José González, utilero de Cañuelas FC y volante de Uribelarrea

Deportes 19 de agosto de 2022 Por Jonatan Pedernera
El ex jugador del ‘Rojo’ se quedó en el vestuario para administrar la indumentaria del equipo y asistir a los jugadores. Y cuando puede, se calza los botines en el ‘Auriverde’, que disputa el campeonato regional. Mano a mano con El Ciudadano.
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El mejor cebador de mates. Así se define José, que tiene a cargo la utilería del ‘Rojo’.

Desde hace varios años, la utilería dejó de ser un trabajo aislado y marginal. Es más, cuando se habla de utileros, se refiere a un grupo especializado. Y ahí está José González. Su nombre es conocido porque supo integrar el plantel del ‘Tambero’ en la última etapa del entrenador Osvaldo Ruggero, allá por 2016, en la ‘Primera C’. Jugó algunas temporadas y, tras quedar libre, se quedó a trabajar en el club. Pero no abandonó el fútbol: se sumó a Uribe, donde sueña con el campeonato en la Liga de Lobos. Y hoy jugará ante Madreselva de visitante. 

González, de 27 años, nació en Carlos Spegazzini y dio sus primeros pasos en General Güemes, un club de barrio ubicado entre la Ruta 205 y la Autopista Cañuelas-Buenos Aires. De ahí enfiló a Banfield y luego siguió en Tristán Suárez. Se fue del equipo de Ezeiza con edad de Cuarta División y fichó en el ‘Rojo’. 

Se destacó por ser un lateral con mucha ida y vuelta. Tras la salida de Ruggero, se afianzó con Diego Martínez como entrenador y se fue en la era Mariano Campodónico. Entre uno de sus partidos más recordados aparece un encuentro amistoso ante la Reserva de Boca, comandada entonces por el ‘Flaco’ Schiavi y Hugo Ibarra.

“Perdimos 1 a 0, pero anduvimos muy bien. Me tocó seguir de cerca a Nicolás Capaldo. También estuvo presente Agustín Almendra. Fue hermoso haber jugado contra esos monstruos”, recuerda José. 

La carrera como futbolista de Cañuelas FC llegó a su fin para darle lugar a otra de sus facetas en el vestuario: el armado de la indumentaria del plantel profesional. No fue fácil abstraerse de la pelota, por eso aceptó un ofrecimiento y, en paralelo, fue a probar suerte a Uribe. Finalmente, ahí se convirtió en una de las figuras del equipo que conduce Mauricio Martinoni. 

Su historia es muy parecida a la de Lucas Neculhueque, ex jugador de Germinal Rawson, quien se retiró como futbolista para cumplir con su trabajo en la utilería de Colón de Santa Fe. Y a la inversa, Juan Alonso, ex Cañuelas, llegó al Quilmes de Ricardo Caruso Lombardi como colaborador del cuerpo técnico y el entrenador lo sumó a la Primera después de un fútbol informal. 

Pero sin dudas, el caso de Julio Cruz es uno de los más recordados. La leyenda cuenta que luego de su rutina matutina, que incluía el mantenimiento del espacio verde de Banfield, se quedó como sparring del primer equipo del ‘Taladro’ y sorprendió a todos. Al ‘Jardinero’ lo subieron a Primera y armó su carrera a fuerza de goles, a punto de llegar a jugar en la Selección en el Mundial de Alemania de 2006. 

La historia de González transcurre lejos de los flashes, pero con la misma pasión. Es así como, en medio de conos y pecheras, algunos integrantes del plantel lo chicanean para que se prenda en los ensayos recreativos del equipo. Acá, su historia. 

–¿Cómo se dio tu llegada a la utilería? 
–Después de quedar libre en Cañuelas, entré a trabajar a una fábrica y me despidieron. Estuve sin actividad durante algunos meses y ‘Beto’ Ortiz, uno de los coordinadores de ese momento, me llamó para dar una mano con la ropa. 

