Piloteó un Fokker en la guerra de Malvinas y cuenta su experiencia

Interés general 05 de mayo de 2023 Por Leandro Barni
Para el submayor técnico mecánico aeronáutico, que brindó una conferencia en Nuestra Señora del Carmen, transmitir su experiencia es una manera de agradecer su instrucción. Cómo fue la recuperación del avión que aterrizó en las islas.
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Amado Antonio Ocanto, suboficial mayor técnico mecánico aeronáutico de la Aviación Naval, con el Fokker recuperado.

El reconocimiento a los ex combatientes de Malvinas y los caídos en aquella guerra de 1982 continúa. Por caso, en la iglesia Nuestra Señora del Carmen se ofreció en la noche del jueves una conferencia bajo el título ‘Un 2 de Abril diferente. Vida, muerte y heroísmo en un avión Fokker F-28’, a cargo del Amado Antonio Ocanto, submayor técnico mecánico aeronáutico de la aviación naval, donde prestó servicio durante 35 años con cuatro mil horas de vuelo y 65 vuelos a las islas.

Se trata de un veterano que desde el año pasado tomó contacto con Cañuelas a través de la equinoterapia que desarrolla en el Hípico de Cañuelas, de la familia Ganza, y viaja todos los días desde Tapiales, en La Matanza. Fue su primera charla en el centro de ciudad y dirigida a toda la comunidad. Ya tuvo contacto por su experiencia malvinera con alumnos de la escuela Don Bosco, en Uribelarrea; en la escuela de Lourdes, de Máximo Paz; y el Colegio Silos, en Alejandro Petión, además de escuelas técnicas en CABA.

“El título de la conferencia viene por la recuperación de un avión que estaba abandonado en los fondos del Aeropuerto de Ezeiza. Con un gran esfuerzo de algunos integrantes de la escuadrilla, de la Armada, de algunas empresas, de colectas y de Dios, se pudo rescatar, desarmar y lavar la nave en Aerolíneas Argentinas, donde se la dejó como nueva. Lo colocamos en camiones y lo llevamos a la localidad de Oliva, en Córdoba, donde se ubica el Museo Nacional de Malvinas. Era el sitio apropiado para nuestra nave insigne, el Fokker F 28, matrícula 5-T-20, que fue el primer avión argentino que aterrizó en las islas y así no iba a seguir perdiéndose. Es un gran orgullo haberla recuperado y que haya sido conservada por su valor histórico, ya que es la segunda máquina que operó en Malvinas el 2 de abril de 1982”, destaca el especialista, mientras dicta clases con los caballos y termina de diseñar un plan de educación gratuito, a nivel local, dirigidos a los alumnos de las escuelas especiales, como la 501 y 502 de nuestra ciudad. 

Una actividad sobre la cual afirma: “Cuando ingresé a la aviación naval, se me dio todo para desarrollarme en una actividad y egresar de la escuela como técnico mecánico. Ahora quiero devolver algo de todo aquello que no es más que una vocación de servicio, a pesar de haber estado en una guerra y que algunos me dicen que no debo devolver nada”.

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El Fokker F-28 se encontraba en desuso hacía 15 años y fue rescatado. El 2 de abril de este año fue presentado en el museo mencionado, por lo que recibieron muestras de agradecimiento, de emoción y de sorpresa.

La nave realizó interminables vuelos entre el continente y las islas, desde el día de la recuperación hasta casi en el final de la guerra. En 1979, la Armada había comprado tres aviones: el 5 Tango 10 para pasajeros y el 5 Tango 10 y 20, ambos con puerta de carga. El 1° de abril de 1982 se recibió la orden de alistar el F28, afectado a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Sostén Logístico Móvil. Sin los asientos, se le adosaron 18 camillas, preparadas en el arsenal de  la base. Recibieron la orden de salir al sur, pero sin más detalles. En la madrugada, los despertaron para anunciarles que se habían recuperado las Malvinas y que al día siguiente irían hacia allá para buscar a los posibles heridos.

La tripulación estaba compuesta por un comandante, un copiloto, un tercer piloto, dos mecánicos y un ayudante de mecánico. Luego del 1° de mayo, los aviones volaban con un piloto, copiloto y dos mecánicos. Se trataba de un avión de transporte para logística y sanidad.

El avión se conserva con la pintura original que tenía en los años ‘80 y su interior está sin los asientos como fue dispuesto ese día para la carga de camillas.

“Teníamos siete minutos para descargar en la aerostación Malvinas, desde municiones y combustible, además de cargar heridos para Río Grande y Bahía Blanca, con sus respectivos hospitales navales y militares. La nave cumplió misiones hasta el 9 de junio”, completa Ocanto.

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