Expandiendo la cultura hacia el Bicentenario

Política 04 de febrero de 2020 Por El Ciudadano
Leo Parigi es el subsecretario de Cultura del municipio, dentro de su órbita está el Instituto Cultural, el cual preside. Visitó la redacción de El Ciudadano y nos contó sus planes y cómo piensa expandir y llevar los talleres a los barrios. El camino al Bicentenario, con un recorrido muy atractivo, ya que va a representar una mirada a los 200 años de historia, con la participación de toda la comunidad.
Leo Parigi ok
Leo Parigi nos contó con mucho entusiasmo todos los planes y objetivos que tiene previstos.

–Rodo Herrera: ¿Cómo proyectás e imaginás el desarrollo cultural en Cañuelas?, ¿qué te pidió la intendenta Marisa Fassi?
–Leo Parigi: El desafío de la creación de la nueva Subsecretaría de Cultura, o sea un área ampliada para nosotros, está buenísimo. Pasamos de gestionar la vida del Instituto Cultural durante los últimos años, o sea, la vida y los lazos comunitarios que lo sostenían a través de sus talleres gratuitos, las actividades, festivales y eventos que se iban armando, y ahora también tener la posibilidad de planificar las políticas culturales en su totalidad. Tenemos un programa de cultura urbana para trabajar fuertemente con los jóvenes, tenemos la Dirección de Museos, la Guardia de Juncal de cara al Bicentenario de Cañuelas y eso genera un montón de desafíos y expectativas.
Nosotros somos un equipo grande: hay alrededor de 80 personas trabajando entre docentes y equipo administrativo en el Instituto Cultural y lo que ahora se amplía. Además, sumaremos la Dirección de Juventud y lo que iremos articulando a partir de ahí. Es un hermoso desafío porque si uno compara la política cultural que fue desarrollando el gobierno de Cañuelas, particularmente en la gestión de Gustavo Arrieta y ahora con Marisa, en los últimos años con la creación del Instituto y el crecimiento que tuvo eso, es algo muy relevante en comparación a otros municipios que de repente tienen mayor cantidad de habitantes. La diferencia es que nosotros tenemos un caudal de talleres gratuitos y proyectos colectivos que es una de las patas más fuertes con las que trabajamos. Hoy, en el Instituto conviven alrededor de 2.000 alumnos participantes en las diferentes localidades, lo que habla de una política muy fuerte de descentralización. En ese sentido, tenemos casi 20 sedes en las localidades de Cañuelas y prácticamente no hay localidad que no tenga sede. Hoy estamos en Udaondo, Uribelarrea, donde tenemos sedes con más de un taller en cada una, el Corredor de Ruta 3, el Corredor de la 205, Máximo Paz, Cañuelas Centro, y siempre con esta lógica de articular con las instituciones intermedias y construir en lo comunitario.
Una pata fuerte de nuestro trabajo son los proyectos colectivos: hoy en el ‘Insti’, como le decimos, conviven el grupo de teatro comunitario de 40 vecinos actuando, que en diciembre pasado presentaron la primer obra de teatro comunitaria producida en los talleres del Instituto, con un ensamble de música popular que ya tiene 4 años, a su vez hay otro ensamble de cumbia, uno de rock, un grupo de muralistas, un ballet de niños y niñas que tiene 40 participantes, ballets en las localidades… todo eso es una construcción colectiva del equipo.

–RH: ¿Cuánta gente hay en tu equipo de trabajo?
–LP: Hoy el Instituto tiene casi 60 docentes, 10 administrativos y más gente de maestranza. Somos realmente un equipo. Si lo ves de arriba, es como una ‘fabriquita’ que está echando humo. Para mí es una fortuna, orgullo y alegría laburar en un lugar donde me siento en mi oficina y hay un montón de gente que toca la puerta para traer proyectos, ideas y eventos. Además, también tenemos la fortuna con que contamos, ahora con Marisa (Fassi) y antes con Gustavo (Arrieta), del apoyo absoluto de la intendencia a las actividades y locuras que encaramos. Lo tuvimos desde el día 0, desde la fundación de Instituto.

