Nilda Aquino Arzamendia y Néstor Corsi fueron los responsables de darle el aspecto de castillo a la fábrica. Con ideas extravagantes, la pareja de Ezeiza empezó a planificar el primer museo clásico Sudamérica. La intención iba viento en popa, pero la la hiperinflación de la era Alfonsín sacudió el proyecto y al matrimonio, que se separó en ese momento. De todas formas, la familia metió un manotazo de ahogado con la apertura del tenedor libre.   

El comedor fue uno de los más populares: “Gracias a eso pudimos repuntar, en un momento en el que no teníamos ni para el colectivo. Llegamos a vender papa ahí mismo”, contó Martín, el hijo, quien a los 41 años es desarrollador web y se dedica a la venta de quintas.   

Nilda espera concretar la venta del lugar lo más rápido posible con la ayuda de sus asesores y familiares. Mientras que su ex esposo dio un giro de 180 grados. Luego de algunas inversiones en el municipio vecino (administró el salón La Biela, donde hoy funciona un taller mecánico en la ruta 205), Corsi se afincó en San Marcos Sierra, Córdoba, donde construyó un centro terapéutico enfocado en la curación del cáncer y otras enfermedades.  Ahí, donde levantó una pirámide faraónica, fue apresado por ejercicio ilegal de la medicina y estafas reiteradas.

También fue imputado por recetarios falsos y en la investigación se encontraron laboratorios clandestinos en todo Buenos Aires. En la actualidad es conocido como el profeta Kroop.