–¿Es un trabajo muy sacrificado? 
–Y... por momentos estamos a full. En la semana nos encargamos de lavar toda la indumentaria y dejamos todo listo para cada entrenamiento. Lo días de los partidos es cuando más laburo hay. Reponemos las camisetas de los muchachos y estamos encima con todo lo que precisen. Les damos frutas, turrones y agua. Mi compañero es mi hermano Martín y nos llevamos 10 puntos. 

–¿Qué recordás de tu época de jugador en el ‘Rojo? 
–Tengo muchísimos recuerdos y son todos buenos. Lo que más extraño son los momentos de charla, asados, ronda de mates, etc. Y bueno, además, estaba rodeado de grandes futbolistas y excelentes personas. 

–Cuando te toca jugar en Uribe, ¿quién tiene la prioridad? 
–En esos casos, cuando coinciden las fechas, tengo que quedarme en Cañuelas, ya que es mi trabajo hoy por hoy. Es algo que ya acordé con los dirigentes y el cuerpo técnico y me entendieron sin problemas. De todas formas, son muy pocas las veces que se superponen porque la ‘B’ se disputa mayormente los sábados y yo juego todos los domingos. 

–¿Cómo ves a la Liga de Lobos? 
–La verdad es que, con los años, ha crecido a pasos agigantados. Tiene un gran nivel y ha mejorado notablemente en los últimos años. Han llegado jugadores con pasado en las grandes ligas y cada uno de ellos aporta su experiencia. Además, los equipos se han preocupado en el aspecto físico y todos equipararon para arriba.  

–¿Quién es el jugador de Cañuelas más ordenado con la ropa? 
–Guillermo Ojeda, sin dudas. Un tipazo de persona y un gran jugador. Otro que en su época nos dio una gran mano y se preocupó en todas las necesidades de la utilería fue Matías Maidana.  

–¿Y el que te trae más dolores de cabeza? 
–Hay varios (risas). Pero el más vueltero es el ‘Flaco’ Lingua Bender. Lo banco al arquerito porque me va a ver los domingos a Uribelarrea y es una gran persona. 

Página 23 a la izquierdaGonzález, con la camiseta de Uribe FC. Los domingos despunta el vicio en la Liga.

–Si tenés que elegir al más fiestero del grupo cuando se gana, ¿a quién apuntás? 
–Facundo Krüger. Cuando hay un triunfo y el ánimo está por las nubes, es el que dirige la batuta con la joda en el vestuario.  

–¿Y quién maneja la música? 
–También, ‘Facu’, junto con Brian Guerrero. Son los que ponen las canciones en la semana y si ganamos le meten a la cumbia. 

–¿Hay buenos cebadores de mate en Cañuelas? 
–¡Por supuesto!  ¡Yo! Todos vienen a pedirme y si hacés una encuesta en el plantel gano por afano. Y el peor, sin dudas, es el kinesiólogo Matías Blanco. 

–¿Te pica el bichito para ponerte los cortos en medio de la utilería? 
–Sí, siempre están las ganas. Hoy en día estoy más tranquilo porque gracias a la Liga descargo tensiones y despunto el vicio del fútbol todos los domingos, pero en la época en la que quedé libre y entré a la utilería era bravo, quería entrenarme todos los días. 

–¿Admirás a alguno de los chicos? 
–Sí, me encanta el estilo de Julián Cano. Es uno de los que más miro en los partidos, es un gran jugador, cumple en la marca y tiene llegada al gol. Además, tiene muy buena onda con todos los empleados, siempre se queda mateando, al igual que Emanuel Trejo. 

–¿Cuál es tu sueño como jugador? 
–Me encantaría salir campeón de la Liga con Uribe. Estoy hace varios años en el club y es algo que venimos buscando hace rato. Merecemos una alegría, se nos escapó en un par de torneos y tenemos la espina clavada. Quiero conseguir el título con esta camiseta porque siempre me han tenido respeto, desde los dirigentes hasta los hinchas. 

–Y como empleado del club, ¿tenés algún deseo? 
–Sí, seguir disfrutando y que reconozcan mi trabajo, como hasta ahora. La institución ha crecido un montón en la última época y es muy gratificante ver el espacio de la utilería. Y bueno, la frutilla del postre sería seguir acompañando a este plantel en la B Nacional. 

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