Los trastornos del lenguaje en la niñez se pueden superar

Interés general 06 de septiembre de 2022 Por Leandro Barni
“No hay que tratarlos como nenes más chicos, hay que hablarles de forma clara y natural”, dice Daniela Losardo, médica pediatra. Está a cargo del consultorio para la detección temprana de problemas vinculados con las dificultades en la comunicación.
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La pediatra neuróloga, Daniela Losardo, en el nuevo consultorio de Neurodesarrollo del HCANK.

Atento a los aumentos de niños con retrasos en el lenguaje, trastornos del es­pectro autista, desatención, hiperactividad, un equipo de médicos del Hospital de la Cuenca Alta Néstor Kirchner (HCANK) no solo considera la importancia de cuidar a los menores sino también, su crecimiento y desarrollo.

En los primeros años del niño, el sistema nervioso crece y se desarrolla como en ningún otro momento de la vida y presenta gran plasticidad neuronal. Por este motivo, resulta muy vulne­rable a los factores externos nocivos, así como también son muy sensibles a las inter­venciones terapéuticas.

La pediatra y especials­ta en neurología infantil, Daniela Losardo, quien se desempeña en el servicio de Neurocirugía del HCANK, comentó en diálogo con El Ciudadano: “Se observan muchas consultas por los chicos. Las escuelas, además de educar, socializan y con la pandemia esto se notó mucho, ya que los chicos dejaron de ir a los estable­cimientos. Es frecuente que lleguen a la consulta por de­rivación de la escuela donde concurre ese niño. Y con un tratamiento oportuno, con terapias, como pedagogía, psicología, fonoaudiología, terapia ocupacional y esti­mulación temprana, puede mejorar mucho”.

Y agregó: “Es fundamen­tal actuar de forma tempra­na. A veces sucede que los padres no concurren a tiem­po o no le dan importancia al tema. Los chicos pueden cambiar y lograr un avance en las áreas afectadas y así evitar que esto influya de manera negativa en su futuro”.

El neurodesarrollo se de­fine como la maduración del sistema nervioso y la forma­ción de la personalidad que se obtiene como resultado de un proceso dinámico de interacción entre el niño y el medio que lo rodea.

El nuevo consultorio fun­ciona desde el mes pasado en el Hospital de la Cuenca. Y está enfocado en tratar los trastornos del lenguaje y del aprendizaje en la niñez; el re­traso motor; la discapacidad  intelectual; dificultades en la comunicación y socializa­ción, entre otras patologías.

El retraso del lenguaje es la principal causa por la que son requeridos estos médi­cos. Los niños de un año y medio ya deben manejar una palabra, pueden responder al nombre, tal vez no por una palabra, pero con una mira­da o un gesto. “Tal vez ese chico no habla, pero puede tener un gesto con el dedo índice o una mirada. Ejerce una comunicación. Cuan­do no ocurre eso hay una alerta, tanto para los padres como para sus docentes. La segunda consulta frecuente es el trastorno del espectro autista. Además de tener un problema en el habla, tienen problemas en la comunica­ción y en la socialización. Prefieren estar solos, les llaman la atención más los objetos que las personas y, por ejemplo, si están en una plaza hay que ver si se acercan a otros chicos. Tam­bién, hay niños con retraso motor. Son cosas a tener en cuenta. Si se reiteran, hay que consultar y encarar una terapia. En un tiempo, el chico mejora mucho”, afirmó la especialista.

Cuanto antes se haga el diagnóstico, antes podrá obtener ayuda el niño con retraso en el habla. Y cuanto antes le llegue la ayuda, mejores son las perspectivas.

Cuando un niño no co­mienza a unir palabras, a te­ner expresiones, puede haber una multitud de razones. El retraso en el habla tiene un contexto muy amplio, que va desde lo cognitivo hasta la comunicación.

“El lenguaje es expresivo y comprensivo, a los que les cuesta comprender, también les cuesta la escuela y las consignas”, manifestó la doctora Losardo.

A los 2 años, comienzan a unir palabras; a los 3, deberían estar utilizando oraciones de tres palabras como mínimo. Las primeras expresiones pueden ser sen­cillas, pero lo que las produ­ce es muy complejo. Tanto el habla como el lenguaje requieren estimulación.

Otro factor que puede contribuir son las pantallas. “Influyó mucho y negativa­mente en los más chiquitos cuando sus padres ejercieron el teletrabajo, ponían al chico durante todo el día frente a un teléfono móvil o una tablet. Eso trajo las consecuencias a los niños de 2 y 3 años”. 

Consejos 

La pediatra ofreció algu­nos consejos generales para los padres que quieran me­jorar el habla y el lenguaje de sus hijos. 

“No hay que tratarlos como nenes más chicos. Que nombren las cosas, que respondan a los pedidos del padre o la madre en situacio­nes simples de la vida diaria o complejas, pero cuando son un poco más grandes. Hay que hablarles bien, de forma clara y natural, sin jergas, y escuchar lo que el hijo les dice. También, leer­les y mostrar interés cuando habla”. 

Para acceder a este servi­cio se llega por derivación de otro profesional pediatra, psicopedagogo o fonoaudió­logo. De este modo, funcio­na la atención del servicio de Neurodesarrollo, donde circulan pacientes desde los dos meses hasta los 14 años. Para solicitar turno con derivación del médi­co de cabecera se pueden comunicar a la Central In­teractiva de Comunicación con el Usuario (CICU) al teléfono 011-5273-4700 o vía WhatsApp, al 2226-55- 7446 y 2226-62-8250

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