Uribe tiene un vino único en la zona que debería estar en la agenda del enoturismo

La Finca Don Atilio con su vino Uribelarrea sigue consolidando su actividad dentro del mundo vino en la provincia de Buenos Aires.  Y para demostrar sus productos se trasladó hasta Campana, donde se llevó el 4°Encuentro Vitivinícola Bonaerense; allí confluyeron vinos distintos a los originarios de la cordillera.
“En Campana se hizo otra reunión anual. Hacía dos años que no se hacía y que convoca a gente de la provincia de Buenos Aires con viñedos. La anterior había sido en Tandil. Es para vitivinicultores y hacedores de vinos. Ya hay bastante gente haciendo vino en la provincia, pero que trae sus uvas de otras provincias. Este encuentro es solo para los que tenemos viñedos y en la provincia de Buenos Aires, habilitados por el Instituto de Vitivinicultura somos doce. Hay una proyección a duplicar la presencia en dos años “, comentó Horacio Spinazzola esta semana luego de las jornadas del fin de semana pasado, y tras recibir a El Ciudadano en la bodega de medianas dimensiones, cuando caía la tarde y se ven los árboles, y, al fondo de todo, las líneas de vides, iguales y cómodas sobre las líneas de alambre.
En Buenos Aires, hay unas 122 hectáreas plantadas con vid y se suman a las 17 provincias donde se halla el vino.
Además de degustar vino bonaerense, los que fueron a esa feria pudieron participar de charlas a cargo de referentes de la viticultura bonaerense, comprar vinos, acceder a catas y hasta escuchar música en vivo.

Después de algunas tareas de mantenimiento en el viñedo que las llevó a cabo en tractor, Horacio le dijo también a este medio: “En el campo estamos hace medio siglo. Pero la finca tiene sus primeros varietales desde el 2011, con lo cual las primeras plantas son del año anterior. Y el 90 por ciento del viñedo es de la cepa tannat, originaria del sudoeste de Francia. También se cultiva mucho en el Uruguay con la cepa insignia de ese país que es también el tannat. Resulta que nosotros estamos en la misma latitud uruguaya, al igual que distancia con el río, bajo el mismo régimen de lluvias. Como allá andaba bien, fue mi decisión implantar tannat. Luego vino el syrah, pinot noir, marselan. Y en blanco, chardonay y sauvignan blanc”, dijo Horacio, de 69 años, quien llevaba un jean azul pálido, con sus ojos azules y un sombrero de fieltro, en casi un metro ochenta de altura.
En una de las mesas redondas del salón donde recibían a los turistas antes de la pandemia, ahora lo hacen en el campo, contó el productor oriundo de Lobos que “desarrollamos el enoturismo, una actividad que no tiene más de dos décadas en el mundo. Ante la cercanía a la ciudad de Buenos Aires nos permite un flujo de turistas interesante como para darles una charla sobre las cepas que producimos, la producción del vino, una de degustación con vinos livianos, acompañados con una picada. Se recorre la bodega para conocer el proceso de elaboración, y a continuación unas empanadas con tinto. Empezando la tarde, se sirve algo dulce con un espumante. Para el final algo de música en vivo. Son unas cuatro horas desde las 11”.
Así como la cuarentena provocó que este lugar se cierre de forma temporal, también en ese período, “nos dio un tiempo para desarrollar algunas cosas que se postergaban. Y de un vino en barrica con cuatro años que se envasó, por primera vez pudimos tener stock, el que siempre se terminaba en temporada. Y también tener un producto nuevo pero que es el más viejo entre los vinos. Se trata de un vino fermentando en botella, natural, como todo lo de esta finca”.

En un campo rodeado de eucaliptus, en Don Atilio, estiman que lograrán una cosecha mejor que la anterior con sus dos hectáreas cultivadas, donde pueden sacar entre siete mil y ocho mil botellas anuales.  En años excepcionales han logrado entre 10 mil y 12 mil botellas.
Este vino bonaerense se trata de ‘autor’ y se vende en cuatro lugares en Uribelarrea y otro en el centro de nuestra ciudad. “Como verán no se trata de un vino que se encuentre en los barrios”, aclaró sin vueltas el productor. “Para nosotros tener este vino natural, sin intervención de productos químicos, con técnicas artesanales, se necesita un kilo y medio de uvas. Para esto se hace una decantación, no se filtra, no se prensa en mosto”, destacó el viticultor de Uribelarrea con sus manos largas.
“El tannat marida muy bien con las carnes y nos queda pendiente hacer una jornada con cordero y tannat. Vamos a intentar hacerlo antes de las Fiestas. Y como todos los años, entre marzo y abril, se hace la vendimia con el turismo. Una vez que se cosecha y está todo en la bodega es una fiesta”, finalizó con gesto de satisfacción.

Leandro Barni – [email protected]