Obras públicas que mejoran el servicio de agua en la Provincia de Buenos Aires

Aguas Bonaerenses S.A. ya concretó diferentes planes y se comprometió con una inversión superior a los 4.000 millones de pesos para incrementar los trabajos en distintos municipios. Piden un consumo responsable para evitar el derroche en época de altas temperaturas.

Interés general27/12/2024El CiudadanoEl Ciudadano
absa oficina
La oficina de ABSA en Cañuelas. Tal como se realizó el verano pasado, se prevé un abastecimiento alternativo mediante camiones cisterna.   

Llega la temporada de altas temperaturas y a los problemas que ocasiona la sequía, como consecuencia de la crisis climática, la Provincia de Buenos Aires se enfrenta a una demanda mayor de agua potable, lo que agrava aún más la falta de disponibilidad de este recurso escaso.  

Esta combinación de escasez y de alto consumo se replica cada año generando dificultades para el acceso al servicio. Para mitigar las consecuencias de esta situación, Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) ya concretó diferentes planes de obras y de mantenimiento, y se comprometió con una inversión superior a los 4000 millones para incrementar los trabajos en distintos municipios. Pero, además, se alienta a un urgente cambio en los hábitos de consumo para empezar a atenuar los efectos de esta crisis hídrica. 
  
La sequía es uno de los fenómenos más dramáticos del cambio climático que se traduce en una falta de precipitación prolongada lo que genera efectos devastadores como la reducción en la disponibilidad de agua para consumo, para la agricultura y para la industria, la alteración de ecosistemas acuáticos e incluso un aumento en la contaminación del agua. 
 
De igual forma, la reducción de los caudales de ríos y los niveles de los embalses pone en riesgo el agua potable, afectando la calidad de vida y la seguridad alimentaria de toda la población. Asimismo, en las zonas costeras, donde la sequía se incrementa como consecuencia de una mayor demanda del recurso en las épocas de verano, también aumenta la intrusión salina en los acuíferos y en los sistemas fluviales, algo que afecta la calidad del agua disponible, haciendo que sea menos apta para consumo, para la agricultura y la industria. 
 
Esta situación demanda políticas de adaptación al cambio climático, obras de infraestructura y conservación que garanticen una seguridad hídrica.   
   
“Al comenzar la temporada estival tenemos un gran desafío porque las altas temperaturas aumentan el consumo. Para ello hay que invertir en obras y esto es lo que estamos acordando en distintas zonas de la Provincia”, afirmó Hugo Obed, presidente de ABSA. 
  
De esta forma, la Provincia de Buenos Aires, a través de ABSA, implementó un Plan de Mantenimiento Operativo con el objetivo de realizar obras de infraestructura como el reemplazo de miles de metros de cañerías obsoletas por el paso del tiempo, y la incorporación de nuevas redes. Además, tal como se realizó el verano pasado, en los momentos de mayor temperatura y mayor demanda, se prevé un abastecimiento alternativo mediante camiones cisterna para contener posibles crisis en el servicio. 
 
Al mismo tiempo, se ejecutaron obras en plantas potabilizadoras, pozos y estaciones elevadoras, así como una profundización en los sistemas de limpieza y nuevas perforaciones para incorporar a las diferentes redes. 
  
Para la próxima temporada, la empresa del Estado provincial, elaboró un Plan de Abastecimiento Alternativo y Mejoras a Corto Plazo que incluyen obras para mejorar el servicio, adquisición de equipamiento para mejorar la confiabilidad de la prestación y la contratación de camiones cisterna adicionales para reforzar la asistencia en los meses de calor. 
  
Pero sobre todo se alienta a crear una nueva cultura en el consumo de agua que evite su mal uso o su derroche. Obed afirma que el uso del agua “es una construcción constante” y “es uno de los desafíos 2030 que propone Naciones Unidas. Hay que concientizar a los chicos desde pequeños.” 
  
Es necesario restringir los usos no prioritarios y evitar consumos recreativos del agua, llenado de piletas con agua de red, lavado de autos, así como postergar el riego de veredas y espacios verdes en el transcurso del día, entre otros. 
  
Todo esto ayuda a migrar hacia hábitos de consumo responsables y solidarios que permitan optimizar la disponibilidad de agua a la totalidad de los usuarios porque al estar todos conectados en una misma red lo que derrocha un usuario afecta a otros. 
  
Las obras públicas mejoran la calidad de vida de las y los bonaerenses, pero también es necesario que la comunidad haga un uso responsable y cuidadoso del agua. 

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