–RH: Lo cultural y educativo cruzan edades y grupo etarios, lo que lo hace muy integrador, ¿cierto?
–LP: Totalmente. Así pensamos a la cultura: como una herramienta integradora e inclusiva, sin perder de vista la calidad educativa y de formación. El Instituto es, probablemente, la institución en lo educativo más grande de Cañuelas por la cantidad de participantes y la oferta que tiene de talleres. Es una fortuna que sea un activo de la comunidad porque es generado por el Estado municipal. De esta manera, hacemos hincapié en la calidad. De hecho, si uno mira la planta de docentes del Instituto, tenemos una calidad impresionante, con los mejores del distrito en cada disciplina artística. Esto incluye música, literatura y pintura, y tiene que ver con una decisión política de haber creado y sostenido el Instituto en épocas muy difíciles. El lugar también cumple un rol articulador, de contención y de sostener los lazos afectivos y comunitarios de Cañuelas. Por ejemplo, trabajamos en condiciones en los barrios donde la cosa se ponía difícil y ahí poníamos un ballet, un ensamble y un taller. La multiplicidad y diversidad de los talleres es hermosa. Para que se den una idea, hacemos talleres empezando desde el Instituto, que es una galería de arte que hace de sede central en avenida Del Carmen, hasta llegar a un merendero en un barrio, un club de jubilados o una sociedad de fomento. Eso tiene éxito a la hora de generar eventos en la forma en la que a nosotros nos gusta, que es a partir de la participación comunitaria. Entre otras cosas, el año pasado hicimos el Precosquín, el cual abrió el Ballet de Uribelarrea, del Instituto Cultural que ya lleva cuatro años. Resulta que eran todos vecinos míos: la gente que lo integra puede ser un mecánico, un herrero o el panadero del pueblo. Eso es un valor agregado desde lo comunitario y verlo es hermoso.

–RH: ¿Cuál es la localidad cañuelense a la que se le debe poner el ojo?
–LP: Voy a ser políticamente correcto (ríe). Creo que cada una tiene su particularidad. En ‘Uribe’ se da algo que es la participación comunitaria que es emocionante. Me acuerdo cuando estábamos en el Precosquín, que ya mencioné, y con Marisa y Gustavo lagrimeábamos ahí adelante porque veíamos a nuestros vecinos actuando, y además en una propuesta de calidad. En cada lugar se da diferente. En Ruta 3 y Máximo Paz estamos planificando potenciar los trabajos que venimos haciendo, ya que son las poblaciones más importantes después de Cañuelas Centro al día de hoy. Me gusta que la forma de laburo va tomando impronta y estética en cada localidad y eso depende de la participación comunitaria. Tiene que ver con el tipo de proyecto que se va desarrollando.

–RH: ¿Cómo te gustaría cerrar el 2020, con qué objetivo cumplido?
–LP: Tengo dos grandes objetivos: uno es profundizar la propuesta pedagógica de talleres que tiene el Instituto y la llegada en esta política de descentralización y la ampliación de proyectos. Tenemos mucha expectativa con la posibilidad de gestionar recursos en Nación y Provincia. Con lo que en otro tiempo era más complicado, hoy hay otra perspectiva de crecimiento. En el área cultural queremos desarrollar. También, recuperar la Guardia de Juncal es algo imprescindible para nosotros. Tenemos la instrucción de la intendencia y es fundamental pensando especialmente en el Bicentenario. También, desarrollar más la propuesta de los museos en función, por un lado desde la visión del patrimonio cultural riquísimo y la historia de Cañuelas y, por otra parte, con la posibilidad de gestionar los museos en base a la oferta turística que creció mucho en el Corredor 205, sobre todo en Uribelarrea y en Cañuelas mismo. Hoy, el área ampliada de cultura tiene ese gran desafío y, en último lugar pero no menos importante, la recuperación o la posibilidad de tener y contar con un espacio auditorio para toda la comunidad.

