Rolando Bertolini. Llegó desde Vicuña Mackenna, pero no está solo: su padre se desempeña como criador de caballos en La Dolfina. “Si no fuera jugador, trabajaría con él”, le dijo a El Ciudadano.
Mana Página 18
Mana festejó con un corazón el gol de la victoria ante UAI Urquiza.

La tonada cordobesa de Mateo Mana es inalterable. A pesar de que viajó por varias ciudades gracias al fútbol, el acento marcado propio de los que viven alejados de la capital de La Docta se siente a flor de piel. El jugador de 24 años es de Vicuña Mackenna, un pueblito ubicado a 90 kilómetros de Río Cuarto. Tras su vuelta a la liga local, aceptó el desafío de venir al ‘Tambero’ para jugar en la B Metro y cumplió cuando lo llamaron. Tiene tres goles en los tres partidos que arrancó como titular: doble­te ante Talleres de Escalada, gran labor contra Dock Sud y otro festejo en el último 2 a 0 frente a UAI Urquiza. 

Mana llegó con referen­cias de mediapunta, pero ante la ausencia de Cristian Chavez, no titubeó para calzarse la ‘9’ y sorprendió a más de uno. Estuvo en Ferro de Pico, Estudiantes de Río Cuarto, Talleres de Córdo­ba, Sarmiento y Santamari­na de Tandil. Surgido de San Martín de la liga regional riocuartense, llegó al ‘Rojo’ desde el club Alberdi. 

El cordobés estaba des­tinado a pasar sus días en la pensión del club en el viejo ‘Cajón’, pero coincidió en el lugar de trabajo con su papá Pablo, quien trabaja en la crianza de caballos y además es ex combatiente de Mal­vinas. Con él, descansa en Vicente Casares en esta fecha libre. 

-Por lo menos, ya tenías comentarios sobre la ciu­dad de Cañuelas cuando llegaste. 

-Sí, je. No conocía nada y aproveché que mi viejo viaja muy seguido, él se dedica a la cría de caballos de polo en el club de cam­po de La Dolfina y es muy conocido por su tarea en toda esta zona. Por suerte, coincidimos durante mucho tiempo acá. Por ejemplo, ahora vivimos en la misma casa. Si no fuera futbolista, trabajaría como profe de Educación Física o me iría a laburar con él al campo. 

-¿Se parece el día a día a tu pueblo? 

-Y... algo. Allá es muy tranquilo. Me crié jugando a la pelota en la calle con mis primos y mi familia, junto a mis hermanos y mi mamá, que es ama de casa. En Vi­cuña vivía rodeado de mis familiares y con mucha paz, así me crié. Ojo, esta ciudad tiene algunas cosas muy pa­recidas, en algunos rincones hay muchas similitudes. 

-¿Tus amigos se hicie­ron hinchas de Cañuelas ahora? 

-¡Sí, todos! Están al tanto de los partidos y cuando hago goles suben cosas a las redes sociales. En cambio, mi familia ya conoce bas­tante porque han viajado varias veces por mi papá. 

YPF El Molino Horizontal

-¿Estás en tu mejor momento en el club? 

-Creo que sí, me siento con mu­cha confian­za. No e s p o c a cosa hacer tres goles en tres fechas, estoy con muchas ganas de seguir cre­ciendo. Trabajé muy duro desde el primer día que llegué y se me dio de mojar en los tres partidos que fui de entrada. Claramen­te, me tocó meterla, pero sin la ayuda del resto del equipo se haría muy difícil. 

-¿Sentiste la pre­sión de reemplazar a Chávez en algún momento? ¿Cómo te llevás con él? 

-No, la verdad que no lo tomé como algo  personal y tampoco sentí la presión de sustituir a un profesional con tanta expe­riencia. Son oportunidades y las estoy aprovechando. La relación con él es muy buena. 

-¿Te sentís delantero de área o te fuiste adap­tando? 

-Es algo que cambié con el correr de los años. Sinceramente, yo soy me­diapunta o extremo, así jugué en gran parte de mi carrera. Pero bueno, si me necesitan estoy donde pueda sumar. Siempre hay algo más para aprender y poder responder en una divisional tan exigente. Me siento cómodo en el esquema 4-4-2. 

-Contra la UAI Urquiza casi que fue otro doblete, porque el prime­ro de Castañeda fue todo tuyo… 

-Pero no contó (ri­sas). Fue una gran asistencia, lo dejé de cara al arco, pero después, Diego definió muy bien. Es un gran jugador y por suer­te lo aprovechamos. 

-Pudiste saltar a un grande de tu provincia, Talleres, ¿cuál es tu meta ahora? 

-Sinceramente, tengo ob­jetivos a corto plazo. Pienso en afianzarme en esta ca­tegoría, es la primera vez que juego en la B Metro. Después, voy paso a paso, me encantaría jugar en Pri­mera División, es algo que siempre me planteé desde que empecé integrar los primeros equipos. 

-¿Cómo ves a la división en relación a los torneos del interior? 

-Hay un muy buen nivel, lo que veo es que acá los ár­bitros no son de cobrar tan­tas faltas, entonces se da un juego friccionado p o r q u e d e j a n seguir. D e s ­pués, en gene­ral, es muy parecido al Fede­ral ‘A’. 

-Sos de un lugar muy cercano a Río Cuarto, de donde era el ‘Bicho’ Maraschi, ¿te tocó de cerca su muerte? 

-Sí, si bien no tuve una relación directa con él, cuando llegué a Cañuelas me fui enterando sobre su forma de ser, era un gran compañero. Des­pués, me puse al tanto de lo que pasó y ob­viamente, en nuestros pagos se hablaba de la tragedia. En los chicos pegó muy duro su caso, ojalá que varios clubes empiecen enfocarse en esa proble­mática. 

-¿Tenés algún delantero como modelo en el fútbol argentino o el exterior? 

-Me gusta mucho Nahuel Bustos, el punta de Talleres de Córdoba y de afuera miro muchos movimientos de Julián Alvarez, que la está rompiendo en el Manchester City de Inglaterra. 

-¿Para quién es el cora­zón en los festejos? 

-Para mi familia,que me banca siempre a la distancia y los tengo presente. Cuando vienen a verme me llenan de alegría, por eso después del gol justo encaré al fotógrafo del club y clavé la seña. 

-Como buen cordobés, ¿metés cuarteto en el ves­tuario? 

-Por supuesto, me gusta todo tipo de música, pero obviamente, el ritmo nues­tro nunca falta. Me gusta La Konga, Q’Locura, Simón Aguirre y Damián Cór­doba. La música está peleada en el plantel porque la manejan Brian Guerrero, Ni­colás Nocetti y Ema­nuel Abregú. Igual, dar batalla en Buenos Aires es difícil porque en todos lados suena cumbia santafesina, reaggetón y cachengue. 

-Ganaron en un mo­mento clave, ¿cuál es el objetivo de Cañuelas? 

- Sí, era fundamental su­mar de a tres puntos, nos hacía falta la victoria porque tuvimos muchos partidos en los que realmente no merecimos quedarnos con las manos vacías. Fue un poco de mala suerte. Acá la meta es clara, hay que seguir sumando puntos para escapar de la zona baja y después se verá si podemos pelear arriba.

Te puede interesar