Horacio Lizaso y el sueño de la Triple Corona

Deportes 18 de marzo de 2022 Por LIC. Matías Folgueira
Radicado en Florida, dice: “Jugar torneos de bajo o mediano hándicap no hace que uno se estanque como polista”. Le gustaría volver a la Argentina para disputar el Abierto de Palermo, aunque sabe que es difícil. Tiene su propia organización en Estados Unidos.
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Lizaso dice: “Cada mango que agarro lo invierto para mejorar mi organización”.

El polo de alto hándicap es el que se lleva todas las miradas y en el que las grandes figuras, muchas de las cuales están ligadas a Cañuelas, son protagonistas de las entrevistas y no solo aparecen en las revistas deportivas; también, en aquellas ligadas a la farándula o al jet set.

Pero paralelamente a toda esa movida existe el polo de bajo y mediano hándicap en el que muchos han encontrado su nicho. Algunos asumiendo un rol meramente lúdico. Otros, en cambio, se han metido de lleno en él abordando un perfil laboral.

Este último es el caso de Horacio Lizaso, quien desde hace tres años se radicó en Florida, Estados Unidos, y creó su propia organización.

Aquel nene del barrio La Finaco que participó por vez primera en la Copa Potrillitos con apenas 7 años, actualmente se encuentra afincado en el país del norte apostando por su propio proyecto.

–¿Cómo se dio tu relación con el polo?
–Mi viejo siempre estuvo con caballos de polo, así que desde que tengo memoria sabía lo que era el polo teniendo muy en claro que eso era lo que me gustaba.

–¿A qué edad empezaste a participar en torneos?
–Mi primer torneo fue la Copa Potrillitos, un reconocido torneo para chicos que se juega en Pilar, en el que jugué con apenas 7 años. En esa época no era habitual que jugaran nenes de esa edad y de hecho fui el más chiquito de ese torneo. Luego, con el tiempo, se instauró la Copa Mini Protillos, volviéndose más común que chicos de corta edad jugaran polo. En ese entonces, la Copa Potrillos era el único torneo que había destinado a chicos por lo que todos estábamos esperando que llegara ese día para poder jugar. Disputé ese torneo de los 7 a los 13 años.

El ‘Flaco’ de La Finaco se crió prácticamente entre caballos de polo, por lo de chiquito estuvo metido en el ambiente asumiendo inicialmente roles relacionados con el cuidado de los animales.

De este modo, de ayudante de petisero Lizaso pasó a ser petisero y, en esta faceta, comenzó a montar y taquear hasta dedicarse exclusivamente a jugar haciéndolo últimamente con su propia estructura en Norteamérica.

–¿Cómo te definís? ¿Polista, petisero, petisero que juega polo...?
–Hoy soy polista porque es a lo que me dedico a full aunque sé hacer de todo. No obstante, no me defino exclusivamente como polista dado que puedo hacer casi todo lo que está alrededor del polo, no soy una sola cosa. 

–El hecho de haber sido petisero, ¿te da un plus al momento de jugar?
–No creo que tenga que ver al momento de jugar en sí, pero ayuda mucho en cuanto a la puesta a punta de los caballos, por ejemplo. O sea, no influye en un partido, propiamente dicho, pero sí tiene que ver en muchos aspectos relacionados al antes y al después del partido. Yo por suerte pasé por todas las etapas en lo que hace al cuidado de un caballo, desde que se doma pasando por la etapa de aprendizaje y hasta que llega a jugar.

–¿Cómo es habitualmente tu año?
–Muy largo y acá, en Estados Unidos. De hecho, en los últimos tres he estado once meses en Florida, o sea de diciembre a noviembre, y el mes restante en Cañuelas. De ahora en más la idea es jugar más tiempo en Argentina, sobre todo la temporada grande.

–Al tener ahora tu propia estructura, ¿tenés más responsabilidades?
–Sí, totalmente. La responsabilidad es muchísima más grande. Y es todo un desafío mantener y mejorar lo logrado hasta ahora. Hace un par de años que estoy mentalizado en este proyecto, repartiéndome entre Argentina y Estados Unidos, al punto de no hacer nada que no esté relacionado al polo. De hecho, hace tres años que no me tomo vacaciones. Hacer funcionar una estructura es difícil, sobre todo acá, donde es muy caro mantener todo por lo que si no hacés que tus cosas facturen no sirve. Además, hay que pensar todo el tiempo en perfeccionarse por lo que cada mango que agarro lo invierto en pos de mejorar mi organización en Estados Unidos.

–¿Te sentís cómodo jugando torneos de mediano handicap?
–Tanto el “bajo” como el “mediano” es súper competitivo. Es una forma de vida y de hecho vivo del polo. Pero  jugar torneos de bajo o mediano hándicap no hace que uno se estanque como polista.

–Más allá de que todo polista sueña con jugar la Triple Corona, ¿considerás que podrías llegar a participar en la misma en algún momento o aquella es un circuito cerrado y muy difícil de acceder?
–Todo el mundo quiere llegar al alto hándicap, pero es muy difícil lograrlo por varios motivos. En primer lugar, hay que tener una organización muy fuerte y mucha plata para mantenerla y mejorarla. Por otro lado, está el tema de oportunidades que no a todo el mundo se les dan, o sea para llegar a ese nivel anteriormente hay que jugar y mucho a un rendimiento similar. Son muchas las cosas que se te tienen que dar y hay miles de jugadores que con talento no llegaron a medirse a ese nivel. 

–Por lo general, los polistas hablan de sus animales por sus nombres. No sólo los tienen absolutamente identificados sino que hablan de ellos como si estuvieran hablando de personas. ¿Tan fuerte es la ligazón que se genera entre el polista y el caballo?
–Totalmente. Los caballos son la parte más importante del deporte aunque “animal” y “polista” forman un conjunto, un todo. La forma de jugarlo, de ponerlo en training para que juegue, lograr “hacer” un caballo nuevo, o sea desde potrillo e incluso lo que implica domarlo y hacerlo que juegue polo hace, que todos los polistas tengan ese vínculo especial. Le pasa a todos los polistas con sus yeguas.

–¿Jugaste para algunos de los principales clubes de la zona Cañuelas en torneos de la AAP?
–Sí. He jugado bastante en la AAP, aunque tal vez no para un club en especial pero siempre con equipos formados en Cañuelas. He tenido la suerte de ganar la Copa Gazzotti, la más importante del mediano hándicap que se juega en plena temporada alta argentina que consta de cincuenta equipos. Ese año jugué la copa de 14 goles junto a Federico Teves, Santiago Guzzi y Mackenzie Weisz, que en esa temporada paraba en Cañuelas. Esa final se jugó en Palermo. También he jugado en otros torneos llegando a semifinales.

–¿Cómo es un día tuyo fuera de la competencia?
–Se trabaja todo el día. Tengo muchos caballos y siempre hay algo para hacer. No soy de hacer planes fuera del ámbito del polo.

–El año comenzó de manera positiva para vos en lo que hace a resultados.
–Es cierto. Fui contratado por Ten Oaks para jugar los tres torneos de 8 goles organizados por el Sarasota Polo Club, en Florida, donde ganamos los dos primeros. En estos momentos estamos jugando el tercero de esos certámenes, ganando el primer partido, jugando además otro de 6 goles y uno de 12. En el de 6 goles perdimos en el debut pero en el de 12 ganamos el primer partido el pasado fin de semana.

Entre Cañuelas y Florida atraviesa la vida del ‘Flaco’ Lizaso. Siempre a bordo de un caballo, taco en mano, y la premisa de vivir de su pasión, el polo.

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