–RH: ¿Hay posibilidad que Cañuelas vuelva a tener un cine teatro?
–LP: Tengo toda la expectativa. Me atrevería a decir que Cañuelas es un pueblo cultural dentro de la Provincia, o estamos muy cerca de serlo. Tenemos que terminar de asentar algunas cosas, pero con el sostenimiento comunitario del Instituto y sus proyectos, más la posibilidad de tener dos fiestas de importancia como la del dulce de leche y la picada. Marisa lo anunció el otro día, en el 198º Aniversario: volverá la Fiesta del Dulce de Leche, que en el 2019 no se pudo hacer. Queremos recuperarla por el patrimonio histórico que representa y la significancia que tiene el dulce de leche en nuestra historia.

–RH: ¿La idea es abrir a Cañuelas más allá de los vecinos?
–LP: Exacto. Para nosotros, la organización del Precosquín fue una sorpresa hermosa. Por supuesto que lo esperábamos y buscábamos, pero cuando abrimos las dos jornadas, el 5 y 6 de octubre, y vimos cómo se llenó el predio de Uribelarrea de gente que venía de afuera a disfrutar de un montón de artistas que se presentaban, con las instituciones intermedias haciendo sus puestos, los emprendedores y comerciantes trabajando… esa es la lógica de gestión que tuvimos con Marisa desde un primer momento. Creo que esa es una marca de Cañuelas. La gestión con la gente adentro y participando.

–RH: ¿Cómo te imaginas el Bicentenario?
–LP: Una fiesta hermosa con la participación de la comunidad y con las localidades mostrando el desarrollo histórico, su presente y actualidad. No me imagino otra forma de celebrar el Bicentenario de Cañuelas que no sea con la misma comunidad participando. Otra cosa con la que trabajamos con la intendenta es conformar una Comisión del Bicentenario para trabajar en diferentes áreas y perspectivas, yendo desde la literatura, historia, audiovisual, los museos y el archivo histórico hasta los lugares, la producción cultural, los eventos, etc. Es decir, Marisa armó un área especial en su conformación de gabinete para desarrollar eventos de cara a la celebración. Eso nos plantea un horizonte en los próximos dos años y es un enorme orgullo que yo, que vivo hace 7 años en Cañuelas, forme parte del equipo de gobierno de la primera intendenta mujer del pueblo y más que sea durante el Bicentenario. Para nosotros, a nivel comunitario, es un momento histórico que se va a vivir como una fiesta.

–RH: ¿Qué le decís a los cañuelenses para que sepan que el Instituto está abierto a todos?
–LP: Les diría que el Instituto está abierto casi todo el año, todos los días, desde las 8am hasta las 10 u 11 de la noche. Es para gente de todas las edades, se podría decir que de 6 a 99 años, y la conformación de los proyectos lo demuestran: hoy el Instituto tiene 3 coros, uno de ellos integrado por chicos, otro de adultos mayores y el último de gente de la tercera edad, que ya nos representó en Cosquín dos veces. Todos los proyectos están conformados por vecinos y vecinas de Cañuelas. Las puertas están abiertas. Hoy tenemos un formato más de talleres de verano durante enero y febrero y, desde el día 0 que existe el Instituto, todos los eventos y talleres son totalmente gratuitos. Hacemos festivales de jazz, tango, de tradicionalismo y eventos en fechas importantes, y todos los son. Es simplemente acercarse y formar. El lugar tiene buena energía: las chicas te atienden te dicen los horarios y lo que necesitás. Podés golpear la puerta de cualquier oficina de la gente que está trabajando ahí y presentar tu proyecto. Es un lugar que invita, tiene el patio para quedarte a tomar mate, podés ver talleres y lo que se está cocinando ahí adentro. Y eso solo en la sede de avenida Del Carmen. Otro proyecto que tenemos este año, por instrucciones de Marisa, es abrir dos sedes del Instituto. Es decir, se va a expandir el proyecto a Máximo Paz y San Esteban. Tenemos mucha expectativa y trabajando fuertemente con el equipo. Eso va a ser un crecimiento porque es parte de asentar el proyecto. Y, obviamente, es la cara del gobierno municipal frente a los vecinos. Entonces, invitamos a que se acerquen, que vengan, que estén y que pasen.

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